Funeral duque Edimburgo
La soledad de Isabel II, el collar de Kate... así ha sido el funeral del duque de Edimburgo
La reina de Inglaterra ha encabezado un solemne ‘funeral real ceremonial’ para dar el último adiós al que fue su marido por setenta y tres años.
Este sábado se ha celebrado en Windsor el funeral real ceremonial del que fue marido y príncipe consorte de la reina Isabel II de Inglaterra. La soberana ha encabezado la ceremonia de despedida del que fue su compañero de vida siguiendo los deseos de este. El funeral ha sido íntimo por las restricciones del coronavirus, y paradójicamente, este era también el deseo del duque de Edimburgo, a que no le gustaba “provocar escándalos”.
Protocolo de la Operación Forth Bridge
La casa real estableció en 1960 un apodo para el activar el protocolo tras la muerte de un miembro de la familia real por el que todos llevan un nombre de un puente de Inglaterra para simbolizar el paso de esta vida hacia la otra. En el caso de la reina Isabel II es London Bridge, y en el del príncipe Felipe Forth Bridge, el puente más famoso de Escocia.
El fallecido duque de Edimburgo dejó cerrados casi todos los detalles de su funeral. La pandemia ha provocado que de los ochocientos invitados previstos se haya celebrado un evento de treinta personas, las más íntimas del marido de la reina. De hecho, el premier Boris Johnson renunció a estar presente para hacer sitio a los familiares más cercanos.
En su entrada en la iglesia se ha podido ver como el nieto heredero del duque de Edimburgo, el príncipe William, ha entrado por delante de su hermano, el príncipe Harry, en lugar de uno al lado del otro como hubieran establecido las reglas de protocolo. La casa real inglesa ha querido evitar así confrontaciones y evitar que la atención se desviase del funeral en sí mismo.
Con gran entereza pero cabizbaja y más encorvada que nunca, la reina Isabel II ha aparecido en la iglesia ofreciendo la imagen más humana de todo su reinado, la de una mujer que está despidiendo a su compañero de vida durante 73 años. Vestida de negro riguroso y con su eterno bolso negro cuadrado en la mano derecha, la soberana se ha sentado sola durante el funeral para respetar las restricciones de seguridad impuestas por la pandemia. Las imágenes de televisión han dejado ver la preocupación de su hijo Andrés, quien no paraba de girar la cabeza para ver cómo se encontraba su madre. En la silla vacía de su izquierda se hubiera tenido que sentar el fallecido príncipe Felipe, y pocas imágenes pueden ser más simbólicas de la soledad actual de la soberana.
El resto de asistentes se sentaron manteniendo los dos metros de distancia entre convivientes que establece las leyes de seguridad de la pandemia por coronavirus.
Etiqueta del funeral
A pesar de la significativa presencia militar, y tal y como dispuso la reina Isabel II, todos los miembros de la procesión han vestido traje civil de luto y se han evitado los uniformes militares para evitar una situación de desagravio hacia el que se considera su nieto favorito, el príncipe Harry. Hay que recordar que tras el Megxit, a Harry le retiraron todos los títulos militares honoríficos tras dejar de ser parte de la institución, entre los que estaba el de Capitán General de la Marina Real. De esta manera se han evitado conflictos también con el príncipe Andrés, quien fue apartado de sus funciones públicas por el escándalo que lo relacionó con Jeffrey Epstein.
Todos los asistentes han vestido un luto riguroso con chaqués negros en el caso de los hombres y vestidos de dos piezas, tocados en la cabeza, maquillaje casi inexistente y zapatos de tacón en el caso de las mujeres. Todos los asistentes, incluyendo a la reina Isabel II han portado mascarillas negras.
Tras el ataúd trasladado en el Land Rover diseñado por el propio príncipe Felipe se ha podido ver desfilar presidiendo la comitiva al príncipe de Gales y la su hermana la princesa Ana. La princesa ha sido la única mujer que ha preferido lucir un abrigo negro hasta los pies, además de un sombrero de ala ancha con velo corto.
El resto de la comitiva, formada por el duque de York, el conde de Wessex, los príncipes William y Harry, su primo Peter Phillips, el vicealmirante Sir Tim Laurence (marido de la princesa Ana) y el hijo de la princesa Margarita, el conde de Snowdon, han vestido chaqué con levita negra, pantalones grises a rayas, chaleco negro con cadena y zapatos negros de cordón. Todos ellos lucieron insignias en la solapa de la levita.
El chaqué o morning coat es la prenda habitual inglesa que se viste en actos oficiales celebradas durante el día. Según algunos autores, su origen es militar y se debe a la adaptación que hicieron los ingleses a la levita para poder montar a caballo.
El simbolismo de las joyas de Kate
Kate Middleton ha sido una de las primeras asistentes en llegar a la catedral de Windsor. La mujer del príncipe William lucía un luto riguroso complementado con un tocado con velo negro, collar y pendientes largos de perlas. La duquesa ha vestido uno de sus característicos vestidos negro de escote asimétrico de Roland Mouret con bajo evasé y cuerpo y mangas entalladas. Como marca el protocolo, el largo del vestido llegaba justo a la altura de las rodillas.
La duquesa de Cambrige llevaba un collar de cuatro filas de perlas con un broche central de diamantes propiedad de la reina Isabel II, quien lució también en su día la princesa Diana. La duquesa ya había lucido esta joya con anterioridad, concretamente en el año 2017 durante la cena de las bodas de platino de la reina Isabel II y el duque de Edimburgo, así que ha sido un precioso homenaje hacia el abuelo de su marido.
Las ausencias
Entre los asistentes ha destacado la ausencia de la ex mujer del príncipe Andrés, Sarah Ferguson, a quien el duque nunca perdonó su divorcio y la de Meghan Markle, esposa del príncipe Harry, quien ha permanecido en América (según la versión oficial) por su avanzado embarazo.
Protocolo de un luto real
Según las tradiciones actuales, ningún miembro de la familia tendrán actividades oficiales hasta después del 22 de abril. En todos los perfiles de las cuentas de la familia real se han publicado escudos en negro sobre blanco y todos los comunicados oficiales se envían en papel blanco con la orilla negra.
Todas las banderas del país serán izadas a media asta salvo las banderas exteriores del
del Palacio de Buckingham y del Castillo de Windsor, que nunca se bajan aunque se muera un miembro de la familia real.
En cuanto a la duración del luto en el vestuario de la reina Isabel II, es poco probable que la monarca adopte el luto eterno de la reina Victoria, pero seguramente tardaremos en volver a verla vestida con esos colores brillantes que tanto le gustan. Tendremos que esperar a ver que decisión toma dentro de pocas semanas, en la celebración de su cumpleaños número 95.
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