psicología
¿Fatiga mental? Aprende a combatirla
Si te encuentras siempre cansado aunque no hagas un trabajo físico puede que el cerebro te esté mandando una señal de que es momento de parar. Aprende a conocer las señales.
Vivimos en una sociedad frenética repleta de responsabilidades donde se nos exige ser superman y superwoman. Tenemos que trabajar, pensar en los niños, en la pareja, en la pandemia…¿dónde está el punto para echar el freno? ¿cómo hacemos para pensar en nosotros mismos? Ese estrés y el no saber parar puede conllevar consecuencias graves para nuestra salud.
Si de pronto caes en la cuenta que siempre estás resfriado, o te das muchos golpes o te caes, o estás irritable con todo el mundo, o no te apetece tener sexo, te duele la cabeza o haces mal la digestión. Si te reconoces, alerta: seguramente sufres fatiga mental.
Aunque se puedan confundir, el cansancio físico y el mental no tienen nada que ver; ambos pueden provocar falta de energía, somnolencia y apatía, pero la fatiga mental se relaciona con la ansiedad, el exceso de tareas, la depresión y el estrés.
Precisamente, el estrés es uno de los protagonistas de nuestro día a día; de hecho, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 59% de los trabajadores españoles lo sufre en su puesto de trabajo. Este estrés se trata de una sobre carga de pensamiento que a la larga se convierte en insoportable para nuestra salud física y mental. Por hacer una comparación, sería como conducir un coche, aumentando la velocidad, pero sin cambiar de marcha: al final, el motor se quema.
A nivel no verbal, las personas que sufren fatiga mental pueden expresar gestos de dolor (sobre todo porque les duele la cabeza y las cervicales) y expresiones de tensión en la cara. Las personas se vuelven impacientes y agresivas, o si son de naturaleza nerviosa, se pueden mostrar lentas y con un hablar muy lineal y pausado.
Causas de la fatiga mental
Recursos propios. Hay gente que aguanta mejor que otras las situaciones de agobio o estrés.
Depresión. El cansancio mental es uno de sus síntomas.
Exceso de trabajo mental. Hay tareas que requieren un elevado nivel de concentración; el problema aparece cuando no se aprende a desconectar y desenchufar el cerebro.
El propio trabajo. Los jefes, la empresa, la falta de trabajo… son factores que también pueden provocar cansancio mental.
El estrés o la ansiedad prolongada hará que nuestro cerebro se recaliente al no poder soportarlo por periodos largos.
Cómo combatir la fatiga mental
El cansancio mental momentáneo se soluciona fácilmente con un día de descanso y desconexión. El problema aparece cuando tienes un mal ambiente laboral, vives bajo presión o afrontas una etapa dura. Es ahí cuando te das cuenta que vives desmotivado, estresado y no eres capaz ni de conciliar el sueño o concentrarte viendo una película.
Para librarnos de padecer fatiga mental, debemos controlar nuestros pensamientos. Sobre pensar sobre problemas futuros o dar vueltas a actos del pasado no sirve para nada: hay que aprender a priorizar las preocupaciones y a relativizar los problemas.
Por muchas tareas que tengamos que hacer, es importante reservar media hora diaria para nuestra higiene mental y realizar actividades que reseteen el estrés diario. Puedes encontrar tu felicidad dándote un baño caliente, meditando, leyendo, bailando o viendo una serie de risa.
Hay que aprender a delegar y confiar en los demás. Aunque pienses que nadie va a hacer las cosas si no las haces tú, controlar todo es agotador.
Aliméntate bien. Si no comes correctamente (un sándwich de máquina llena pero no nutre), puedes perder la concentración pues tu organismo no dispone de los nutrientes necesarios para su correcto funcionamiento. La alimentación es especialmente importante en épocas en las que tenemos mucho trabajo. También es importante tomar carbohidratos, pues la glucosa es la fuente de energía del cerebro.
No te presiones tanto. La obsesión por la perfección se acompaña de una insatisfacción perpetua. Cuando cumplas una tarea, olvídala y deja de pensar que lo podrías haber hecho todo mejor.
Deja el móvil. Si crees que dejar el ordenador para engancharte a las redes sociales o contestar whatsapp es una solución estás muy equivocado. La conexión digital hace que nuestra mente no descanse. Limita las horas de conexión o establece un tope horario para conectarte a internet.
Duerme bien. Cuando descansas, tu cuerpo y tu mente lo nota. No es necesario dormir ocho horas, hay gente que rinde con menos. Hacer una pausa después de comer de veinte minutos en el sofá te hará estar más concentrado para encarar la tarde.
Practica ejercicio físico. Te ayudará a estar mejor, subirá tu autoestima y liberarás neuroquímicos como la serotonina que te hará sentirte más feliz. Un paseo de treinta minutos será suficiente para sentirte mejor.
Medita. Es interesante aprender a canalizar los pensamientos y dejarse ir. La meditación, el yoga y hacer mindfulness te ayudarán a relajarte mental y físicamente.
Bebe agua. La deshidratación es una causa de cansancio mental, ya que el agua es tan necesaria como la comida para que el cuerpo funcione. Ojo, los refrescos pueden ser excitantes o contraproducentes y el alcohol deshidrata. No caigas en tentaciones nocivas.
Si aún así ves que no puedes controlar esta situación, acude a terapia. Los profesionales te ayudarán a encontrar tu bienestar físico y mental.