El gel desinfectante hidroalcohólico es una de las herramientas que tenemos a nuestra disposición para evitar la transmisión del virus. Aún nos queda mucho por hacer pero la prevención sigue siendo necesaria, por eso mismo lavarnos las manos con regularidad y utilizar este tipo de geles o sprays que eliminen las bacterias de nuestra piel, es imprescindible.

Por otro lado, los efectos colaterales de esta higiene tan exhaustiva, es una deshidratación y sequedad excesiva tanto en la piel de las manos como en las uñas. Si las tenemos esmaltadas, evitaremos que se deshidrate la capa más superficial pero, ¿qué hacemos con las cutículas? Están ahí para impedir la entrada de bacterias y deben mantenerse hidratadas y elásticas. Si se cuartean, dan lugar a heridas y pueden sangrar.

Como queremos evitar todo esto, lo mejor es que te hagas desde ya con un producto que proporcione confort e hidratación a las cutículas. Hemos elegido el stick de aceite de coco extra hidratante y rico en vitamina E, de Deborah Lippmann. Es conocida por sus esmaltes 7-free y por su filosofía ‘ecofriendly’. Pero lo que todavía no sabes es que tiene los mejores productos veganos para el cuidado de las uñas.

Sus tratamientos están enriquecidos para fortalecer, hidratar, promover el crecimiento de las uñas e impedir la formación de estrías.

¡Esta marca americana tiene la solución inmediata para recuperar unas uñas perfectas, y además, tiene el color de esmalte que es tendencia este año para ir a la última!

Una fórmula invencible contra el frío

El aceite de semilla de jojoba penetra profundamente en la piel para ayudar a suavizar, proteger y reparar las cutículas secas o agrietadas. La fórmula se absorbe rápida y fácilmente sin dejar sensación grasienta.

Además, este stick tiene un aplicador cómodo para que puedas llevarlo en el bolso a cualquier parte y ponértelo después de aplicarte el gel. Es una maravilla y solo cuesta 24 euros.