Operación Triunfo
Luis Cepeda: “Ahora mismo me da igual lo que me digan, la música que escribo es el mayor castigo para mis haters"
El cantante gallego nos presenta su nuevo disco ‘Con los pies en el suelo’, mucho más maduro y personal.
Tener los pies en el suelo, la cabeza bien amueblada y las musas revoloteando. Esa sería la fórmula perfecta para cualquier artista y este gallego de alma incendiaria, pero de alma noble, la ha encontrado. Luis Cepeda (Ourense, 1989) ya no se calla, ya no es un hombre muerto de esos que se guardan las palabras. Y nosotros no podemos agradecerlo más. Hay gente que tiene magia, magia al escribir, al sentir o al cantar y Luis Cepeda es de este tipo de personas. Y ahora también la tiene al hablar. Muchas veces me preguntan que es lo que más me gusta de mi profesión, y sin duda, una de esas cosas es poder compartir ese ratito de charla con ellos, eso que nosotros (mal) llamamos entrevistas. Y un año y medio después nos hemos encontrado a un Luis totalmente diferente. Ya no es ese chico tímido que no conseguía levantar la mirada del suelo y con el que era imposible mantener una conversación fluida sin que te viera como ese enemigo ante el que se tenía que poner el chaleco antibalas. La temida prensa. Ahora Luis y Cepeda, artista y persona, sonríen y hablan sin tapujos.Como diría él, “se la suda todo” y eso es lo mejor que le ha podido pasar. Y con esa verdad en su mirada, y en su música, nos presenta ‘Con los pies en el suelo’, un disco de esos que se hacen escuchar (y disfrutar) en bucle, sin saltarte ni una canción. Y os lo prometo, así llevo una semana, escuchando y redescubriendo a este nuevo Luis.
Un Cepeda mucho más maduro, cumplidos los 31 años que tan poco le gusta decir, pero le hacen seguir siendo ese chico de sonrisa picara pero bonachón. Tan 'riquiño’, que dirían por su tierra. El chico que canta canciones de amores amargos, con esa imagen tan estudiada de chico abandonado que hace que sus fans lo quieran como novio y las madres como yerno. El Luis de ‘Si tu existieras’ que busca a su chica ideal con sus ‘Sirenas’, pero sin desvelar nunca si ya la ha encontrado, gran manera de mantener ese sexi misterio que tanto enloquece a sus seguidoras. Como diría Dani Martín, un Peter Pan que por fin ha encontrado su calma. Que Campanilla te cuide y te guarde, Luis.
Empiezo la casa por el tejado, pero, ¿cómo están funcionando estas firmas de discos tan diferentes de la nueva normalidad?
Se están cumpliendo todas las medidas de seguridad, se pueden hacer perfectamente las firmas. No se junta nadie con nadie, el disco lo doy yo. Ellos compran el disco y yo tengo una caja con todos, los voy firmando y se los doy junto con el ticket. Así evitamos que haya contacto. Todos con mascarilla, incluido yo, a dos metros de distancias las fotos, no hay ningún problema en ninguna firma.
¿Cómo ha sido volverte a encontrarte con tu público, sentir el cariño, poder mirarles a los ojos?
¡Estaba ya deseando! Tenía muchas ganas de sacar por fin el disco y tener ese contacto con la gente, pero bueno de momento solo en firmas. No sabemos todavía si podremos hacer gira o algún concierto, hay que esperar si esto avanza y podemos salir a girar con este disco que para eso lo hice.
Y ahora sí, háblame de este discazo (‘Con los pies en el suelo’) ahora que por fin tienes al bebé en tus manos, después de el retraso de fechas por el coronavirus...
Tu lo dices, por fin. Llevo cinco meses mordiéndome las uñas a un nivel extremo, tenía que salir en junio y al final con toda esta situación ha salido en octubre. No sé si hice bien, no sé si hice mal, pero yo ya no podía esperar más... (risas) Y mira al final pienso, si hice mal, me hago otro y ya giraré con este y con el próximo.
Entiendo que todas las canciones del disco están escritas en esa ‘antigua normalidad', ¿no?
Sí, si no habría metido alguna canción sobre esto seguro (se ríe). Son de antes del confinamiento sí, de hecho el disco lo grabé todo en marzo, con las voces bien en plena cuarentena. Yo salía por Gran Vía todo vacía, con los permisos siempre, para poder ir a grabar. El último tema lo acabamos en enero/febrero con la idea de sacar el disco en junio.
Y después de terminar de grabar el disco en el confinamiento, ¿has tenido ganas de seguir componiendo algo más?
Acabé un poco saturado de trabajar y componer. Así que en el confinamiento aproveché para estar en casita, respirando, sin hacer nada...Hay que desconectar un poco que se agradece. Si que estuve tocando y cantando en casa, pero no en plan trabajo si no por placer.
En estos meses de verano y de otoño, ¿te ha salido ya algún tema que tenga que ver con esta situación?
Todavía no, pero pienso hablar de todo esto. Más crítico que otra cosa, vetar a la cultura y luego el transporte público va lleno… Se está haciendo una injusticia muy grande con la cultura.
Y hablando de injusticias, en este disco nos encontramos a un Cepeda mucho más maduro, que no tiene ningún problema en decir lo que piensa…
Si que es verdad que la gente aprende y yo aprendí que puedo ser muchísimo más yo mismo sin tener miedo a las críticas, he tenido tantas que ya me da un poco igual todo (se ríe). Hay canciones de crítica, hay canciones de ayuda, de empoderamiento personal, como ‘Con los pies en el suelo’ que habla de eso, de que básicamente me la suda todo (risas).
Te lo iba a decir de una manera más fina, pero básicamente era eso (risas), nos encontramos a un Cepeda que ya le da igual todo. Te han dado por tantos lados que ya te da igual…
Exacto, el mejor castigo para la gente que me critica es mi música.
Y hablando de la música que escribes, ya sé que me vas a decir que todas son tus hijos y que todas son muy especiales, pero, ¿hay alguna que le tengas un especial cariño en este disco?
El tema de ‘Da media vuelta’, la verdad es que trata un tema tan delicado como el bullying, que está en boca de todos pero nadie se atreve a tratarlo. Mucha gente no lo toma en serio, dicen que son bromas, pero no lo son. Es un tema muy serio y hoy en día lo encontramos en colegios, trabajos, hasta en familias y hay que dar voz al tema y ayudar en cierta manera a la gente que lo está sufriendo.
A partir de este tipo de canciones, ¿te han escrito para contarte sus historias personales a través de las redes sociales?
A raíz del tema se hizo un hashtag en Twitter y la gente me contaba su historia, me tiré hasta las seis de la mañana leyendo lo que me contaban y yo muy agradecido que haya servido de algo y que la gente se abra conmigo para contarlo.
Y además de las letras, musicalmente escuchamos a un Cepeda también más maduro, que toca más estilos…
Sí, antes era un pop más clásico español porque venía influenciado por lo que hice en Operación Triunfo y lo que se esperaba de mí. Ahora he podido hacer más lo que me da la gana y meterme en lo que más me gusta que es el pop rock, influenciado por ‘El Canto del Loco’, ‘Pignoise’, ‘Leiva’... He hecho como una mezcla de todo y ha salido el disco.
¿Las colaboraciones con David Otero o Funambulista cómo surgieron?
El momento y el día exacto no me acuerdo (risas). Me llevo muy bien con ellos y de ahí surgieron, las mejores colaboraciones nacen de amigos no de imposiciones discográficas (risas).
Varios compañeros tuyos nos dijeron lo mismo cuando hablábamos con ellos durante la cuarentena…
Roi por ejemplo, ¿no? Solo hace canciones con amigos (risas).
Retomando el tema de antes, nos decías, ahora soy más sincero, me he abierto más sin miedo a lo que digan… En 2019, cuando te entrevistamos por primera vez, hablábamos de la montaña rusa de Cepeda, tanto emocional como profesional… ¿Para dar este paso has necesitado ayuda profesional?
Te ayuda el tiempo y ser consciente de la realidad. Ahora mismo me da igual todo lo que me digan o me critiquen porque yo voy a seguir haciendo música y voy a seguir haciendo mi trabajo. Antes pensaba, un TT en mi contra, se acaba esto, soy una mierda… (risas). Y ahora no, yo considero que sigo haciendo lo que me gusta y viviendo de ello.
Entiendo entonces que este cambio ha venido con tu madurez personal, al cumplir 31 años ya has dicho; “ya tengo una edad y todo me da igual…”
¿Me estás llamando viejo? (risas).
¡No hombre! (risas) Yo también soy del 89, no me llamaría vieja a mi misma...Pero digo que con la edad has madurado…
Claro que sí, hay que madurar de un año a otro (risas). ¿Tú te consideras mayor? (risas).
¡Qué no, que no te he llamado viejo… ! (risas)
Menos mal (risas).
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