Wimbledon
Las claves de la gran final de Wimbledon entre Federer y Djokovic
Se vuelven a ver las caras en una final de Wimbledon Federer y Djokovic, que lucharán mañana a las 15:00 horas en directo por #Vamos y por Movistar Wimbledon por hacerse con el Grand Slam británico.
El brillante partido de Roger Federer contra Rafa Nadal “sólo” le sirvió esta vez para meterse en la final de Wimbledon. En la histórica y legendaria rivalidad que mantienen estos dos genios a lo largo de los años el triunfo de uno sobre el otro ha solido ir acompañado de la conquista de un título. Esta vez, no. A Federer le espera su segundo muro particular, el otro tenista que le tiene ganados los duelos cara a cara: Novak Djokovic. El suizo busca su noveno título en el All England Club, donde ha forjado la parte más importante de su leyenda. Todos los récords del torneo sobre hierba, el más importante y el que más repercusión tiene, son suyos: las ocho coronas, las 101 victorias, las trece semifinales, las 12 finales con la hoy... Nadal le ganó la mítica de 2008 pero, ¿quién le ha superado en las otras dos? La respuesta no es difícil: Djokovic.
El serbio puede presumir, además de tener ganados a Federer los enfrentamientos directos generales (25-22) y los de partidos de Grand Slam (9-6), ¡también los de Wimbledon! Se han visto tres veces sobre césped: en las semifinales de 2012 venció el helvético en cuatro mangas y después se proclamó campeón; en la final de 2014 ganó el serbio en cinco sets y un año después repitió en el mismo partido y el mismo escenario, pero necesitó un parcial menos para el triunfo. Por tanto, son dos finales a cero para el número uno del mundo en “casa” del rey de la hierba.
Ambos tienen motivos para ser optimistas en su próxima y apasionante cita. Djokovic defiende título. Justo hace un año en Londres se vivió su resurrección. Tras unos años de dominio como no se había visto antes, el serbio entró en una depresión tenística (y de lesiones) que hizo que quien más quien menos presagiara su final... Error. En Wimbledon 2018 renació tras vencer en semifinales a Nadal por 10-8 en el quinto set. La final contra Anderson fue más sencilla. A partir de ahí, el serbio se impuso en el Abierto de Estados Unidos y recuperó el número uno del mundo. Para 2019 se había propuesto llevarse los cuatro Grand Slams de forma consecutiva. Empezó bien imponiéndose en Australia con rotundindad, sobre todo en la final con Rafa. No pudo haber venganza del español en Roland Garros, porque Nole se quedó en semifinales ante Thiem.
En Wimbledon, de momento, está en la última ronda y nadie le ha puesto del todo contra las cuerdas, aunque Bautista en semifinales sí fue mejor que él durante un largo rato. También cedió un set ante el polaco Hurkzc. Djokovic es el tenista que menos nota el cambio de superficie. Juega de forma parecida en todas, aunque contra Bautista, para impresionar e intimidar, fue a la red como nunca, y con éxito: 42 puntos ganados en 53 subidas. Cuando está en su versión caníbal, el serbio es prácticamente insuperable. En el All England Club ha estado sólo un punto por debajo de esa versión. Se le ha visto desquiciado a ratos, pero con capacidad para volver al partido y ganar. En principio, parte como favorito.
Los argumentos de Federer van más allá de su palmarés en Londres. Su dominio en hierba no le ha hecho dormirse y ha tenido que mejorar mucho para poder estar a la altura de la evolución de Nadal y Federer. Su golpe de revés le funcionó de maravilla ante Rafa. El hecho de haber superado al español también es una liberación mental para él. El servicio es el otro gran aliado del suizo, que además es el tenista que mejor se maneja cerca de la red por la clase y la muñeca que tiene. Precisamente en el saque y el resto puede estar la clave del partido.
En la última final que jugaron en Wimbledon estos dos tenistas, los restos de Djokovic hicieron a Roger tener que jugar permanentemente a bote pronto. Fue demasiado hasta para él. Si Federer saca bien y puede atacar y dominar tendrá mucho ganado. En este 2019, ha perdido tres sets en el All England Club, pero mentalmente se le ha visto fresco para superar los momentos de apuro. El físico tampoco le está fallando a sus casi 38 años.
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