Cumbre de la OTAN
Zelenski: "Volvemos a casa con un buen resultado para nuestro país y para nuestros guerreros"
El presidente ucraniano valora los acuerdos alcanzados en la cumbre de la OTAN en Vilna y recuerda que para él, "un conflicto congelado no es una victoria»
Jornada maratoniana para el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que ha aprovechado sus apenas 24 horas en Vilna para hacerse oír y lograr que los líderes del G-7 firmaran una declaración conjunta que otorga garantías de seguridad a Ucrania a largo plazo. Los compromisos incluyen el suministro de equipamiento militar moderno por tierra, mar y aire, el intercambio de inteligencia y la formación de las fuerzas ucranianas.
"Volvemos a casa con un buen resultado para nuestro país y, lo que es muy importante, para nuestros guerreros", recalcó Zelenski en su vuelta en tren desde Vilna hasta Kyiv.
"Es muy importante: por primera vez desde la independencia, hemos formado una base de seguridad para Ucrania en su camino hacia la OTAN. Son garantías concretas de seguridad confirmadas por las 7 democracias más importantes del mundo. Nunca antes habíamos tenido unos cimientos de seguridad semejantes, y esto al nivel del G7. Sobre esta base, construiremos una nueva arquitectura jurídicamente vinculante de tratados bilaterales de seguridad con los países más poderosos", destacó en su tradicional mensaje a la nación nocturno.
Tras la frustración del primer día de la cumbre de la OTAN, donde los aliados no ofrecieron ni una invitación formal, ni un calendario concreto para la adhesión a la Alianza, Zelenski cambió ayer de gesto y alabó el paraguas de seguridad que se había alcanzado. Además, ayer mismo participó en la primera reunión del Consejo OTAN-Ucrania, un nuevo mecanismo para discutir y tomar decisiones de manera conjunta. «Ya nos reunimos como iguales, espero que próximamente lo hagamos como aliados», manifestó el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg. Zelenski iba mostrándose cada vez más conciliador conforme pasaban las horas y los invitados a Vilna ofrecían más armamento y compromisos. Los resultados de esta cumbre son buenos, aunque «lo óptimo hubiera sido una invitación formal», manifestó.
Tras finalizar sus encuentros bilaterales con los líderes de Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia, Países Bajos, Australia, EE UU, así como con Stoltenberg, Zelenski volvió ayer a atender a la prensa.
El presidente ucraniano reconoció que él se fía de los mandatarios y de sus promesas. «Prácticamente todos me han reafirmado su total apoyo a los ucranianos y a nuestros soldados todo el tiempo que sea necesario, pero tenemos que entender que depende de nuestro resultado en el campo de batalla». No es solo el temor a una fatiga por parte de la opinión pública internacional, es que Zelenski es el primero que no desea un «conflicto congelado».
El mandatario confesó que su único deseo, su única ambición y objetivo es «la victoria». Al describir esa anhelada victoria, el mandatario insistió en que significa «recuperar nuestra tierra, recuperar la seguridad y que vuelvan todos los que se han visto forzados a abandonar el país. También habrá rendición de cuentas, justicia. Un conflicto congelado no es una victoria».
Avisó, a los que creen que Ucrania podría recibir la promesa de entrar en la OTAN a cambio de permitir a Rusia que se quede con el terreno ya ocupado, de que los ucranianos no cambiarán ningún estatus por ningún centímetro de su territorio. Eso sí, una vez que termine la guerra, sin duda la Alianza invitará a Ucrania, «No he escuchado otras opiniones. Estaremos en la OTAN tan pronto como nuestra situación de seguridad se estabilice».
Sobre su actitud más conciliadora de ayer tras tachar el lunes de «absurda» la falta de una hoja de ruta, Zelenski admitió que no había cambiado de opinión, y explicó que era importante para él escuchar que, en el comunicado de la Alianza, se añadía la palabra «seguridad» a condiciones. Finalmente no fue así. «Estaremos en condiciones de cursar una invitación a Ucrania para que se una a la Alianza cuando los aliados estén de acuerdo y se cumplan las condiciones», reza el comunicado final de la OTAN.
No obstante, con las garantías de seguridad alcanzadas hoy y con la coletilla de que se darán «en su camino hacia la OTAN» se ha quedado muy satisfecho. Para Zelenski, la declaración en sí misma es un «instrumento de integración».
«Esto no es lo que nos prometieron en Bucarest (en la cumbre de 2008), será ratificado en los parlamentos de cada país firmante, son acuerdos muy serios» y apuntó a que ya hay cinco países más que le dijeron en los pasillos de la cumbre aliada que se sumarán a este marco de seguridad, entre ellos España, según aseguró el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. La declaración final también incluye que «en caso de un futuro ataque armado ruso, el G-7 proporcionará a Ucrania una ayuda rápida y sostenida en materia de seguridad, que incluirá equipamiento militar moderno y asistencia económica, y que impondrá costes a Rusia.
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, fue el encargado de anunciarlo en una breve ceremonia. Subió al escenario junto al resto de líderes del Grupo de los Siete, la UE y Zelenski. «El G-7 seguirá apoyando a Ucrania. Nuestra solidaridad nunca flaqueará», concluyó Kishida. «Vamos a ayudarles a construir una defensa sólida y capaz por tierra, mar y aire», aseveró Joe Biden, quien elogió el coraje de las Fuerzas Armadas ucranianas así como el del propio Zelenski.
Al final, la cumbre de la OTAN ha sido un «éxito» para el mandatario ucraniano, sobre todo por el futuro armamento que recibirá el Ejército de Ucrania. «Proteger nuestro cielo, las baterías Patriot, los vehículos armados... Romper la artillería es clave en el frente. El poder del armamento siempre hace más fácil la victoria», recapituló.
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