Internacional
Varoufakis: «El euro fue un auténtico veneno para los griegos»
Entrevista de LA RAZÓN a Yanis Varoufakis, ex ministro de Finanzas griego.
Entrevista de LA RAZÓN a Yanis Varoufakis, ex ministro de Finanzas griego.
Durante los meses en los que Yanis Varoufakis (57 años) estuvo al frente del ministerio de Finanzas griego en 2015 lo aprendimos todo de él y de su cuestionamiento al capitalismo, a la UE y al “dictado” de Alemania. Ahora el polémico economista vuelve al pie del cañón, al frente del movimiento DiEM25, con las europeas de mayo en el punto de mira. Durante un debate junto a Jeremy Corbyn en verano sobre el “Resurgimiento del Socialismo”, atendió a las preguntas de LA RAZÓN por email.
- ¿Piensa que la aparente no postura de Corbyn en cuanto al Brexit le ayuda? ¿Por qué no es claro sobre si Reino Unido está mejor dentro o fuera de la UE?
- Jeremy y yo compartimos puntos de vista y experiencias. Una de esas experiencias es la brutal distorsión de nuestras ideas por parte de ciertos medios de comunicación. ¿Quién dice que Jeremy no tiene claro si el Reino Unido está mejor dentro o fuera de la Unión Europea? Es una acusación ridícula y sin base alguna. Jeremy y yo hicimos campaña en contra del Brexit desde antes del referéndum. La posición de DiEM25 fue muy clara: dentro de la UE, en contra de esta UE. Jeremy Corbyn y John McDonald adoptaron esa posición: una clara y sofisticada oposición al Brexit. Que Jeremy no se deshaga en cumplidos a la UE, ni la presente como el mejor invento desde el pan de molde, dice mucho de él. Jeremy demostró que no le interesa tratar al electorado como a niños, y presenta en su lugar una realidad con matices de gris. Y eso dice mucho de él.
Cuando perdimos, Jeremy y yo nos opusimos al intento de demonizar a aquellos que votaron a favor del Brexit, y nos negamos a buscar un segundo referéndum que hubiese intoxicado la democracia británica. En su lugar, nos centramos en buscar fórmulas que minimizaran el impacto del coste del Brexit. Véase, por ejemplo, la propuesta de DiEM25 de implementar una solución “Noruega+”.
- Y hablando de socialismo, ¿qué le parece el resurgimiento del socialismo en España? ¿Le alegró saber que Pedro Sánchez es nuestro nuevo presidente? ¿O es usted más fan de Podemos?
- Me alegró mucho la marcha del Sr. Rajoy y ver cómo el Sr. Sánchez se ha opuesto a la xenofobia y que ha comenzado a buscar alternativas a la austeridad. Sin embargo, no será hasta que el Gobierno español desarrolle una estrategia europea que revierta las políticas que nos trasladan desde Bruselas, Frankfurt y Berlín, que nuestras sociedades podrán respirar dentro de la UE. Mi temor es que ni el PSOE ni Podemos estén dedicando el tiempo suficiente a articular dicha estrategia. Espero que lo hagan, juntos, y quizás con la colaboración de DiEM25, pues hemos adelantado mucho en el desarrollo de un plan para reparar nuestra Unión.
- En su opinión, ¿está Grecia mejor fuera de la seguridad, del paraguas del euro?
- El euro nunca fue una red de seguridad o paraguas para los griegos, excepto para la oligarquía. Fue un auténtico veneno. Desde 2008, mi punto de vista ha sido, que Grecia debe de mantenerse dentro de la zona euro a condición de una profunda restructuración de su deuda, un enérgico programa de inversión, y reformas que socaven el afán rentista de la oligarquía. Asimismo, considero que debemos estar preparados para la posibilidad de que las autoridades europeas obstaculicen estas demandas y amenacen a Grecia con su expulsión del euro.
- Usted ha dicho que incluso si el crecimiento ha vuelto, el euro aún está en peligro, ¿por qué?
- Porque no ha habido un crecimiento sustancial sostenible. El euro se está fragmentando y es inviable en su configuración actual, y eso está alimentando fuerzas deflacionarias que sólo empoderan a la ultraderecha racista. Italia, por ejemplo, tiene una deuda de 2,5 trillones de euros y una banca que es insostenible en el actual sistema monetario. No es coincidencia que miembros del actual Gobierno italiano utilicen tácticas fascistas y promuevan el odio para consolidar su poder.
- Se está librando una guerra comercial en la actualidad, ¿es Donald Trump la principal amenaza para la economía mundial?
- Donald Trump es un síntoma de los fracasos del establishment liberal. La crisis de 2008 destruyó los pilares de la financiación corporativa y del capitalismo global. Es la forma del establishment de instaurar socialismo para los poderes financieros y austeridad para todos los demás lo que ha dado lugar a la emergencia del nacionalismo internacionalista que Trump lidera en EE UU.
Estamos viviendo nuevamente un periodo post-1929 en el que, al menos en Europa, una clase dirigente incompetente está alimentando el fascismo al trasladar las pérdidas de los poderes financieros a la población.
- Ahora lidera el movimiento paneuropeo DiEM25, ¿por qué quiere volver a Bruselas?
- No tengo el menor interés en volver a Bruselas. Pero como demócratas y europeístas comprometidos conscientes de que Europa está siendo destruida por racistas, desde DiEM25 consideramos que tenemos el deber de presentar alternativas. Por un lado, presentamos una alternativa a las fuerzas xenófobas que se aprovechan de la fragmentación de Europa para empujarnos a una versión postmoderna de los años 30, y por otro, presentamos una alternativa al establishment autoritario y neoliberal europeo.
- Antes pensaba que las medidas de austeridad y la economía en general iban a romper la UE. Ahora, creo que lo que más divide es la cuestión migratoria. ¿Está de acuerdo? ¿Cuáles son sus propuestas y soluciones desde DiEM25 para este asunto vital?
Es un error separar la austeridad del asunto de la migración. La austeridad ha causado una depresión permanente en países como Grecia, Italia, Portugal, Hungría y los países bálticos, y un entorno deflacionista en detrimento de los ahorros de las clases medias en lugares como Alemania, Austria y Países Bajos. El miedo y la inseguridad que esta realidad económica inspira, junto a la total pérdida de visión de unidad por parte de los políticos del establishment, es lo que abrió la puerta a los racistas para presentar a los migrantes como culpables de todos los problemas en Europa.
Tal y como sucedió en el periodo de entreguerras, el racismo se expandió como consecuencia de la Gran Depresión. Y ahora también, la xenofobia y la mal denominada “crisis migratoria” están destrozando y envenenando la integridad y el alma de Europa. La respuesta de DiEM25 a todo esto es nuestro New Deal para Europa, una agenda política paneuropea que propone un programa de 500 mil millones de euros anuales a ser invertidos en una transición hacia una economía verde –que generaría millones de empleos de buena calidad– con una política común sobre migración basada en el principio de “dejadlos entrar”.
- Cada vez que se menciona Yanis Varoufakis, el adjetivo "populista"lo precede o acompaña. ¿Le gusta estar en el mismo saco que, por ejemplo, Matteo Salvini?
- Ningún otro político en Europa ha luchado en contra del populismo tanto como yo. El hecho de que el establishment intente tildar de populista a cualquiera que se oponga a sus políticas no me quita el sueño. Pregúntese lo siguiente: ¿quién dio mayor impulso al Brexit? ¿Varoufakis, que hizo campaña en contra del Brexit? ¿O la antidemocrática, autoritaria política y retórica del Banco Central Europeo, la Comisión Europea, la señora Merkel y el Fondo Monetario Internacional? ¿Quién permitió el ascenso al poder del señor Salvini, a quien yo he calificado de fascista? ¿Varoufakis o Mario Monti, Mario Draghi y Matteo Renzi, cuyas políticas han recortado la renta per cápita italiana año tras año?
- Sabiendo ahora lo duro que fue, ¿si Alexis Tsipras le pidiera de nuevo ser ministro, lo aceptaría?
- ¿Por qué querría yo participar en un gobierno que fue elegido para eliminar las mismas políticas a las que luego se sometió por completo en 2015?
- Grecia finalizó en agosto su tercer rescate con los acreedores internacionales, ¿ha merecido la pena el sacrificio de los griegos?
- Es una pregunta dolorosa. ¿Por qué? Porque refleja cómo la propaganda de las oligarquías europea y griega han logrado fomentar la ilusión de que el “rescate” ha terminado. Y no es así. Lo único que ha ocurrido es que el dinero del tercer rescate se acabó y que entramos en un cuarto rescate -con un nombre distinto. La absurda política de austeridad continuada, por ejemplo, más recortes en las pensiones, el incremento de impuestos a los más pobres y la fiscalidad punitiva para las clases medias; todas medidas que entrarán en vigor en 2019. En consecuencia, mientras el estado de insolvencia del país se extenderá hasta 2060, los desahucios se acelerarán, los jóvenes seguirán abandonando el país, y las empresas seguirán quebrando o yéndose de Grecia.
La única diferencia entre el tercer y cuarto rescate es que, en lugar de ofrecer al Estado griego nuevos préstamos para continuar la farsa de que los antiguos préstamos están siendo pagados, se está ofreciendo diferir los pagos hasta después de 2032, con intereses.
- ¿Viven mejor los griegos ahora que en 2010, cuando el país fue rescatado por primera vez?
- Grecia nunca fue rescatada. Entre 2010 y 2015, fueron la banca francesa y alemana los rescatados a través de préstamos por importe de 326 mil millones de euros. De esta suma, el estado griego recibió solo el 5 por ciento. ¿Qué obtuvo el pueblo griego de este “rescate”?
He aquí un triste listado:
380.000 jóvenes abandonaron el país antes de 2015. Otros 200.000 lo hicieron después del verano de 2015. En este momento, 15.000 lo hacen cada mes; en una de cada dos familias no hay nadie con empleo, el 60% de los niños viven bajo el umbral de la pobreza de 2008 y un tercio de los trabajadores griegos se ve obligado a trabajar por 384 euros brutos. 700.000 trabajadores precarios se ven obligados a abonar sus impuestos con un año de antelación. Antes de 2015, las pensiones habían caído un 40%. Tras el verano de 2015, las pensiones se vieron reducidas otro 15-20%, y volverán a caer otro 18% en 2019. Las minúsculas aportaciones adicionales a los pensionistas más pobres fueron eliminadas, el copago farmacéutico y sanitario ha alcanzado el 50%. La dotación para calefacción para familias necesitadas se ha recortado en un 50%. Los desahucios se han acelerado y los impuestos directos e indirectos que afectan a familias pobres han aumentado. Los ferrocarriles del estado y los puertos del Pireo y Tesalónica, así como el antiguo aeropuerto de Atenas, han sido vendidos a oligarcas por cantidades miserables. 14 aeropuertos regionales fueron vendidos a una empresa pública alemana, con dinero griego. Ni un solo euro recibido por las privatizaciones será invertido en Grecia –todo irá a parar a manos de los acreedores-. La tasa de mortalidad griega aumenta tres veces más rápido que en el resto de Europa y los suicidios se han disparado en un 45%. La deuda sigue aumentando y la renta nacional sigue siendo un 25% inferior a 2008.
- ¿Se arrepiente de algo durante esos meses como ministro de Finanzas? ¿Qué me dice de la entrevista con fotografías en la terraza frente a la Acrópolis que se convirtieron en portada de diversos medios de comunicación en el mundo?
- Me arrepiento de haber sido demasiado complaciente con la troika, como cuando busqué una extensión de cuatro meses para nuestras negociaciones, pues asumí que ellos negociarían de buena fe. Simplemente nunca estuvieron interesados en negociar. En perspectiva, tendría que haber abandonado las negociaciones en febrero de 2015, haber procedido con el impago de nuestra deuda al Banco Central Europeo y haber activado nuestro propio sistema de pagos.
En cuanto a la foto de la que me habla, haga la siguiente reflexión: nuestro pueblo ha sido condenado por la oligarquía europea a otros 30 años de esclavitud de deuda y a emigrar, pero la atención está en una foto de mi esposa y yo cenando en nuestra terraza, ¡vaya crimen!
- En 2015, recuerdo haber leído sobre usted cada día. ¿Le gusta estar en el foco?
- No, no disfruté nada estar en el centro de atención, sobre todo cuando se trataba sobre mi estilo de vida. Cada vez que los medios de comunicación se centraban en mi motocicleta o en mi esposa, yo era consciente que lo hacían para no tener que hablar de los que pasan hambre, de la gente necesitada, del desamparo y desesperación. En 2015, y hasta hoy, muchos medios de comunicación internacionales se empeñan en minar su propia credibilidad con una conducta impropia.