Guerra en Europa
Ucrania denuncia un intento de desestabilización de Rusia e impide salir del país al expresidente Petro Poroshenko
El exmandatario tenía previsto reunirse con el primer ministro húngaro Viktor Orbán, según la inteligencia ucraniana
La guardia fronteriza ucraniana impidió el viernes salir del país a Petro Poroshenko por orden expresa de la Rada Suprema. El que fuera jefe de Estado entre los años 2014 y 2019, hoy diputado por el partido opositor Solidaridad Europea, la segunda fuerza política del Parlamento, tenía programado un encuentro con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, de acuerdo con el Servicio de Seguridad de Ucrania (SSU).
Las agencias de inteligencia dijeron haber recibido información detallada sobre los planes de desestabilización de Rusia relacionados con este tipo de encuentros con diputados en el extranjero. «Los servicios secretos rusos planean lanzar una gran operación psicológica para cambiar los sentimientos en los países socios de la coalición antirrusa y animar a los políticos ucranianos a promover narrativas sobre la necesidad de negociar con Rusia en condiciones de congelación de la guerra», recoge el informe del SSU. «Los planes del enemigo incluían utilizar a políticos ucranianos individuales para realizar operaciones psicológicas durante sus visitas a terceros países».
La agencia remitió esta información a la oficina del presidente Volodimir Zelenski, así como al Gobierno y a la Rada Suprema. En base a estos datos, el Parlamento denegó el permiso de salida de Poroshenko, quien presuntamente planeaba reunirse con Orbán, señalado por su postura favorable a Rusia en el conflicto. El servicio secreto ucraniano subraya que «el amigo de Putin» –en alusión al primer ministro húngaro– «representa sistemáticamente una posición antiucraniana», y explica en su informe que Moscú pretendía utilizar el encuentro «para sus operaciones de información y psicológicas contra Ucrania».
En cambio, el magnate ucraniano, que no confirmó haber programado ningún encuentro con Orbán, explicó inicialmente que el motivo de su viaje de negocios estaba relacionado con los esfuerzos de Ucrania para hacer frente a la guerra. Justificó que su salida del país buscaba impulsar la ayuda militar procedente de Estados Unidos y desbloquear la frontera con Polonia, donde un grupo de transportistas polacos impide el acceso a Ucrania de cerca de 2.400 camiones.
Poroshenko denunció haber sido víctima de un «sabotaje antiucraniano». Poco después, Solidaridad Europea emitió un comunicado señalando que si su líder tuviera la oportunidad de ayudar a que acabara la guerra, «lo haría en cualquier país de la Unión Europea donde la posición de Ucrania no sea tan fuerte». «Los que ahora intentan encontrar justificación a sus negativas en la vía húngara, explotando los antiguos contactos de Petro Poroshenko con Viktor Orbán, lo hacen en vano. Recordemos que los días 14 y 15 de diciembre, en Bruselas, el Consejo Europeo anunciará su decisión de iniciar conversaciones de preadhesión con Ucrania, en las que Budapest tiene derecho de veto», recoge el escrito de la formación de centroderecha.
El exmandatario volvió a Ucrania en enero del pasado año, semanas antes del inicio de la invasión rusa, para ser juzgado por traición en un caso relacionado con la venta de grandes cantidades de carbón que ayudaron a financiar a los separatistas prorrusos del Donbás durante su presidencia. Poroshenko siempre negó las acusaciones, y acusó a Zelenski de haber iniciado una persecución política en su contra. De hecho, el empresario está envuelto en problemas legales con el actual presidente, quien le derrotó en la segunda vuelta de las elecciones de 2019.
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