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Unión Europea

El terremoto político en Eslovenia amenaza con retrasar la formación de la nueva Comisión Europea

Von der Leyen podría volver a posponer el anuncio del reparto de carteras

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen OLIVIER HOSLETEFE

El segundo mandato de Ursula von der Leyen al frente de la Comisión Europea no comienza con buen pie. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta todavía cuándo podrá arrancar su andadura, ya que un retraso parece lo más probable. La trifulca política en Eslovenia a la hora de elegir a su aspirante al frente del Ejecutivo comunitario puede desbaratar los planes de Von der Leyen de presentar el reparto de sus carteras el próximo martes en Estrasburgo. De momento, tan solo está confirmado que se reunirá con los grupos políticos de la Eurocámara, pero se desconoce si podrá anunciar la distribución de puestos.

Se trataría del segundo retraso, ya que en un principio se esperaba que la presidenta de la Comisión hubiese presentado a su equipo esta pasada semana. La política alemana dio hasta el pasado 30 de agosto como plazo a las capitales europeas para que desvelaran los nombres de sus candidatos a comisarios y había pedido, mediante una carta, que los países miembros ofrecieran dos opciones en vez de una: un hombre y una mujer, para después tener ella la última palabra a la hora de designar al candidato final y otorgarle cartera. Pero tan solo Bulgaria ha respetado la voluntad de Von der Leyen. El resto se ha limitado a designar a sus candidatos sin ofrecer dos alternativas y la gran mayoría se han inclinado por hombres, lo que supone una revuelta ante los designios de la presidenta de la Comisión.

Von der Leyen, sin embargo, se mantuvo en sus trece para conseguir un Ejecutivo con el mismo número de hombres que de mujeres y presionó a los países europeos –sobre todo a los más pequeños– para que cambiaran de parecer y eligieran una mujer en vez de un hombre. Esa insistencia tuvo su premio con el inicial cambio de opinión de Rumanía.

Después, fue Eslovenia quien se decantó por la exdiplomática Marta Kos tras la dimisión de Thomas Vesel. Pero este cambio de candidato ha desatado todo un terremoto en el país y una batalla política entre Gobierno y oposición. Kos debe asistir a un audiencia en la Asamblea Nacional para poder ser nominada oficialmente, pero la oposición del Partido Popular Europeo (misma familia política que Von der Leyen) está retrasando este paso entre duras acusaciones a Kos a la que vinculan con la policía secreta de la antigua Yugoslavia, además de señalar su falta de experiencia ejecutiva.

«Representamos a los ciudadanos de la UE y la mitad de ellos son mujeres. En toda mi vida política he luchado para que las mujeres tengan acceso a puestos de liderazgo y de toma de decisiones. Y mi experiencia es que si no lo reclamo, no lo consigo. No viene de forma natural», aseguró Von der Leyen como modo de presión a los países europeos para que designaran más mujeres.

Si bien el objetivo inicial era que la nueva Comisión pudiera echar a rodar el próximo 1 de noviembre, justo antes de las elecciones de Estados Unidos del día 5, este calendario parece ahora imposible de cumplir. Los candidatos deben pasar el examen de sus correspondientes comisiones parlamentarias antes del voto final en el pleno de Estrasburgo y ya se empieza a barajar que estos exámenes tengan lugar a mediados de noviembre, lo que hace muy complicado que el nuevo colegio de comisarios comience su andadura el próximo 1 de diciembre. De hecho, nadie descarta que el proceso se dilate hasta principios de 2025.

La candidatura de Eslovenia no es el único dilema al que se enfrenta Von der Leyen. Otro de los puntos calientes reside en la cartera que otorgará al aspirante italiano, designado por el Gobierno de Giorgia Meloni, ya que los socialistas europeos se oponen a un cargo destacado para un partido que hasta hace relativamente poco era demonizado en la burbuja comunitaria al ser considerado de ultraderecha. Además, todas las miradas estarán puestas también en el puesto para la española Teresa Ribera, que podría ostentar la todopoderosa cartera de Competencia, después de que el Partido Popular Europeo quiera para uno de los suyos el liderazgo de la transición energética.