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Ártico

Putin cierra filas con Xi Jinping para arrinconar a la OTAN en el Ártico

Pekín busca hacerse un hueco mientras Moscú desarrolla puestos militares avanzados en una región rica en hidrocarburos

Putin alaba el "plan chino" como base para una posible solución en Ucrania tras su encuentro con Xi EUROPAPRESS

La Rusia de Vladímir Putin y la China de Xi Jinping trabajan mano a mano para proteger sus intereses estratégicos en el Ártico, incompatibles con los de la Alianza Atlántica. Las partes han acordado colaborar en la aplicación de la legislación marítima después de dos días de negociaciones en la ciudad rusa de Múrmansk, ubicada en el Círculo Polar Ártico, no muy lejos de la frontera con Finlandia, nuevo socio de la OTAN.

Los guardacostas chinos y el FSB ruso, el sucesor del KGB, firmaron el martes un memorando de entendimiento sobre el que apenas dieron a conocer detalles. Las negociaciones, conducidas con sigilo por el jefe de los guardacostas chinos, Yu Zhong, y el primer subdirector de los servicios de inteligencia rusos, Vladimir Kulishov, se produjeron en un momento en el que Moscú avanza en la construcción de puestos militares en la región y Pekín busca hacerse un hueco en un espacio crucial para la próxima década.

Las partes se comprometieron a “promover activamente la cooperación en la aplicación de la ley marítima, unir sus esfuerzos para construir una comunidad marítima de destino y hacer todo lo posible para servir a la asociación estratégica integral de cooperación entre China y Rusia en la nueva era”, según la televisión estatal china CCTV. El acuerdo forma parte de la “amistad sin límites” entre Rusia y China que afianzaron tras la visita de Xi a Moscú en marzo.

Rusia considera el Ártico su patio trasero. Entre sus pretensiones está la de explotar los vastos recursos energéticos que ofrece la región. Con ese objetivo en mente, el Kremlin presentó una reclamación a instancias de Naciones Unidas para garantizar su derecho legal sobre los hidrocarburos, al tiempo que China se presenta como “Estado cercano al Ártico”. Pekín tiene estatuto de observador en el Consejo Ártico, pero, a diferencia de Moscú, no es miembro.

Rusia está aislada en el Consejo. De sus miembros, solo Suecia está fuera de la OTAN, a la espera de que Turquía dé luz verde a su proceso de adhesión. Por eso, en un intento desesperado por equilibrar la situación, Putin ha instado a actores como India, Irán y Arabia Saudí, naciones no árticas, a instalarse en la región a través de inversiones en rutas marítimas, proyectos de gas natural, centrales eléctricas y otros proyectos conjuntos.

Desde la retirada de las compañías occidentales del Ártico a cuenta de las sanciones internacionales contra Rusia por su invasión de Ucrania, la gasística rusa Novatek, que opera en la región, barajó la posibilidad de trabajar con empresas emiratíes y turcas para desarrollar sus explotaciones. Pero hasta la fecha no ha sido capaz de encontrar nuevos socios.

China, por su parte, ambiciona los recursos naturales y rutas marítimas del Ártico, y considera a Rusia como la puerta de entrada principal para expandir su influencia en la región. También desde el plano militar. En la visita de Xi a Moscú en marzo, las partes acordaron reforzar la cooperación de sus ejércitos, que realizan de forma habitual maniobras conjuntas en aguas del Pacífico y el mar de Japón, para trasladar estos ejercicios al Ártico.