Chile

Piñera: «Hay que levantar la voz para que las elecciones en Venezuela sean libres»

El ex presidente de Chile asegura que, sin observadores internacionales imparciales, los trascendentales comicios legislativos de Venezuela no serán transparentes ni libres

Sebastián Piñera
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Al ex presidente chileno Sebastián Piñera no le gusta hablar de su país cuando está fuera de él. Sin embargo, muestra sus preocupaciones y es tajante con la crítica situación en Venezuela durante una entrevista con LA RAZÓN en la cumbre sobre terrorismo «Stop Violent Extremism» organizada por el Club de Madrid.

–¿Cree que se podrán celebrar elecciones libres en Venezuela con los líderes opositores encarcelados y sin presencia de observadores internacionales?

–En Venezuela, están gravemente vulnerados los principios básicos de la democracia, del Estado de Derecho, de las libertades y del respeto a los derechos humanos. No existe separación de poderes, ni libertad de expresión ni de asociación, ni hay garantías del debido proceso. No hay respeto por la oposición. En Venezuela, existen presos políticos, como Leopoldo López, Antonio Ledezma y Daniel Ceballos y también jóvenes encerrados en la infame cárcel de «La Tumba», privados de libertad de forma arbitraria por el simple hecho de expresar sus ideas.

–El fiscal venezolano que participó en el juicio contra Leopoldo López y que ha huido a Estados Unidos, ¿ha dicho una verdad que conocíamos todos?

–La mejor prueba de todo lo anterior es precisamente el juicio a López, acusado de forma arbitraria y juzgado por una jueza provisional y dependiente del Poder Ejecutivo. El testimonio del fiscal que llevó la causa diciendo que todo fue falso invalida el juicio. Franklin Nieves ha pedido disculpas a la familia de López, a Venezuela y, en cierta forma, al mundo entero. Ojalá él hubiera podido hablar antes. Pero más vale tarde que nunca.

–A esas lacras, se une el duro día a día de los venezolanos...

–Venezuela está viviendo una grave crisis económica que se refleja en que uno de los países más ricos del mundo, con las mayores reservas de petróleo, está hoy en una condición económica de gran postración, lo que se traduce en que la economía venezolana está retrocediendo, disminuye su PIB, hay un desabastecimiento generalizado, aumenta la pobreza y, además, con signos graves de violencia tanto de parte de la gente del Estado como la inseguridad generalizada de la ciudadanía. Por todo esto, espero y creo que la comunidad internacional, y especialmente los presidentes de los países latinoamericanos que han firmado los acuerdos de la OEA, de Unasur y Mercosur, que contemplan la cláusula democrática, tienen que levantar con fuerza su voz, para lograr que las elecciones de diciembre sean libres, informadas, transparentes y que den garantías a todos. Y para lograr esto me parece fundamental que existan observadores externos que puedan dar garantías de transparencia, de ecuanimidad y de respeto a la decisión soberana que deberá tomar el pueblo venezolano.

–Y así los ciudadanos puedan ir a votar libremente...

–El Gobierno venezolano, que ejerce un poder omnipresente y omnipotente dentro de Venezuela, tiene el deber y la obligación de garantizarles a todos los ciudadanos un proceso electoral limpio, transparente, informado, que dé garantías. Para ello es fundamental, no sólo las medidas que tomen el Gobierno y la Comisión Electoral, sino también que permitan la presencia de observadores internacionales, objetivos imparciales que puedan ratificar y verificar en el antes, durante y después de las elecciones que el proceso democrático se ha cumplido de buena fe y en forma íntegra.

–¿Cree que los argentinos están ante un cambio de era sin kirchnerismo tras las elecciones del pasado domingo?

–Con respecto a todas las expectativas, las encuestas, e incluso a lo que mostraron las PASO [las primarias de agosto], el resultado electoral constituye un gran triunfo, sin duda, para la candidatura de Mauricio Macri y de su alianza política. Pero pienso que también representa un gran logro para la democracia argentina y abre las puertas para una nueva esperanza de que Argentina pueda reencontrarse con el camino del progreso y del desarrollo que ha perdido en los últimos tiempos.

–¿Qué le parece que en la ONU se vaya a votar sobre el fin del embargo a Cuba y las nuevas históricas relaciones con EE UU?

–Los dos grandes objetivos, no sólo para Cuba y para América Latina de este reinicio del diálogo entre ambos países, son básicamente dos. Primero, recuperar las libertades, la democracia, el respeto a los derechos humanos en Cuba. El segundo, terminar con el bloqueo a Cuba. Para el primero, depende esencialmente del Gobierno cubano. A estas alturas del siglo XXI parece impensable e inaceptable que en Cuba todavía no exista una verdadera democracia y respeto a los derechos humanos, y el mundo entero tiene derecho a comprometerse con esa causa. Hoy, el respeto a los derechos humanos y la defensa de la democracia son valores que no aceptan fronteras, son universales. Todos los que creen en la libertad tienen todo el derecho del mundo a hacer todo lo que esté a su alcance para que esos valores puedan existir y respetarse íntegramente en Cuba. En cuanto al bloqueo, depende de Estados Unidos, no sólo del presidente Obama, sino del Congreso estadounidense. Vemos con mucha esperanza que estos dos grandes objetivos puedan lograrse, pero cometeríamos un grave error si pensáramos que el único objetivo es levantar el embargo económico y nos olvidásemos del otro objetivo que para mí es más importante aún: la recuperación plena de la democracia en la isla.

–En cuanto a Chile, ¿cómo ve el país con los casos de corrupción en el Gobierno de Bachelet?

–Chile tuvo 25-30 años extraordinariamente positivos, recuperamos la democracia, la economía logró crecer con fuerza y consistencia. De hecho, pasamos del octavo lugar al primero en términos de ingresos per cápita, logramos reducir la pobreza del 40% al 7%, mejoramos las condiciones de vida de la inmensa mayoría de la población; también consolidamos nuestra democracia y, hoy día, Chile también está pasando por momentos difíciles. Hemos perdido la capacidad de crecer, de crear empleos, y se ha generado un clima de mucho conflicto, inestabilidad e incertidumbre que está afectando nuestras posibilidades de desarrollo. Con respecto a la corrupción, en Chile existe un Estado de Derecho. En consecuencia, lo natural es que las instituciones puedan funcionar con independencia y autonomía. Y eso es lo que espero que ocurra.

–¿Se presentará a las próximas elecciones?

–Este Gobierno todavía no ha completado la mitad de su periodo; por tanto, empezar a pensar en el próximo presidente cuando se acaba de elegir a otro es una mala práctica de América Latina. Es mejor que las cosas ocurran a su debido tiempo. Ya vendrá el momento, probablemente el próximo año o en 2017, para pensar y definir los temas de futuras candidaturas presidenciales. Pero aún no ha llegado.

–Pero sin entrar en lo negativo, habrá chilenos que pidan que usted sea candidato por lo positivo de su pasado mandato...

–Cada cosa a su tiempo. Hoy, lo que queremos es colaborar para que Chile pueda superar esta situación de pérdida de dinamismo y de confianza. Más adelante, ya serán otras las preocupaciones.