Unión Europea
Brexit Pet: Más 250.000 perros y gatos en dificultades
Aparte de las consecuencias económicas, la marcha del Reino Unido de la Unión Europea podría acarrear obstáculos para viajar con las mascotas
Aparte de las consecuencias económicas, la marcha del Reino Unido de la Unión Europea podría acarrear obstáculos para viajar con las mascotas
La libertad de movimiento de los más de 250.000 perros y gatos que cada año transitan entre el Reino Unido y la Unión Europea queda en el aire con el Brexit. Y es que la libre circulación también se vería afectada con la desconexión, lo que deja ver lo complicado que pueden llegar a ser las negociaciones a las que se enfrentan los 27 miembros de la UE con Londres. Y es que también las mascotas tendrían que cumplir unos parámetros europeos que harían que no pudieran venir con sus dueños a Europa si no las cumplen. «El destino de la libre movilidad de los perros y los gatos, y otros aspectos, son de la mayor importancia. No sólo para la Comisión Europea, sino para la Unión Europea en general», aseguró ayer el portavoz del Ejecutivo comunitario Alexander Winterstein.
Y es que la movilidad de las mascotas es la coletilla que utiliza el negociador del Brexit de la Comisión Europea, el ex ministro francés Michel Barnier, para sintetizar la complejidad del escenario en el que se adentran el Reino Unido y la Unión Europea durante los próximos 24 meses. El primero en lanzar al debate público esa «estadística muy interesante» fue el primer ministro de Malta y presidente de turno de la UE, Joseph Muscat.
«Por ejemplo, Michel (Barnier) me dijo: ‘‘¿sabes cuántos perros y gatos pasan de Dover (Reino Unido) a Calais (Francia) con el pasaporte para mascotas?’’ Me respondió que son 250.000 y para esto también tenemos que encontrar una solución», comentó el político maltés en La Valeta, en el marco del congreso del Partido Popular Europeo (PPE).
En la actualidad, los perros, los gatos y los hurones pueden moverse libremente por la Unión Europea, siempre que vayan acompañados de sus dueños y estén debidamente provistos de un pasaporte para mascotas, un sistema que inició el Reino Unido, donde la rabia se erradicó hace años, y que la UE en su conjunto adoptó en 2012, informa Efe.
El pasaporte para mascotas toca, tangencialmente, a España, donde residen unos 308.820 británicos y que en 2016 recibió a 17,8 millones de turistas del Reino Unido, de manera que, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), ese es el primer emisor de visitantes a España, muchos de ellos con sus animales de compañía. A la inversa, unos 200.000 españoles residen actualmente en territorio británico, así que este es uno de los aspectos que antes quieren solucionar ambas partes en la negociación.
Los dueños de mascotas podrán seguir viajando con ellas, pero conllevará mayor dificultad. En la actualidad, «para viajar desde España a un país de la UE la mascota debe estar identificada con un microchip o tatuaje (si éste se hizo antes del 3 de julio de 2011 y siga legible), estar vacunada frente a la rabia con una vacuna válida en el momento de realizar el viaje y disponer de un pasaporte europeo para el movimiento de animales de compañía. Al igual que si viajaba a España desde un país de la UE. Si va a Reino Unido, Irlanda, Malta, Finlandia o Noruega, además, debe tratar a su perro contra Echinococcus multilocularis entre 24 y 120 horas antes de llegar al país», según la información facilitada por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente. La E. multilocularis, también denominada como la «tenia del zorro», produce una enfermedad llamada quiste hidatídico en muchos mamíferos. Ocasiona pequeños quistes que se puede extender a diferentes órganos del organismo.
Pero con el Brexit, tanto los ingleses que vengan a España con sus mascotas como los españoles que quieran viajar con su animal de compañía a Reino Unido, tendrán más dificultades, ya que, para viajar a un país tercero, deberá cumplir los requisitos que pida dicho país.
Por el momento Reino Unido no se ha pronunciado sobre cuáles serán sus exigencias, pero para entonces deberá informarse en la Embajada o Consulado de ese país destino, así como en la pagina web del Ministerio responsable del país en concreto.
Así, para viajar a Estados Unidos con su mascota, el Consulado de EE UU en España informa en su web de que «su perro/gato debe llevar un certificado de salud o de vacunaciones en el que se certifique que está libre de cualquier enfermedad. En este documento se debe identificar al animal, las fechas de las vacunas, fechas de caducidad y tener la firma de un veterinario autorizado». Además, «los perros deben ser vacunados de la rabia como mínimo 30 días antes de entrar en EE UU con el correspondiente certificado que lo acredite. Si a su llegada el animal muestra síntomas de estar enfermo, será examinado por un veterinario y los gastos correrán de su parte. Y si el destino son las islas de Hawaii y a los territorios de Guam y de Samoa además «su mascota debe pasar una cuarentena de 120 días».
En el caso de los que quieran volver a España después de visitar un país no miembro de la UE, como será Reino Unido, el Ministerio de Agricultura informa de que deberá volver con su mascota a través de uno de los puntos de entrada de viajeros designados y declarar a la Guardia Civil que viaje con un animal de compañía.
En aquellos casos en los que no disponga de pasaporte europeo, como será el caso tras el Brexit, los dueños que quieran venir a España con sus animales deberán aportar un certificado zoosanitario que deberá ir firmado por un veterinario oficial del país tercero y presentarse al menos en castellano. Una declaración conforme a los modelos de la UE y una copia certificada de los datos de identificación y vacunación del animal o animales.
¿Cuál es la sensibilidad de los británicos respecto a sus mascotas? No olvidemos que el 40% de los hogares de las islas conviven con un animal. Del total del censo, un 24% –8,5 millones– son perros y un 17% –7,5 millones– son gatos. «En general, todos los británicos son muy cariñosos y atentos con los perros, nunca escatiman en gastos. Si el animal necesita una operación o está enfermo nunca miran el lado económico», afirma a LA RAZÓN Mercedes Rodríguez, veterinaria a domicilio en la localidad de Arroyo de la Miel (Málaga), una zona de gran afluencia británica. «Incluso, en un par de ocasiones he podido atender a perros abandonados que han sido rescatados por británicos y que querían dar una mejor vida a estos animales y acogerlos en sus casas. Además, estoy completamente segura de que, si tuvieran que volver a Reino Unido, las mascotas viajarían con ellos con total certeza», concluye.
Examen dos días antes de ser vendido
¿Qué condiciones debe cumplir una mascota que compramos o adaptamos procedente de otro país de la UE? Según la normativa vigente, recogida por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, los animales «procedentes y/o dirigidos a un domicilio particular» deben ir acompañados del correspondiente certificado intracomunitario Traces –el sistema informático veterinario integrado– que, entre otras cosas –como el origen y destino del animal–, incluye sus datos veterinarios. Además, la mascota debe ir identificada con tatuaje –sólo si fue tatuado antes de julio de 2011– o microchip. Del mismo modo, tiene que estar vacunada de la rabia, con una vacuna «inactivada o recombinante, no viva». Toda esta información sanitaria figurará en el pasaporte europeo de mascotas –expedido por un veterinario oficial o autorizado–. Otros requisitos: el animal no puede tener menos de tres meses –el motivo es que antes de esa edad no se les vacuna de la rabia– y debe haberse realizado un examen médico «en el plazo de las 48 horas anteriores al viaje» por parte de un veterinario oficial. En cuanto al transporte, el vehículo en el que viajen las mascotas y el propio transportista deben estar autorizados en la base de datos Sirentra (Sistema informático de registro de transportistas de animales vivos) y, del mismo modo, dados de alta en la aplicación Traces.
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