Política

Timor Oriental

Naciones Unidas se marcha de Timor Oriental

Naciones Unidas arrió hoy su bandera y retiró a los últimos "cascos azules"que permanecían en Timor Oriental, país en el que la seguridad continúa siendo frágil tras una década de independencia marcada por brotes de violencia.

Con la retirada de cerca de una treintena de policías y militares de un contingente que llegó a estar compuesto por 1.500 efectivos de diferentes países, concluyó oficialmente el mandato de la llamada Misión Integrada de Naciones Unidas en Timor Oriental.

El hasta ahora jefe de la misión, el danés Finn Reske-Nielsen, dijo a la emisora Radio Australia, que desde la creación de esta se han hecho avances para que exista seguridad y un clima de paz en el país.

Naciones Unidas, que organizó el referéndum que en 1999 supuso para esta excolonia portuguesa el final de casi medio siglo de ocupación indonesia, gestionó Timor Oriental hasta que en 2002 declaró la independencia y se formó el primer Gobierno.

Y tras tutelar la transición hasta 2005, regresó al año siguiente cuando el Gobierno timorés se vio obligado a solicitar ayuda a la comunidad internacional para sofocar la ola de violencia que estuvo al borde de sumir al país en una guerra civil.

El detonante de aquellos disturbios que causaron la muerte de una treintena de personas y forzaron el desplazamiento de cerca de otras 150.000, fue el motín protagonizado por 599 militares que fueron expulsados de las filas del Ejército por reclamar mejoras laborales y denunciar la corrupción en la institución.

"Continúa habiendo retos a conseguir. Y cuando los efectivos de la misión de paz se retiran, esta relación mira hacia una nueva fase enfocada en el desarrollo social y económico", señaló Reske-Nielsen.

A pesar de los dividendos que generan los yacimientos de petróleo y gas y de que el país ha recibido de la comunidad internacional unos 1.500 millones en ayuda financiera, cerca del 41 % de la población de Timor Oriental, que asciende a 1,1 millones, vive por debajo del umbral de la pobreza y el 40 % de los jóvenes con edad de trabajar carecen de un empleo, según datos de la ONU.

El pasado octubre se traspasaron las competencias de seguridad a la Policía timorense, después de que una evaluación conjunta de la ONU y las autoridades de Timor considerara que estaba preparada para asumir la tarea.

Tras la retirada del destacamento militar y policial de la ONU, el Gobierno de Timor Oriental prevé continuar con la formación de sus fuerzas de seguridad con el apoyo de varios países, sobre todo de Australia.

"La presencia de Naciones Unidas ha creado ventajas y desventajas, entre las primeras, que nos ha proporcionado tiempo para crear instituciones sólidas, pero, ¿lo hemos conseguido?", dijo el pasado noviembre a Efe, Mari Alkatiri, jefe de la oposición y líder del partido Frente Revolucionario de Timor Oriental Independiente (Fretilin).

Timor Oriental fue invadida a finales de 1975 por las tropas de la vecina Indonesia y tras más de dos décadas de resistencia armada y una represión que causó la muerte de unas 183.000 personas, esta ex colonia portuguesa declaró la independencia en 2002, tres años después del referendo organizado por la ONU.

La victoria independentista en las urnas enfureció a las milicias anexionistas y al Ejército indonesio, que antes de abandonar el territorio recurrieron a uso de la violencia contra la población, saquearon y destruyeron Dili, la capital, y otras localidades.

Timor Oriental celebró este año elecciones presidenciales y también legislativas sin que se produjeran incidentes violentos.