Chad
Muere tiroteado un soldado chadiano tras apuñalar a un enfermero militar francés en una disputa
El chadiano asestó tres puñaladas en un estado "que no era normal" antes de ser abatido
Las tensiones entre Francia y sus antiguas colonias en África Occidental no se toman un día libre. El último disgusto de Emmanuel Macron tuvo lugar este martes, cuando un enfermero militar francés mató a disparos a un soldado chadiano en el curso de una disputa que terminó en drama. Chad, nación colindante con Níger, es hoy la última nación saheliana dispuesta a colaborar con Francia en la lucha antiterrorista tras los espaldarazos de las juntas militares que gobiernan en Mali, Burkina Faso y Níger, lo que hace de los últimos acontecimientos un peligroso paso hacia el abismo de Francia en África.
El chadiano atacó primero. El general Ali Maïde Kebir, gobernador de la región de Borkou, confirmó a AFP en una llamada telefónica que “un soldado chadiano, que no se encontraba en un estado normal, fue a curarse a la base militar del ejército francés, cogió un bisturí e hirió a un enfermero militar francés. El enfermero utilizó su arma de fuego y lo mató”. Los hechos tuvieron lugar en la base militar de Faya-Largeau, una pequeña capital regional ubicada al norte del país y en donde Francia cuenta con 40 militares desplegados desde hace casi cuatro décadas. Ya se ha iniciado una investigación conjunta entre los ejércitos francés y chadiano con el fin de esclarecer lo ocurrido: de momento se conoce que el enfermero recibió tres puñaladas con el bisturí, una en el cuello, otra en el pecho y una tercera en la cabeza, antes de que pudiera utilizar su arma.
Las reacciones de la población local ante lo sucedido fueron fulminantes. Los habitantes de Faya se congregaron en torno a la base francesa desde el momento en que se conoció la noticia, y las protestas duraron todo el día. Hubo un momento en que los locales intentaron penetrar en el interior del recinto, aunque fueron rápidamente rechazados y terminaron por dispersarse al caer la noche. A lo largo del día pudieron escucharse disparos de advertencia efectuados desde dentro de la base.
Se ha implantado el toque de queda en Faya con el objetivo de mantener controlada a la población. Preocupa igualmente la reacción que pueda nacer entre algunos miembros de las fuerzas de seguridad chadianas. Después de lo sucedido en Níger, y considerando la delicada situación en el poder del presidente Mahamat Déby, hijo del difunto presidente Idriss Déby, toda precaución es poca en el último bastión francés en el Sahel, su Acre particular. Las primeras informaciones indicaron además que un número indeterminado de soldados chadianos habían participado en las protestas del martes, aunque no hubo que lamentar incidentes a este respecto.
Situación delicada en Chad
Conviene recordar que Idriss Déby gobierna en Chad desde que provocó un autogolpe de Estado en 2021 que le permitiese continuar el gobierno que inició su progenitor en 1990. Su gobierno de transición, avalado por Francia y que debía durar 18 meses, se ha prolongado en el tiempo de manera indefinida con el apoyo de París pese a haberse dado intensas jornadas de protestas. Las más mortíferas tuvieron lugar en octubre de 2022, cuando 60 personas murieron y 300 resultaron heridas tras manifestarse en contra de la perpetua toma de poder de los militares. Además, los grupos insurgentes del sur de Chad (culpables de la muerte de Déby padre) retomaron la lucha armada hace apenas un mes y podrían poner en nuevos aprietos al joven autócrata.
Chad vive igualmente una compleja situación en su frontera oriental debido al constante flujo de refugiados venidos de la guerra en curso en Sudán. Sólo en los dos últimos meses han cruzado su frontera 115.000 refugiados sudaneses, según confirman los datos de Naciones Unidas, mientras el país ya mantenía previamente a 7 millones de personas (un tercio de su población) necesitadas de ayuda humanitaria por la sequía y falta de alimentos persistentes. A la crisis humanitaria se le añaden los vínculos entre los paramilitares sudaneses de las RSF y los núcleos de población del este de Chad, habiendo llegado a comentar algunos analistas que la guerra en Sudán podría afectar a los equilibrios de poder chadianos.
Chad ha servido de intermediario entre la CEDEAO y los golpistas de Níger este verano, a la vez que ha negado su apoyo a una eventual intervención militar. Siempre con dos objetivos en mente: evitar que se suceda en Yamena lo mismo que ha acontecido en las naciones vecinas de Níger, Mali y Burkina Faso; y servir de refugio para las cada vez más escasas tropas francesas en África. Pertenece además a la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC), una organización regional compuesta por once naciones y que recientemente suspendió a Gabón con motivo del golpe de Estado ocurrido el 30 de agosto.