Nombramiento
Michel Barnier: la sorpresa de Macron para primer ministro
Fue la persona encargada por Bruselas para negociar la salida de Reino Unido de la UE
Habemus primer ministro. Por fin ha salido humo blanco del palacio del Elíseo para anunciar a Michel Barnier, del partido de derecha Los Republicanos, como nuevo jefe de gobierno de Francia.
Una total sorpresa si recordamos que apenas tres días antes los nombres que más sonaban para el puesto eran el izquierdista Bernard Cazeneuve, el derechista Xavier Bertrand y un tercer candidato de la sociedad civil, Thierry Baudet. Barnier nunca estuvo entre las apuestas.
Después de casi dos meses de parálisis política desde las elecciones legislativas del 7 de julio y tras recibir toda clase de críticas y amenazas, el presidente Emmanuel Macron se ha decantado por un representante fiel de la derecha tradicional y antiguo hombre de confianza de Nicolás Sarkozy y Jacques Chirac.
Michel Barnier,de 73 años, fue ministro de Relaciones Exteriores, de Asuntos Europeos y de Agricultura Y Pesca entre 1995 y 2009 bajo la administración de los dos últimos presidentes de derecha. Pero antes, también había trabajado bajo la batuta del padre socialista por excelencia, François Mitterrand, como ministro de Ambiente entre 1993 y 1995, en cohabitación con el Primer Ministro de derechas, Edouard Balladur. Barnier fue también diputado europeo, negociador del Brexit por parte de la Unión Europea y miembro de la Comisión Europea entre 2010 y 2014.
Pero Michel Barnier representa, sin duda, un baño de agua fría para el bloque de izquierdas - el Nuevo Frente Popular - que resultó ganador de los comicios parlamentarios de julio y conquistó una mayoría de escaños en la Asamblea Nacional. Una coalición que, sabiéndose victoriosa, había propuesto ya una figura para el cargo de Primer Ministro: Lucie Castets, que fue descartada casi inmediatamente por Macron.
El primero en tomar la palabra para atacar la decisión presidencial fue Jean-Luc Mélenchon, jefe del partido de izquierda radical, La Francia Insumisa:
“Le han robado las elecciones legislativas al pueblo francés. Es una negación de la democracia. Descubrimos hoy un nuevo Primer Ministro que ha sido elegido con ‘el permiso’ y quizás con la ‘sugerencia’ de Reagrupación Nacional (partido de extrema derecha). Un primer ministro que proviene del partido que llegó de último en las elecciones.”
Y ciertamente, luego de una división importante en el seno del partido Los Republicanos - al que pertenece el nuevo premier Michel Barnier – la facción que no selló alianzas con la extrema derecha sólo obtuvo 47 escaños de un total de 577 que conforman la Asamblea Nacional. Si se compara con los 193 asientos que obtuvo el Nuevo Frente Popular, y que le otorga una mayoría relativa, se comprende bien la indignación que reina hoy entre las filas de la izquierda.
Mélenchon reiteró la convocatoria a “la movilización más fuerte posible” este 7 de septiembre en París para repudiar el nombramiento de Barnier como primer ministro. El jefe de LFI la ha bautizado como una marcha para “rechazar la monarquía presidencial”.
Por el lado del Partido Socialista, el mismo expresidente Francois Hollande también expresó su inconformidad y sus sospechas: “Hay la casi certeza de que, si Barnier pudo ser nombrado por el presidente Macron, es porque la extrema derecha de Reagrupación Nacional dio su visto bueno”. Hollande añade que se trata de una “paradoja” porque las alianzas electorales del frente republicano se produjeron para mantener a raya a la extrema derecha, y ahora es la extrema derecha la que está dando a Macron la oportunidad de nombrar a un primer ministro.
¿Qué dice la extrema derecha? Jordan Bardella y Marine Le Pen se muestran prudentes y no amenazan con moción de censura. Al menos por ahora. Ambos
han asegurado que su partido juzgará a Michel Barnier por su “discurso de política general” antes de decidir si inicia o apoya un procedimiento de censura. “Defenderemos que se aborden por fin las grandes urgencias de los franceses: poder adquisitivo, seguridad e inmigración. Y si no es así, nos reservamos todos los medios políticos de acción en las próximas semanas” - declaró Jordan Bardella en X.
Recordemos que para que una moción de censura prospere, se necesita el apoyo de una mayoría absoluta de diputados en la Asamblea Nacional. Esto equivale a 289 votos que el bloque de izquierdas no posee. Si las otras tendencias parlamentarias, como el macronismo, la derecha y la extrema derecha, no se suman a la moción, Michel Barnier permanecerá en su cargo.
¿Y cómo sería una cohabitación entre Barnier y Macron? Nada indica que vaya a ser una luna de miel. Desde hace varios años, Michel Barnier ha sido un duro crítico contra la gestión y la personalidad del presidente.
Desde el primer mandato de Emmanuel Macron, el ahora nuevo primer ministro ha deplorado su forma de ejercer el poder, considerando que trabajaba de forma demasiado solitaria, carente de humildad e incluso a veces “arrogante”.
Michel Barnier aseguraba ya desde 2022, en plena campaña, que el país no estaba bien gobernado: “Tiene que haber confianza entre los alcaldes, los departamentos, las regiones y el ejecutivo, y cada uno tiene que estar en su sitio”.
Sin embargo, Emmanuel Macron siempre ha tenido una tendencia más marcada hacia la derecha que hacia la izquierda y podría encontrar en Barnier un aliado. Hay también una diferencia de edad entre ambos que podría decantarse en una figura de “mentor” para solventar asuntos espinosos como el presupuesto nacional y las decisiones de recortes sociales.
En cualquier caso, lo que sí se avizora es que las ideas del plan de gobierno izquierdista, que contenía promesas importantes para los electores franceses como aumento de salario mínimo, derogación de la Ley de Reformas de Pensiones, regreso del impuesto a las grandes fortunas y una mejor distribución de pagos justos para los productores agrícolas, podrían olvidarse rápidamente con un tándem Barnier-Macron.
✕
Accede a tu cuenta para comentar