Guerra en Yemen
Los separatistas del sur de Yemen se hacen con el control de Adén
Por su parte, la coalición liderada por Riad aseguró que tomaría «todas las medidas necesarias para restablecer la seguridad en Adén»
Por su parte, la coalición liderada por Riad aseguró que tomaría «todas las medidas necesarias para restablecer la seguridad en Adén».
Enfrascados en una guerra civil desde 2015 que ha provocado la peor crisis humanitaria del mundo, los yemeníes se enfrentan ahora a una nueva división territorial que podría fracturar el país en tres. Los separatistas del sur se hicieron ayer con el control de Adén, donde se halla confinado el Gobierno del presidente Abo Rabo Mansur Hadi, después de que los rebeldes hutíes tomaran la capital, Saná hace más de tres años. Desde el domingo, el Consejo de Transición del Sur, apoyado por Emiratos Árabes Unidos (EAU), se ha enfrentado a los leales del presidente y tienen acorralado al jefe de Gobierno, Ahmed Obaid Bin Daghar, y su Gabinete en el Palacio presidencial.
En un comunicado, la coalición liderada por Riad aseguró que tomaría «todas las medidas necesarias para restablecer la seguridad en Adén». Las fuerzas gubernamentales se mostraron dispuestas a plegarse ante el llamamiento de la coalición árabe de un alto el fuego «inmediato». La petición no fue tan bien recibida por los separatistas, que aprovecharon el cese de hostilidades para atacar una base de Hadi en Dar Saad, con vehículos blindados emiratíes.
Los combates con tanques y artillería han dejado ya al menos 36 muertos y 185 heridos, según el Comité Internacional de la Cruz Roja. Los separatistas del sur llegaron ayer hasta la misma entrada del palacio, en el centro de Adén, y obligaron a las fuerzas de Hadi a abandonar sus posiciones. Los sublevados habrían tomado el palacio de gobierno de no ser por las fuerzas saudíes, que frenaron su avance. Según la agencia de noticias Associated Press, que cita fuentes anónimas, el primer ministro y varios miembros del Gobierno partirían en breve hacia Riad, donde se encuentra Hadi. El mandatario yemení está respaldado por una coalición árabe, liderada por Arabia Saudita y EAU, que bombardea las posiciones de los hutíes en Saná y el norte del Yemen.
Hasta mayo de 2017, el poderoso movimiento separatista del sur era aliado de Hadi, que estableció su Gobierno en Adén tras su expulsión de Saná por los rebeldes hutíes –apoyados por Irán– en 2014. La alianza del Gobierno yemení con el movimiento secesionista comenzó a complicarse en abril, cuando Hadi destituyó al ex gobernador de Adén, Aidarus al Zubaidi, quien al mes siguiente formó el Consejo de Transición del Sur.
La semana pasada, el Consejo fijó un ultimátum al presidente, a quien le exigió la destitución del primer ministro y «cambios en el Gobierno», acusado de corrupción. El ultimátum expiró el domingo y ese día estallaron los enfrentamientos.
Al débil Gobierno se le ha abierto otra brecha y de no poder controlarla, con una insurrección en el norte y ahora otra en el sur, y los milicianos de Al Qaeda aprovechando la situación de caos para afianzarse, Yemen podría acabar en la mismas situación que antes de 1990, con dos estados independientes, uno al norte y al Sur. Entretanto, milicianos de Al Qaeda atacaron un retén militar en la provincia sureña de Shabwa, donde mataron al menos a 12 soldados en una zona donde las fuerzas yemeníes habían proclamado una victoria contra los extremistas.
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