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Defensa

Lituania refuerza con más alambradas y defensas antitanque su frontera con la región rusa de Kaliningrado

"Hay que estar preparados para lo que pase", advierte el ministro de Defensa lituano

Lituania.- Lituania completa el refuerzo de la frontera con el exclave ruso de Kaliningrado EUROPAPRESS

El Gobierno de Lituania ha concluido las operaciones para reforzar su frontera con el exclave ruso de Kaliningrado, una región que no tiene frontera natural con el resto del país pero que para Moscú es clave porque supone su salida al Mar Báltico y la sede de su poderosa flota. Y, por eso mismo, es una amenaza para los países vecinos, entre ellos Lituania.

El refuerzo de la zona fronteriza se ha realizado mediante la instalación de más alambre de espino y defensas antitanque. "Es importante estar preparados pase lo que pase", ha dicho el ministro del Defensa, Laurynas Kasciunas, según informa Europa Press.

Las autoridades lituanas han bloqueado los alrededores del Puente de la Reina Luisa, en la ciudad de Panemuné, ya que es propiedad de Rusia. "Sólo podemos instalar obstáculos delante", donde "el movimiento de las fuerzas enemigas podría ser bloqueado", ha explicado Kasciunas.

LituaniaA. CruzLa Razón

Asimismo, ha señalado que está previsto instalar más obstáculos. "El enemigo se verá obstaculizado no sólo por las empinadas pendientes del río, sino también por minas, dientes de dragón, alambres de espino y concertina", ha dicho. "En caso de una invasión militar, las fuerzas enemigas necesitarían mucho más tiempo y recursos para eliminar los obstáculos (...) dando a nuestras fuerzas más tiempo para prepararse para la defensa.", apunta el comunicado de Defensa.

Para la ministra del Interior, Agne Bilotaite, este tipo de medidas muestran el compromiso de Lituania con la seguridad exterior de la Unión Europea, según Europa Press. "Aprovecharemos todas las oportunidades para recibir financiación de la Comisión Europea para reforzar el control fronterizo", ha adelantado. El Gobierno tiene previsto reforzar otros espacios de la frontera que les separa tanto de Kaliningrado como de Bielorrusia, que podría suponer un gasto, según sus propias cifras, de unos 600 millones de euros para los próximos diez años.