La detención hoy de Vicente Carrillo Fuentes dejó sin cabeza y prácticamente extinta a la dinastía fundadora del cártel de Juárez en los años setenta, que dominó durante décadas el narcotráfico en el norte de México y el paso fronterizo de Ciudad Juárez. El comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, explicó que el líder del cártel de los Carrillo Fuentes fue capturado por la Policía federal en un “operativo discreto, sin violencia y sin un solo disparo” en la ciudad de Torreón, en el norteño estado de Coahuila.

La detención de Carrillo Fuentes fue resultado de un “trabajo coordinado” de inteligencia que permitió seguir los pasos del capo del narcotráfico en los estados de Chihuahua y Coahuila.

Rubido recordó que Carrillo Fuentes era “uno de los 122 principales objetivos de seguridad”, por el que el Gobierno mexicano ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos (1,7 millones de euros), mientras que el de Estados Unidos prometía 4 millones.

Carrillo Fuentes, alias “el Viceroy”, asumió el mando del cártel en 1997, convirtió Ciudad Juárez en una “de la ciudades más violentas del mundo y provocó cientos de muertes”, dijo el comisionado de Seguridad.

También conocido como el General, el Coronel o Andrés, es hermano del fallecido Amado Carrillo Fuentes, el “Señor de los cielos”, quien murió en 1997 tras una operación estética en la que trataba de cambiarse el rostro.

El cartel de Juárez fue fundado a mediados de los años ochenta por el “Señor de los cielos”, llamado así porque mediante una flota de aeronaves controlaba el mercado de las drogas en una docena de estados de México.

Según un informe de la Oficina Federal de Investigaciones de EE.UU. (FBI), Carrillo Fuentes es líder de este grupo responsable de la exportación a Estados Unidos desde México de cocaína y marihuana a través de la frontera de Ciudad Juárez/El Paso.

El 16 de agosto de 2000, añade dicho informe, un jurado federal de Texas emitió una acusación formal de 46 cargos contra él, entre ellos el de pertenecer a un grupo de la delincuencia organizada, narcotráfico, lavado de dinero, además de ordenar supuestamente la ejecución de al menos nueve personas.

El Departamento Estadounidense Antidrogas (DEA) felicitó al Gobierno de México por la detención de Carrillo Fuentes en un comunicado en el que su directora, Michele Leonhart, lo calificó como uno de los narcotraficantes “más notorios de la historia”.

Nacido en 1962 en Guamachilito (Sinaloa), también era buscado por la Procuraduría General de la República (PGR), quien ofrecía una recompensa por pistas que llevaran hasta su captura por estar acusado de delincuencia organizada y delitos contra la salud.

Según dijo a Efe el experto en narcotráfico Ricardo Ravelo, esta detención es “muy importante” porque desde que su hermano falleció y él tomó las riendas fue prácticamente intocable como jefe de la organización.

El cartel de Juárez, explicó Ravelo, domina los estados de Chihuahua, la comarca lagunera, Durango, Sinaloa, Sonora y tiene “prácticamente bajo control lo que en el mundo del narcotráfico se conoce como la joya de la corona”: Ciudad Juárez y su transitada frontera.

En opinión del experto, este golpe significa “el exterminio de la dinastía Carrillo Fuentes”, ya que era el único personaje importante de esa familia vivo y libre tras la muerte de Amado y de Rodolfo Carrillo Fuentes (el hermano menor) en 2004 y del arresto en 2009 de Vicente Carrillo Leyva, hijo de Amado.

El experto explicó además que este cártel incluso tiene “un ejército” llamado “La línea”, un sanguinario grupo de sicarios que hace unos cinco años llegó a tener a todo el estado de Chihuahua “en jaque”, cuando Ciudad Juárez estaba considerada como la ciudad más peligrosa del mundo.

Este golpe a la delincuencia se produce solo unos días después de que fuera descabezado otro de los cárteles históricos de la droga, el de los Beltrán Leyva.

El pasado 1 de octubre, la Policía Federal y la Armada de México detuvieron a Héctor Beltrán Leyva, miembro del cartel de los Hermanos Beltrán Leyva, quien fue capturado en una operación discreta de San Miguel Allende, en el estado central de Guanajuato, tras once meses de investigación.