Estados Unidos
La revolución fiscal de Trump
A falta de la votación en el Senado, con mayoría republicana, el presidente de EE UU logra su primera victoria legislativa. La ley recorta los impuestos a empresas y grandes fortunas
A falta de la votación en el Senado, con mayoría republicana, el presidente de EE UU logra su primera victoria legislativa. La ley recorta los impuestos a empresas y grandes fortunas.
El Congreso estadounidense votó ayer la reforma tributaria impulsada por el presidente Donald Trump, que recortará impuestos a las empresas y las grandes fortunas y supondrá la primera gran victoria legislativa del mandatario estadounidense. La reforma fiscal era una de las prioridades de Trump para 2017, y a menos de doce días de que termine el año, la medida pasó las votaciones de la Cámara de Representantes y, al cierre de esta edición, estaba en marcha la del Senado.
Apoyada con 227 votos a favor, todos republicanos, y 203 en contra (los demócratas y 12 votos conservadores), la ley es polémica porque no es habitual que el Congreso apruebe leyes de tanto peso sin un acuerdo bipartidista, ya que se trataría de la primera reforma fiscal desde 1986. El texto supone un recorte de los impuestos a las grandes fortunas y a las empresas, reduciendo de forma significativa las aportaciones al fisco para las compañías, que pasarían del tipo 35% al 21%, mientras que genera siete horquillas de pago fiscal para los ciudadanos.
La reforma fue descrita por el propio Trump como «un regalo de Navidad» para los estadounidenses a pesar de que los demócratas se hayan opuesto de forma unánime. Sin embargo, los demócratas no tienen apoyos suficientes en el Congreso, pues esta vez la mayoría republicana se ha mostrado más unida tras semanas de deliberaciones. Salvo la ausencia de John McCain, que viajó a Arizona para tratarse su cáncer cerebral, no se esperaba que en el Senado hubiera imprevistos y los republicanos respaldasen el proyecto estrella del magnate estadounidense. Y es que los conservadores han tenido que echar mano de una técnica legislativa poco ortodoxa para una reforma legal de este calado, impidiendo cualquier tipo de obstrucción de los demócratas en el Senado, donde los conservadores tienen una mayoría muy ajustada.
Antes de sendas votaciones, el presidente Trump tuiteó: «La Bolsa y la economía van a continuar creciendo una vez que la ley de reducción de impuestos se haya comprendido y apreciado completamente en su alcance y volumen». «¡Aprovechad y cread trabajos excelentes!», expresó en su red social preferida. Usando todo mayúsculas, añadió: «El Dow sube 5.000 puntos en el año por primera vez. Hagamos América grande de nuevo».
La reforma fiscal recortará, a partir de 2018, 1,5 billones de dólares (1,26 billones de euros). Aunque la Casa Blanca espera que la reforma acelere la economía un 3%. Ayer, antes de programarse la votación, el portavoz de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, reconoció que «esto es un gran ejemplo de cómo se cumple una promesa». Al preguntarle por los sondeos de opinión en los que queda clara la falta de popularidad del proyecto de ley, Ryan insistió en que «los resultados van a convertirla en la ley más querida». «Hoy le vamos a devolver al pueblo estadounidense su dinero, que es suyo al fin y al cabo», apuntó ya después, durante el debate en la Cámara de Representantes. Ryan ha sido uno de los grandes defensores en el Capitolio de esta reforma fiscal.
A juicio de la representante de la minoría demócrata, Nancy Pelosi, esta legislación es un regalo para las empresas y la clase más adinerada. Pelosi hizo hincapié en una de las primeras consecuencias de la reforma será el aumento del déficit federal. Una preocupación que llamó la atención porque suele ser a los conservadores y no a los demócratas a los que más asusta la subida de la deuda.
Trump se venga así de su fracaso para derogar el Obamacare, la reforma sanitaria del ex presidente Barack Obama, que quedó en agua de borrajas tras la negativa a respaldarla por parte de varios senadores republicanos. La legislación deroga también el mandato de seguro individual requerido por la reforma sanitaria del ex presidente Obama a partir de 2019 y permite la perforación en una parte del Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico.
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