Muerte de Prigozhin
El Kremlin desliza que el avión de Prigozhin pudo ser derribado en un acto «deliberado»
Peskov descarta la participación de organismos internacionales en la investigación del siniestro en el que murió el jefe de Wagner
Las autoridades rusas estudian la posibilidad de que la causa del derribo del avión privado en el que viajaba Yevgueni Prigozhin fuera en realidad «una atrocidad deliberada», en palabras de Dmitri Peskov. «Es obvio que se están barajando distintas versiones», trasladó el portavoz del Kremlin, quien confirmó el miércoles en la misma comparecencia de prensa que «no existe la posibilidad de una investigación internacional» del siniestro registrado el pasado miércoles a las afueras de Moscú, en el que perdieron la vida el jefe de Wagner y otras nueve personas, entre ellas su número dos, el comandante Dmitri Utkin.
El Kremlin desliza una semana después la hipótesis del atentado. Prigozhin, enterrado en la tarde del martes en San Petersburgo —su ciudad natal— en un funeral oculto al público al que no asistió el presidente ruso Vladimir Putin, pudo haber sido asesinado. Una variable que condicionará la investigación del caso, según Peskov. El portavoz del Kremlin, sin embargo, no ahondó en esta posibilidad y dijo quedar a la espera de «los resultados» de las pesquisas, que de momento no han arrojado avances significativos más allá de la identificación de los cadáveres del domingo.
Es el primer pronunciamiento oficial del Kremlin sobre las causas del siniestro que descabezó a la compañía militar privada. Los mercenarios, liderados por el propio Prigozhin, habían lanzado dos meses antes una rebelión contra la cúpula militar rusa por el cariz que estaba tomando la invasión de Ucrania. El levantamiento armado acabó de forma abrupta a las puertas de Moscú gracias a la mediación «in extremis» del presidente bielorruso Alexander Lukashenko. Desde entonces, las tensiones entre Putin y quien fuera el jefe de su servicio de catering en el Kremlin eran palpables.
El presidente ruso rompió su silencio 24 horas después del siniestro para confirmar el fallecimiento de Prigozhin. Envió entonces el pésame a su familia y le describió como un empresario de éxito que había cometido «graves errores en su vida». Pero no mencionó las causas del derribo del jet privado Embraer a la espera de una investigación. Putin, sin embargo, sigue siendo el principal sospechoso de la muerte del oligarca a ojos de la opinión pública, de los observadores internacionales y de las propias élites del país.
La teoría principal sostiene que se produjo una explosión en el interior de la aeronave que provocó la caída. Pero apenas hay novedades. El Comité de Investigación de Rusia abrió la semana pasada una una causa penal por violación de la seguridad de vuelo, habitual en las investigaciones de accidentes aéreos en Rusia en las que no hay motivos inmediatos para sospechar que hubo delito.
El Centro de Investigación y Prevención de Accidentes Aeronáuticos de Brasil (CENIPA) y la Empresa Brasileña de Aeronáutica, fabricante de la aeronave de Prigozhin, expresaron su disposición a participar en la investigación. Pero el Kremlin descarta la presencia de organizaciones extranjeras en el caso porque las circunstancias del siniestro lo hacen diferente, de acuerdo con Peskov.
El Comité Interestatal de Aviación, el organismo con sede en Moscú encargado de realizar las pesquisas en este tipo de accidentes dentro de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) de la que forma parte Rusia, tampoco investigará el derribo en consonancia con las normas internacionales.
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