A cincuenta días para las elecciones presidenciales en Estados Unidos nadie puede dar nada por sentado. Y la campaña de Kamala Harris parece tenerlo claro. En las últimas horas, la vicepresidenta ha reconocido la necesidad de fortalecer su atractivo entre los votantes negros masculinos, entendiendo las crecientes preocupaciones de que un grupo demográfico clave para el Partido Demócrata podría estar inclinándose hacia Donald Trump. Recientemente, durante un evento organizado por la Asociación Nacional de Periodistas Negros en Filadelfia, en el estado clave de Pensilvania, la aspirante presidencial habló sobre el compromiso de ganarse los votos de esta minoría. «Creo que es muy importante no operar bajo la suposición de que los hombres negros están en el bolsillo de alguien. Los hombres negros son como cualquier otro grupo de votantes», afirmó Harris.

La aspirante demócrata también intensificó sus críticas a Trump, destacando su conspiración racista sobre el lugar de nacimiento de Barack Obama y sus recientes comentarios incendiarios sobre los inmigrantes. «Esto es agotador y es dañino, odioso y está arraigado en cosas antiguas que no deberíamos tolerar», aseveró la vicepresidenta.

Las palabras de Harris llegan en medio de un esfuerzo de ambas campañas por atraer a los votantes negros. Del lado conservador, la directora de medios de Trump, Janiyah Thomas, respondió a los demócratas diciendo: «Kamala Harris admitió hoy que ha fallado a los afroamericanos». El argumento de Trump es que culpa a la actual Administración demócrata por el aumento de los precios de los alimentos y la percepción de un «sueño americano inalcanzable» bajo sus políticas públicas. Y es que a pesar de un resurgimiento del entusiasmo de los afroamericanos por la elección desde que Harris se convirtió en la candidata demócrata, persisten dudas sobre su capacidad para atraer particularmente a los hombres de este segmento de la población, y específicamente en estados clave como Georgia y Carolina del Norte.

Una encuesta de la NAACP reveló que uno de cada cuatro hombres negros tiene la intención de apoyar a Trump, mientras que otro sondeo de NYT/Siena encontró que el 17 % de los votantes negros en general apoyan al republicano, con un 9 % que aún se manifiesta indeciso. La diferencia de género es significativa. Dos tercios de las mujeres negras (67 %) apoyan a Harris, pero entre los hombres negros menores de 50 años el apoyo a Harris cae al 49 %. Esta encuesta, sin embargo, se realizó a principios de agosto, antes de la convención demócrata y del debate presidencial de esta semana, así que no está muy claro si la percepción ha variado mucho.

Si vamos más atrás, en 2020, aproximadamente el 90 % de los votantes negros apoyaron al presidente Joe Biden, pero eso fue una disminución respecto al 95 % en las elecciones anteriores a esa. En la batalla de Harris por aumentar este apoyo, la vicepresidenta compartió recientemente sus objetivos de limitar los costos del cuidado infantil al 7 % de los ingresos familiares, subrayando su enfoque en temas económicos.

En una muestra de que la humanidad prevalece además ante las dificultades, dijo al referirse al reciente atentado contra la vida de Trump que «no hay lugar para la violencia política en los Estados Unidos». En contraste con la aparición controvertida de Trump en un evento similar en julio, donde fue abucheado y cuestionó la identidad racial de Harris, la atmósfera en la reunión de la candidata demócrata con los periodistas negros fue más tranquila. Los asistentes, algunos vistiendo los colores de la hermandad universitaria de Harris, Alpha Kappa Alpha, ofrecieron aplausos moderados, aunque se le cuestionó sobre varios temas, incluidos el conflicto entre Israel y Hamás y la violencia armada en Estados Unidos.

La vicepresidenta de Estados Unidos, además, mantuvo este martes una llamada telefónica con su rival republicano para expresarle que «agradece» que se encuentre a salvo tras el segundo intento de asesinato que sufrió hace unos días en West Palm Beach. «He comprobado que se encuentra bien», expresó Harris ante los medios de comunicación después de que un funcionario de la Casa Blanca informase de que habían mantenido una conversación «cordial y breve». Tras ello, la vicepresidenta y candidata presidencial demócrata ha mostrado su «completa confianza» en la labor del Servicio Secreto.