Yihadismo

Las juntas militares del Sahel no consiguen cumplir con su promesa de derrotar al terrorismo

El número de muertes, desplazados y refugiados ha crecido desde que los militares tomaron el poder en el Sahel; sólo ha mejorado la situación alimentaria

Niamey (Niger), 06/07/2024.- Interim President of Mali Colonel Assimi Goita (L), head of the military junta in Niger General Abdourahamane Tchiani (C) and interim leader of Burkina Faso Captain Ibrahim Traore (R) salute at the start of the first ever Alliance of Sahel States summit in Niamey, Niger, 06 July 2024. The junta-leaders in Mali, Burkina Faso, and Niger held their first ever joint summit of a new regional bloc, the Alliance of Sahel States, AES, since seizing power in a series of co...
Los dirigentes militares de Mali, Níger y Burkina Faso en la primera cumbre de la AES.ISSIFOU DJIBOAgencia EFE

Las juntas militares del Sahel han despertado pasiones en África Occidental, y más allá. Incluso pueden hallarse europeos que jalean al general Assimi Goita (Mali), al capitán Ibrahim Traoré (Burkina Faso) y al general Abderramán Tchiani (Níger) como los tres individuos que darán un vuelco a la realidad de sus países, librándolos de sus economías miserables, del peso del colonialismo y de todos los males que se puedan contar. Los sonados discursos del capitán Traoré, a quien se conoce ahora bajo el sobrenombre de “el nuevo Thomas Sankara”, ocupan las redes sociales. Y no debe olvidarse la firme resistencia que estos tres países han mostrado ante la presencia francesa en África, hasta el punto de obligar a doblar las rodillas a la vieja potencia colonial.

Los militares accedieron al poder mediante sendos golpes de Estado y con dos promesas ocupándoles los labios: la primera, expulsar a los franceses de sus territorios soberanos e iniciar la trayectoria que les lleve a la independencia económica. Esta cuestión ha ocupado portadas en periódicos de todo el mundo, siendo cierto que los nuevos líderes del Sahel han cumplido con creces el primer apartado de sus promesas. Entre otras medidas, optaron por crear la Alianza de Estados del Sahel (AES), disociándose de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO). En Burkina Faso y Mali se ha procedido a abrir nuevas fábricas relacionadas con el sector textil y alimenticio, mientras que la búsqueda de nuevos socios (que algunos consideran que supone cambiar unos “amos” por otros) ha permitido cierta holgura en sus decisiones soberanas.

La segunda promesa que arrojaron a una población desesperada de liderazgo fue que acabarían con el terrorismo islámico que asola Mali desde 2012 y Burkina Faso y Níger desde 2015. Acusaron a las tropas francesas desplegadas en su territorio de inmovilizar los esfuerzos en la guerra y procedieron a su expulsión; a cambio, optaron por iniciar nuevos partenariados con Rusia y el Grupo Wagner, pero también incentivaron programas de reclutamiento interno para incrementar la capacidad operativa de sus fuerzas armadas, ya fuera por medio de milicias de voluntarios o de militares regulares.

Igual que los resultados obtenidos frente al neocolonialismo francés deben medirse por los importantes resultados obtenidos, claros y concisos, y en lugar de guiarse por soflamas o propagandas de cualquiera de los lados, es de suponer que la única forma de inspeccionar los resultados de las juntas militares en la lucha antiterrorista debe pasar por los números. Mirar los números de ataques, víctimas, refugiados, desplazados, etc., por ejemplo, el mes previo a cada golpe de Estado, y los números disponibles más recientes. Empezando por el golpe de Estado ocurrido en Mali en mayo de 2021, que fue el que colocó definitivamente a Assimi Goita en el poder, y mirando los números relativos al mes de mayo de 2021.

Mali

Todos los datos que se exponen a continuación pertenecen a la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) y otros organismos de Naciones Unidas. En mayo de 2021, en Mali había contabilizados alrededor de 372.000 desplazados internos. La cifra en diciembre de 2024 era de 385.000 personas desplazadas. Aunque el número sea mayor, debe comprenderse que las cifras de desplazados internos son altamente cambiantes y raramente se mantienen igual; por ejemplo, en julio de 2024, en Mali se contabilizaron 331.000 desplazados. Cuarenta mil menos de los que había en el momento en que Assimi Goita tomó el poder. Puede afirmarse por lo tanto que el balance de desplazados internos en Mali se ha mantenido en parámetros similares desde el golpe de Estado de 2021 hasta hoy.

La situación de los refugiados probablemente sea la que más se ha deteriorado. Mientras que Níger acogía en mayo de 2021 a poco más de 61.000 refugiados malienses, el número en diciembre de 2024 rondaba los 163.000. En septiembre de 2021, Mauritania acogía a 67.400 refugiados malienses; en diciembre de 2024 superaron los 158.000. Sólo en Mauritania y Níger, por tanto, y según los números de la ONU, el número de refugiados procedentes de Mali ha aumentado un 267% y un 234%, respectivamente. En el caso mauritano, este incremento se ha traducido en que el 32% de los inmigrantes que arribaron a Canarias en 2024 fueran de nacionalidad maliense, frente a un 23% de nacionalidad senegalesa y un 9% marroquí, según disponen los últimos datos de Frontex. El año pasado fue el primer año en que los malienses supusieron la nacionalidad mayoritaria en embarcar en cayucos con dirección a Canarias. Algo que no ocurría antes del golpe de Estado de 2021.

El número de escuelas cerradas también ha aumentado considerablemente. En mayo de 2021 había 1.461 escuelas cerradas contabilizadas en Mali. El número registrado en diciembre de 2024 era de 1.792. Significa un incremento del 22% en 2024 respecto a 2021. Si había 24 centros de salud cerrados en Mali como resultado de la violencia, ese número ha aumentado hasta los 120 en diciembre de 2024. Respecto a la malnutrición infantil, se contabilizaron alrededor de 160.000 niños afectados en mayo de 2021… y 110.000 en diciembre de 2024. Esto implica una ligera mejoría que podría considerarse el único aspecto positivo en la situación del país gobernado por la junta militar. Porque la inseguridad alimentaria afectaba a 1.31 millones malienses en 2021 y afecta hoy a 900.000 malienses.

Esta mejoría se explicaría en los planes desarrollados por la junta militar para facilitar la independencia alimentaria en el país, planes que han sido muy aplaudidos en la región pese al dudoso resultado de otras iniciativas. Pero también habría que tener en cuenta que el drástico aumento de malienses que han huido del país habría ayudado a aliviar la situación alimentaria. Menos bocas que alimentar podrían implicar que menos gente pase hambre.

Burkina Faso

El golpe de Estado de Burkina Faso tuvo lugar en septiembre de 2022. Entonces, el número de desplazados internos en el país era de 1.9 millones de personas; este número ha aumentado hasta alcanzar las 2.1 millones de personas en diciembre de 2024. Un resultado que prosigue la tendencia ascendente que ya sufría el país antes de que Ibrahim Traoré tomara el poder, dado que la cifra de desplazados internos a mediados de 2021 rondaba las 1.2 millones de personas. Mientras que el número de desplazados en Mali ha fluctuado en los últimos años, subiendo y bajando, la cifra en Burkina Faso ha proseguido una tendencia ascendente de manera continuada.

Los datos disponibles sobre burkineses que han huido a otros países de la zona son difíciles de encontrar por la variedad de destinos que escogen y por la inexistencia de campos de refugiados como tal. Podría decirse que 60.000 personas huyeron a las vecinas Ghana, Costa de Marfil, Togo y Benín durante los primeros nueve meses en los que Ibrahim Traoré ocupó el poder; y que alrededor del 10% de la población burkinesa vivía fuera de sus hogares como consecuencia del conflicto a finales de 2024. Un porcentaje que no llegaba al 7% cuando Traoré ocupó el poder en 2022.

Burkina Faso es hoy por añadidura el país del mundo con más escuelas cerradas a causa de un conflicto. En septiembre de 2022 había 4.258 escuelas cerradas contabilizadas en Burkina Faso. El número registrado en diciembre de 2024 es de 5.319. Significa un incremento del 24% en 2024 respecto a 2022. Si había 192 centros de salud cerrados en Burkina Faso como resultado de la violencia, ese número ha aumentado hasta los 424 en diciembre de 2024. Respecto a la malnutrición infantil severa, se contabilizaron alrededor de 180.000 niños afectados en septiembre de 2022… y 56.000 en diciembre de 2024. Esto implica una importante mejoría que podría considerarse como el mayor logro de Ibrahim Traoré hasta la fecha, a sabiendas de que el capitán ha dirigido un importante número de acciones a mejorar el sector alimenticio burkinés. Porque la inseguridad alimentaria afectaba a 3.45 millones burkineses en 2022 y afectaba a 2.7 millones en julio de 2024 (no se tienen datos del mes de diciembre).

Níger

Níger fue el último país en pasar a ser gobernado por una junta militar. Ocurrió en julio de 2023. Entonces, el país contaba con 227.000 desplazados internos. Una cifra que se ha reducido notablemente desde entonces, y que hoy se sitúa en los 163.000 desplazados. Asimismo, el número de refugiados nigerinos en Mali rondaba los 19.000, frente a los 23.000 que se contabilizaron en diciembre. Supone un leve incremento que no es significativo, si se compara con la reducción de desplazados internos. De todos modos, debe considerarse que Níger es el país de África Occidental que recibe un mayor número de refugiados, especialmente procedentes de Nigeria. Según los datos ofrecidos por Naciones Unidas, el país acoge a alrededor de 200.000 nigerianos. 700.000 personas se encuentran en Níger bajo la condición de desplazados internos, refugiados o solicitantes de asilo.

Los números de Níger en lo referente al número de escuelas y centros de salud cerrados, así y como el número de personas que sufren inseguridad alimenticia, siguen una tendencia diferente frente a Mali y Burkina Faso. Si en Níger se contabilizaron 953 escuelas cerradas y 6 centros de salud cerrados en agosto de 2023, el número en diciembre de 2024 pasó a ser de 941 escuelas cerradas y 8 centros de salud cerrados. En agosto de 2023 se contabilizaron 66.000 niños que sufrían una malnutrición severa, un número que se redujo a los 46.000 en diciembre de 2024. La inseguridad alimentaria ha pasado de afectar a 1.7 millones de nigerinos, a afectar a 700.000 nigerinos.

En mayo de 2021, se contabilizaron 400 muertes como consecuencia del conflicto en los tres países citados; el número ascendió a 525 en septiembre de 2022; entre mediados de junio y finales de julio de 2023 se contabilizaron 726 muertes; y 1.525 personas murieron en Mali, Níger y Burkina Faso entre octubre y diciembre de 2024. Una tendencia similar a la registrada entre agosto y septiembre del mismo año, cuando más de 1.900 personas murieron como consecuencia del conflicto.

Estos son los números disponibles. Objetivos, aunque probablemente inexactos por la dificultad que encuentran los organismos de ayuda para acceder a las áreas más remotas o para contactar con las comunidades que se encuentran controladas por los grupos terroristas. Respecto a la segunda promesa de los militares del Sahel (que terminarían con el yihadismo) puede afirmarse en base a los datos disponibles que la cifra total de desplazados ha aumentado, el número de refugiados ha aumentado, el número de muertes ha aumentado y el número de centros de salud cerrados y de escuelas cerradas ha aumentado. La única mejoría que se percibe abarca la cuestión alimentaria.