Polémica

Italia reabre el debate del saludo fascista (y no tiene la canción de Los Nikis como excusa)

Una manifestación profascista y una sentencia del Tribunal Supremo reabren la polémica sobre este tipo de gestos

"El Imperio contraataca" de Los Nikis
"El Imperio contraataca" de Los NikisYouTube

El debate sobre el saludo fascista ha vuelto a la sociedad italiana después de que el pasado 7 de enero un millar de personas se reuniera ante la antigua sede del Movimiento Social Italiano (MSI) para recordar el asesinato hace casi medio siglo de tres jóvenes de ese partido a manos de militantes de extrema izquierda. El vídeo de esa pequeña multitud brazo en alto se convirtió en trending topic y reabrió una vieja polémica.

Este mismo jueves, el Tribunal Supremo de Italia aclaró que el saludo romano supone un delito solo si implica "un peligro concreto" de reorganizar el disuelto Partido Fascista, al analizar el caso de unos ultraderechistas condenados por hacer el saludo fascista en 2016. En una sentencia, obligaba a repetir el juicio en apelación contra ocho personas juzgadas por una conmemoración neofascista en Milán, absueltos en primer grado por una ley de 1952 pero condenados en segunda instancia por otra legislación de 1993.

¿Debe prohibirse cualquier manifestación de este tipo, al margen de cuáles sean sus intenciones o consecuencias? Un debate similar se produce de forma recurrente en Alemania o, en menor medida, en países como Austria o Hungría, donde el auge de la extrema derecha ha llevado a las autoridades a estar cada vez más atentas a cualquier apología del fascismo. Y no parece que les falte razón.

Tanto en Alemania como en Italia (donde la elección de Georgia Meloni como primera ministra ha contribuido a reavivar la polémica) se ha producido el fenómeno contrario a lo que ha ocurrido en España. Tras las dictaduras de Hitler y Mussolini, en ambos países este tipo de gestos fueron muy residuales, pero en los últimos años han comenzado a ser más habituales. Y eso que en Alemania la ley es muy estricta respecto a cualquier apología del nazismo. 

Origen del saludo fascista

El saludo fascista es el gesto representativo de los regímenes fascistas de los años 20 y 30 de Italia y Alemania. Es conocido también como el saludo romano, heredero del “saluto Romano" que se remonta a la antigua Roma, aunque no está claro que los significados fueran los mismos.

En el imperio romano (el de verdad), este saludo era una muestra de lealtad y respeto hacia el emperador. En el imperio que quiso implantar Mussolini (el de mentira), este gesto era un símbolo de unidad, obediencia y lealtad al Estado. Levantar el brazo se convirtió en la Italia de los años 30 en una herramienta de propaganda utilizada para consolidar el poder y fomentar la uniformidad entre los ciudadanos.

Saludo fascista en el fútbol... y en las discotecas

En España tuvo una gran aceptación antes, durante y después de la victoria de Franco en la Guerra Civil, aunque con el paso de los años la imagen de cientos de jóvenes saludando brazo en alto al dictador o cantando el Cara al Sol fue haciéndose cada vez menos frecuente. Con la llegada de la Democracia, el saludo fascista quedó como reivindicación de nostálgicos de la Dictadura en reuniones sociales, espectáculos deportivos… y en las discotecas de Madrid.

Durante los años 80 fue bastante habitual ver a algunos jóvenes levantar el brazo cuando el “pincha” ponía el popular tema de Los Nikis “El Imperio contraataca”, una divertida (y en cierto modo premonitoria) exaltación de los valores patrios y de tiempos mejores, cuando en el Imperio español no se ponía el Sol, nuestra selección de baloncesto aplastaba a la de Yugoslavia “por 20 puntos arriba” y los McDonalds “estaban de vacas flacas”.

 La canción de Los Nikis no era un canto fascista ni nada que se le pareciese, pero se vio muy pronto que el grupo perdió el control de la letra y de la música en manos de jóvenes nostálgicos de un régimen del que, a buen seguro, no tenían mucho que contar.

El grupo lamentó alguna vez esta instrumentalización de su canción y, con el paso de los años, los brazos dejaron de levantarse en las pistas de baile. En Italia han vuelto ahora a alzarse en algún que otro acontecimiento político. Y eso que no tienen “El Imperio contraataca” como excusa.