Oriente Próximo
Al menos tres muertos y 74 heridos en el ataque de Israel contra el comandante de Hizbulá en Beirut
El Ejército israelí confirma haber matado al jefe de operaciones de la milicia, Fuad Shukr, en el bombardeo contra la capital libanesa
El Ejército israelí atacó este martes con un dron un edificio de viviendas del sur de Beirut con el objetivo de eliminar al número dos de Hizbulá, Fuad Shukr, según informaron fuentes militares israelíes poco después de producirse una explosión en un bloque de edificios del distrito beirutí de Haret Hreik –donde la organización chií dependiente de Irán tiene uno de sus bastiones en Líbano– que provocó el derrumbe parcial de la construcción y que varias columnas de humo fueran visibles en toda la ciudad.
Israel confirmó el fallecimiento del líder de la milicia en el bombardeo contra la capital libanesa. Al menos tres personas han muerto, entre ellas dos niños, y otras 74 han resultado heridas. Los hospitales de Bahman y Rassoul al-Aazam, que admitieron a los heridos, declinaron ofrecer más información. Con todo, la organización dirigida por Hassan Nasrallah no ha difundido aún comunicación oficial sobre lo ocurrido.
«El Ejército de Israel ha llevado a cabo un ataque selectivo en Beirut contra el comandante [de Hizbulá] responsable de la muerte de niños en Majdal Shams [localidad de mayoría drusa situada en los Altos del Golán, territorio anexionado por Israel en 1981] de numerosos otros civiles israelíes», rezaba el comunicado emitido por las Fuerzas de Defensa.
Poco después de difundirse la nota, el propio ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, insistía en la red social X (antiguo Twitter) en que Hizbulá había «cruzado la línea roja» en referencia a la muerte a 12 menores en un campo de fútbol de Majdal Shams. Una tragedia sobre la que Hizbulá ha negado repetidamente tener responsabilidad y que atribuye a la acción del sistema antimisiles israelí. En las vísperas y en visita a Majdal Shams, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu había anunciado una «respuesta dura» contra Hizbulá.
Junto a la República de Irán –que condenó «la agresión cobarde y viciosa de Israel»–, el primer país en reaccionar al ataque israelí fue la Federación Rusa, que calificó la operación israelí de «violación flagrante del derecho internacional». Por su parte, el ministro de Exteriores libanés, Abdallah Bou Habib, condenaba la acción israelí en Beirut. El Consejo de Ministros libanés –Hizbulá es el actor imprescindible de la política libanesa en un país en parálisis institucional– se reunirá de urgencia esta mañana para abordar los «recientes desarrollos».
No es la primera vez que las fuerzas israelíes golpean en los últimos meses en la capital libanesa. A comienzos del pasado mes de enero, el Ejército israelí mató al número dos de Hamás, Saleh al-Arouri, que se escondía en el distrito beirutí de Dahiyeh, en el sur de la ciudad.
Israel –y la región entera– aguardan la respuesta de Hizbulá contra Israel. La organización apoyada por los musulmanes chiíes de Líbano y financiada y entrenada por la República Islámica –que constituye un Estado en el seno de un Estado casi fallido como el libanés– ha manifestado en repetidas ocasiones no tener intención de iniciar una guerra abierta con Israel, pero estar dispuesta a responder a eventuales acciones militares de las FDI contra sus intereses. No en vano, a primera hora de la tarde del martes, un cohete lanzado por la milicia contra el kibutz Hagoshrim, en el norte de Israel, causó la muerte de un civil de unos 30 años y causó incendios en las zonas circundantes.
El ataque con dron contra el número dos de Hizbulá en el sur de Beirut acerca un paso más la posibilidad de una escalada entre Tel Aviv y la organización dirigida por Hassan Nasrallah. Desde que comenzara la operación del Ejército de Israel contra Hamás en Gaza, Hizbulá ha atacado de manera intermitente objetivos militares y civiles en Israel en solidaridad con los palestinos de la Franja a pesar de que cada agresión fue respondida por las FDI con contundencia y de las repetidas llamadas de miembros el Gobierno israelí a llevar a cabo una invasión terrestre de territorio libanés. Desde octubre, la organización apéndice de Irán en el Líbano ha sufrido al menos 350 bajas entre una militancia que según el propio Nasrallah cuenta con más de 100.000 miembros activos.
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