Atentado
Irán lanza un ataque con misiles balísticos contra "la principal base de espionaje de Israel" en Irak
EEUU condena el "temerario" atentado de Teherán, que ha dejado cuatro civiles muertos en Erbil, la capital del Kurdistán
La tensión sigue en aumento en Oriente Medio después de que las fuerzas de la Guardia Revolucionaria iraní atacaran este martes con misiles balísticos objetivos de la organización terrorista Estado Islámico (EI) en territorio sirio y “espías del régimen sionista” en el Kurdistán iraquí.
La República Islámica cumple así su amenaza de vengar la matanza perpetrada por los yihadistas suníes -que reivindicaron el atentado- durante la ceremonia celebrada en el cementerio de Kermán por el cuarto aniversario del asesinato del jefe de la Fuerza Al Qods de la Guardia Revolucionaria Qasem Soleimani el pasado 3 de enero. El peor atentado sufrido por las autoridades del régimen de los mulás desde el triunfo de la Revolución en 1979 dejó un balance de más de 90 muertos.
Los medios oficiales iraníes evocaron ayer también el asalto contra una comisaría de policía en la ciudad de Rask el pasado mes de diciembre, que se saldó con al menos 11 agentes muertos. Reivindicado por el grupo armado suní Yeish al Adl, las autoridades iraníes responsabilizaron del atentado a Israel.
Las fuerzas iraníes lanzaron un total de 24 misiles Kheibar Shekan (Destructor de castillos) contra objetivos “terroristas antiiraníes” y “centros de espionaje” en Siria e Irak, según las agencias oficiales. El ataque iraní, que comenzó en la medianoche del martes, dejó al menos cuatro muertos en Erbil, capital del Kurdistán iraquí, territorio autónomo situado en el norte del territorio.
De acuerdo a un comunicado de la fuerza de élite del régimen, once de los citados misiles fueron dirigidos contra el “cuartel general del Mosad” israelí en Erbil. El régimen asegura que Israel apoya a las organizaciones terroristas en Siria con el objetivo de atacar los intereses iraníes. Si según Teherán el bombardeo acabó supuestamente con la vida de cuatro espías israelíes, el Gobierno Autónomo del Kurdistán se limitaba a dar cuenta de la muerte de civiles. Fuentes de seguridad iraquíes confirmaron, por su parte, que al menos ocho misiles cayeron cerca del Consulado estadounidense.
El resto de proyectiles lanzados por Irán, 13, fueron dirigidos contra objetivos del Estado Islámico -también conocido como Daesh por sus siglas árabes- en territorio sirio. Los medios oficiales del régimen presumían ayer de que los centros de entrenamiento del Daesh golpeados ayer por la Guardia Revolucionaria estaban situados a más de 1.200 kilómetros del lugar desde donde se lanzaron los proyectiles, lo que supone un récord en el haber de las capacidades balísticas iraníes. “Aseguramos a nuestra nación que las operaciones de la Guardia continuarán hasta vengar las últimas gotas de sangre de los mártires”, amenazaron desde el cuerpo de élite iraní.
El Gobierno iraní reivindicó ayer la doble operación en Irak y Siria asegurando, en palabras del portavoz del Ministerio de Exteriores, que Teherán tiene “el legítimo derecho a lidiar con las amenazas a la seguridad nacional”. “Las operaciones (bombardeos) son parte del justo castigo de Teherán a aquellos que han actuado contra la seguridad del país”, aseveró el vocero de Exteriores iraní.
Por su parte, el Ejecutivo iraquí condenó lo que calificó de “agresión” y de violación de su soberanía en Erbil. Por su parte, desde Occidente, los bombardeos iraníes contra territorio sirio e iraquí se encontraron con el esperado rechazo de las principales cancillerías. La Administración Biden calificó de “imprudentes” e “imprecisos” los ataques iraníes. El ministro de Exteriores británico David Cameron lamentó las “no provocadas e injustificadas acciones” perpetradas por las fuerzas iraníes.
Con el frente abierto por Irán en Irak y Siria, en cuyo territorio grupos proxy pro iraníes han venido golpeando bases e infraestructura estadounidense en las últimas semanas, la guerra iniciada con la matanza terrorista de Hamás el 7 de octubre se expande irremisiblemente por la región.
Con el frente abierto por Irán en Irak y Siria, en cuyo territorio grupos proxy pro iraníes han venido golpeando bases e infraestructura estadounidense en las últimas semanas, la guerra iniciada con la matanza terrorista de Hamás el 7 de octubre se expande irremisiblemente por la región.
Entretanto, otra milicia apoyada desde Irán, la de los insurgentes hutíes de Yemen -que han librado durante una década una guerra por el control del país árabe enfrentada a una coalición internacional liderada por Arabia Saudi-, viene atacando buques comerciales en aguas del mar Rojo desde el inicio de la operación antiterrorista de las Fuerzas de Defensa de Israel contra Hamás en Gaza.
El goteo continuo de ataques con misiles desde suelo yemení contra barcos vinculados a Israel, con el que los rebeldes chiíes pretenden vengar la ofensiva contra Hamás, tuvo una contundente respuesta militar del Reino Unido y Estados Unidos en vísperas del pasado fin de semana. Los ataques hutíes -Teherán mantiene, como con Hamás o Hizbulá, que no tiene nada que ver y que los rebeldes actúan por su cuenta— ya están causando estragos en el comercio internacional. La última agresión de los insurgentes se produjo ayer, cuando la milicia atacó con un misil un barco de propiedad griega y bandera de Malta en el mar Rojo. Tampoco Washington se quedó de brazos cruzados en las últimas horas: además de bombardear depósitos de armas en Yemen, las fuerzas estadounidenses se incautaron ayer de “componentes de misiles balísticos y de crucero” pertenecientes a los rebeldes pro iraníes en un barco que viajaba por aguas del mar Arábigo.