Oriente Medio
Irán enfría la tensión al minimizar el ataque israelí
La República Islámica evita desvelar si responderá al bombardeo del sábado y opta por transmitir un mensaje de prudencia que aleje una escalada bélica
Un día después de los bombardeos israelíes sobre Teherán y otras dos provincias del oeste y el suroeste del país –en anunciada respuesta a la salva de misiles balísticos, entre 180 y 200, lanzados por las fuerzas iraníes el 1 de octubre hacia territorio iraní–, el líder supremo de la República Islámica, el ayatolá Alí Jamenei, optó ayer por expresar un mensaje de prudencia a los suyos y al mundo. Consciente de las consecuencias que acarrearía para su propia supervivencia una nueva acción susceptible de incrementar la escalada con Tel Aviv y Washington, el régimen de los mulás sopesa los pros y los contras de responder militarmente los ataques «de precisión» lanzados por las FDI en la madrugada del sábado y que las autoridades iraníes minimizaron. «Lo vicioso del régimen sionista no debe ser ni exagerado ni subestimado», afirmó en un mensaje este domingo en la red X el jefe del Estado y último responsable de las decisiones estratégicas del sistema político nacido en 1979, quien redujo los ataques israelíes de la madrugada sábado a «un error de cálculo».
También intervino ayer públicamente el ministro de Exteriores iraní, Abás Araqchi, quien condenó como una «flagrante violación del Derecho Internacional» la agresión israelí del sábado y exigió a Naciones Unidas el repudio de los ataques. Además, el jefe de la diplomacia iraní advirtió de que la República Islámica se reserva su derecho a responder. En la víspera, el mismo Ministerio de Exteriores hacía hincapié en un comunicado en «sus responsabilidades hacia la paz y la seguridad regionales», lo que se interpretó como un mensaje de prudencia y distensión. Entretanto, el Parlamento, dominado por los ultraconservadores, discute desde ayer la manera de responder el ataque.
Lo cierto es que, en la mañana del sábado, las autoridades iraníes aseguraron no haber sufrido daños de relevancia como consecuencia de los bombardeos registrados en Teherán y las provincias de Ilam y Juzestán. Por su parte, Israel, que tardó tres semanas en ejecutar la respuesta a la agresión del 1 de octubre y sufrió la presión de Washington para que no atacara infraestructura sensible del régimen –fundamentalmente instalaciones nucleares y petroleras–, aseveró haber golpeado con éxito fábricas de producción de misiles y defensas áreas iraníes. Del cruce de relatos podría deducirse que ambas partes pueden haberse dado por satisfechas por ahora.
A juicio del analista político hispano-iraní Daniel Bashandeh, «Irán sigue una estrategia defensiva, no proactiva. De darse alguna respuesta militar es probable que vuelva a ser una respuesta acordada entre las partes involucradas, especialmente, Estados Unidos y los países de la región. Los canales diplomáticos en juego parecen estar teniendo un efecto estabilizador entre Irán e Israel y evitan escaladas apresuradas, lo que reduce el riesgo inmediato de guerra».
«Si Israel e Irán dan por concluida esta etapa bélica, las posibilidades de un alto al fuego en Gaza y en Líbano se incrementan. Además, ello facilitará un reequilibrio de fuerzas en la región que dé lugar a la estabilidad. Estratégicamente, el fin de las hostilidades beneficiaría a la República Islámica, que podrá centrarse en asuntos domésticos», asevera a este medio el especialista en Irán.
Si los mensajes templados y prudentes de las autoridades iraníes de los últimos días, antes y después del ataque israelí de la madrugada del sábado, apuntan a que Teherán evitará una escalada con una nueva agresión directa a Israel, lo cierto es que los dos países se seguirán enfrentando a través de otros actores y en otros puntos de Oriente Medio. No en vano, Israel prosiguió su ofensiva contra Hizbulá, la más poderosa de las fuerzas proxy de la República Islámica, con bombardeos en el sur y el este de Líbano. Los mandos militares del Estado judío admitieron ayer la muerte de seis militares en la noche del sábado al domingo en combates contra la citada milicia chiita en el sur de Líbano y contra Hamás en Gaza, las cuales dejaron además otros 13 soldados heridos.
Por otra parte, el norte del área metropolitana de Tel Aviv volvió a ser escenario de un atentado terrorista con consecuencias mortales. La Policía y los servicios de Emergencia de Israel confirmaron ayer que al menos una persona murió y 32 resultaron heridas, al menos cinco de ellas de gravedad, tras ser arrolladas por un camión al norte de la principal ciudad de Israel.
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