Francia
Hamon se acerca a Hollande para salvar la unidad socialista
Busca evitar que los moderados se echen en los brazos de Macron
Tras haber utilizado como argumento de campaña las críticas contra la acción del Gobierno para ganar las primarias de la izquierda, Benoît Hamon se ha visto obligado a aguar su vino. El candidato socialistas al Elíseo necesita cambiar de estrategia si quiere ganar, y buscó ayer el apoyo del primer ministro, Bernard Cazeneuve. Éste le recibió con un mínimo de cortesía (no salió a recibirle ni a despedirle a la puerta) y le advirtió de que la izquierda «no ganará sin asumir el balance de François Hollande».
Para Cazeneuve, que ha respaldado explícitamente a Valls durante la campaña para las primarias, igual que buena parte de su Gobierno, es una situación incómoda. Se ve obligado a apoyar al candidato elegido el domingo por los simpatizantes socialistas, una figura de los llamados «rebeldes», que fue relevado de su cargo de ministro de Educación por su falta de solidaridad con el Ejecutivo. A cambio de su discreto apoyo, Hamon admite ahora que el balance de la acción gubernamental es «buena en unos aspectos, discutible en otros».
El candidato socialista debe ahora intentar unir fuerzas para lograr que su candidatura se califique para la segunda vuelta. El trabajo se anuncia arduo. Su victoria ha provocado que algunos seguidores de su contrincante decidan ahora apoyar a Emmanuel Macron porque el programa de Hamon presenta aspectos indefendibles a sus ojos: el salario universal, la abrogación de la reforma laboral, los referendos ciudadanos para aprobar leyes o la anulación de la deuda acumulada desde 2008 para los países europeos más endeudados.
El dirigente de En Marcha se encuentra con una serie de apoyos inesperados que pueden resultar difíciles de gestionar si lo que buscan es un hueco para asegurarse una investidura de cara a las elecciones legislativas. Ya ha habido algunos que han hecho pública su decisión, como Alain Calmette, diputado socialista del Cantal. Y hoy la lista podría extenderse. El llamado grupo de «reformadores», que forman el ala más a la derecha de los socialistas, se reúne esta mañana y podría adoptar una postura común para no apoyar a Hamon y dejar la puerta abierta para que quien quiera se alíe con Macron.
Benjamin Griveaux, portavoz de Macron, comentó ayer en BFMTV que ellos, más que de alianzas, prefieren hablar de apoyos: « Nosotros preferimos hablar de apoyos más que de incorporaciones. Si comenzamos a anclarnos en un partido estaremos incumpliendo la promesa inicial» de estar por encima de las divisiones de izquierda y derecha.
Hamon tiene que unir a los socialistas, pero el domingo comenzó tendiendo la mano más allá, pidiendo al ecologista Yannick Jadot y al candidato del Frente de izquierdas, Jean-Luc Mélenchon, que presentan sus propias candidaturas, que piensen juntos «en el interés de los franceses». Mélenchon, satisfecho con la victoria de Hamon porque ve en ella la «hegemonía cultural» de su programa, le ha recordado que él lleva años luchando por ello y va a seguir defendiendo sus ideas. En cuanto a Jadot, la retirada de su candidatura no está a la orden del día, y en cualquier caso, antes espera «garantías de que no será un rehén del Partido Socialista».
Quien de momento no ha dicho ni esta boca es mía es François Hollande, que se ha mantenido totalmente al margen de las primarias socialistas, y ni siquiera ha felicitado públicamente a Hamon, al que recibirá hoy.
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