Referéndum

El voto exterior da la victoria in extremis al sí de Moldavia a la UE en medio de las acusaciones de una injerencia rusa

Con un 50,4% de los votos, los moldavos apoyan cambiar la Constitución para adherirse al club comunitario en un referéndum sometido a una enorme presión

Chisinau (Moldova), 21/10/2024.- Moldovan President Maia Sandu arrives to hold a press conference following the presidential elections and EU membership referendum in Chisinau, Moldova, 21 October 2024. Moldova held a presidential election and a referendum on whether to enshrine the country's path to EU membership in the Constitution on 20 October. (Elecciones, Moldavia) EFE/EPA/DUMITRU DORU
La presidenta Sandu, proeuropea, celebra una rueda de prensa DUMITRU DORUAgencia EFE

Moldavia se ha enfrentado este domingo a una elecciones cruciales en las que el “sí” a la Unión Europea se ha impuesto por un estrechísimo margen. Mientras el 50,4% de los votantes han apoyado cambiar la Constitución para que la antigua república soviética pueda adherirse al club comunitario, un 49,6% lo han hecho en contra. El escrutinio ha sido tan ajustado que hubo un momento en el que el “no” pareció imponerse, en un recuento que se alargó toda la noche.

Un análisis a vuela pluma podría deducir que el país se encuentra partido en canal con la mitad de población mirando a Bruselas y la otra a Moscú. Pero todo resulta más complicado teniendo en cuenta que tanto Maia Sandu, la candidata europeísta y actual presidenta del país, (también se celebraban elecciones presidenciales), como las instituciones europeas han denunciado que los tentáculos del Kremlin han intentado influir en el resultado.

El portavoz de Exteriores de la Comisión Europea, Peter Stano, ha asegurado este lunes que el referéndum se ha celebrado en medio de la “interferencia e intimidación si precedentes” de Rusia y sus actores afines que buscan “desestabilizar el país”. Unas palabras casi calcadas a las utilizadas por Sandu, que se ha convertido en la candidata más votada para un segundo mandato, pero deberá hacer frente a una segunda vuelta que se prevé también muy ajustada.

Según las autoridades del país, Rusia ha comprado 300.000 votos, cerca del 20% de los sufragios emitidos y también han descubierto un plan de Moscú para entrenar a moldavos dispuestos a organizar disturbios. Todo indica que el “sí” ha acabado imponiéndose gracias también a los votos de los moldavos que residen fuera del país y que son mayoritariamente europeístas.

“Grupos criminales, en colaboración con fuerzas extranjeras hostiles a nuestros intereses nacionales, han atacado a nuestro país con decenas de millones de euros, mentiras y propaganda, utilizando los medios más vergonzosos para mantener a nuestros ciudadanos y a nuestra nación atrapados en la incertidumbre y la inestabilidad”, declaró Sandu tras el recuento de cerca del 90% de los votos.

Bruselas piensa seguir danto la batalla, a pesar de la injerencia rusa. “Continuamos apoyando totalmente las ambiciones, esfuerzos y aspiraciones de Moldavia para la adhesión”, ha asegurado el portavoz principal del Ejecutivo comunitario, Eric Mamer. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov ha asegurado que los resultados presentan “anomalías” y suscitan “muchas preguntas” y ha acusado a la autoridades del país de realizar acusaciones sobre la injerencia rusa sin presentar pruebas.

Desde la invasión por parte de Ucrania de las tropas de Vladimir Putin, la Unión Europea es cada vez más consciente de la necesidad de atraer a su lado a las antiguas repúblicas soviéticas.

Ucrania solicitó su adhesión a la UE tan solo cuatro días después del inicio de la guerra -el 28 de febrero de 2022- y Moldavia siguió sus pasos esa misma semana, el 3 de marzo de aquel año.

Los Veintisiete aceptaron su candidatura cuatro meses después, en un tiempo récord . Una rapidez que enfadó a los países de los Balcanes Occidentales que habían estado esperando más de una década para un paso semejante. En diciembre de 2023, las cancillerías europeas decidieron iniciar las negociaciones de adhesión de los dos países. Un proceso que se puede dilatar años y se enfrenta a numerosos interrogantes, pero que contiene un mensaje contundente desde el punto de vista político.

En la jornada electoral de este domingo los menos de 3 millones de electores de la antigua república soviética recibieron dos papeletas con diferentes colores: una con su opción para presidente de la República y otra sobre el referéndum a favor o en contra de que el país se integre en el club comunitario. Para que los resultados fueran válidos y se pudiera proceder al cambio de la Constitución, debía de participar un tercio de los electores, lo que ha acabado sucediendo.

Las presiones para votar que “no” o incluso no acudir a las urnas han sido muchas. El expresidente moldavo Ígor Dodon, socialista prorruso, se sumó este domingo al boicot al referéndum europeísta en esta antigua república soviética, al no votar en la consulta sobre la integración en la Unión Europea y tan solo depositar su papeleta para elegir presidente.

"Voté para que Moldavia vuelva a la normalidad (...) Necesitamos un líder que respete la Constitución, defienda la justicia y esté abierto al diálogo tanto con Occidente como con Oriente", aseguró Dodon al depositar tan solo una de las papeletas en la urna.

Los dos principales contrincantes de la actual presidenta pro- europea, el fiscal Alexandr Stoianoglo y el oligarca Renato Usatii habían pedido no participar en el referéndum, a pesar de que en teoría no rechazan a la Unión Europea. Finalmente Stonianoglo ha conseguido el 26% de los sufragios, unos resultados mejor de lo esperado y que hacen que la segunda vuelta, el 3 de noviembre, esté marcada por la incertidumbre.