¿Reservista?
Así es Yegor Komarov, el sanguinario caníbal liberado de la cárcel para unirse al ejército de mercenarios de Putin
El Grupo Wagner recluta a asesinos, violadores, indigentes o manifestantes para mandarlos al frente durante seis meses a cambio del indulto
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, compareció en la televisión estatal por primera vez desde que comenzó la invasión de Ucrania para hablar del conflicto en términos de guerra. Su alocución tenía dos claros objetivos: reclutar a voluntarios y reservistas para su ejército y para alertar a Occidente de que podría recurrir a su arsenal de armas nucleares. “No es un farol”, dijo sin miramientos.
Inmediatamente después de su intervención miles de personas salieron de sus casas con la intención de abandonar el país, las carreteras en dirección a las fronteras se colapsaron, los vuelos se completaron en cuestión de horas y las consultas en internet para saber cómo se podían fracturar una extremidad sin dolor y sin sufrir mucho daño se multiplicaron. Las calles se llenaron de manifestantes en contra de la guerra y más de 1.300 personas fueron detenidas.
Ante esta inesperada reacción de la sociedad rusa, los leales a Putin vieron que iba a ser complicado reunir a 300.000 reservistas para unirse a la guerra. Por lo que comenzaron a reclutar en cualquier sitio: Desde los manifestantes detenidos, a los indigentes que viven en la calle, hasta los habitantes de sus cárceles.
Uno de los claros ejemplos de este último caso es el de Yegor Komarov, un asesino caníbal sediento de sangre, que se acaba de unir a los mercenarios rusos para desplazarse al frente del país vecino.
Komarov estaba encarcelado por haber asesinado a sangre fría a dos personas y haberse comido partes de sus cuerpos. “Me los comí solo para probar cómo sabían”, confesó. Fue descubierto por un descuido imprudente. El cuerpo su cabeza de una de sus víctimas, a la que asesinó a puñaladas, se le cayó del coche.
Los hechos se produjeron en San Petesburgo, donde Komarov sufrió un accidente en la autopista con su Mitsubishi al chocar contra una valla antes de salirse de la carretera. Cuando llegaron los agentes de tráfico vieron el coche, con numerosos daños y con el maletero abierto. En la carretera había un cadáver decapitado, con numerosas puñaladas en el cuerpo. Dentro del maletero había mucha sangre y una pala. El cuerpo pertenecía a Arkad Kazyanin, de 50 años, un armenio residente de San Petersburgo.
En un vídeo que se viralizó en Rusia, Komarov admitió que le “mordió para probar” y dijo que previamente había matado y se había comido a una persona “sin ningún motivo”, solo para ver a qué sabía. La víctima podría tratarse de la de un un hombre de 38 años encontrado apuñalado en un tubo de drenaje en Sosnovka (Leningrado) en septiembre del año pasado. En este caso, el asesino cortó partes del cuerpo de su víctima y las cocinó antes de comérselas.
Komarov llevó a los investigadores a la escena del crimen y reconoció que salía de “caza” a un parque local cercano en el que no había cámaras de seguridad.
Un caníbal en el sanguinario ejército privado de Putin
Ahora, el sanguinario asesino se ha unido al grupo Grupo Wagner, un ejército privado de mercenarios leales a Putin, que han intervenido en guerras en zonas tan conflictivas como Mozambique. Su líder, el oligarca Yevgeny Prigozhin, había sido grabado recientemente reclutando reclusos, incluidos asesinos y delincuentes sexuales, a los que ofrece el indulto a cambio de su lealtad durante al menos seis meses en el frente de batalla. Prigozhin es uno de los hombres de confianza del Kremlin y uno de los benefactores de la campaña propagandística que trató de influir en el resultado de las elecciones estadounidenses.
La primera noticia que se tiene del Grupo Wagner es de 2014, cuando intervinieron en la toma ilegal de Crimea. Fundado por el ex comando neonazi de las fuerzas especiales rusas Dmitry Valerievich Utkin, quien puso el nombre al grupo en honor al compositor favorito de Hitler, Richard Wagner. Con el paso de los años se ha convertido en el ejército privado de Putin, que interviene en conflictos de todo el mundo. Han sido acusados de matar a niños, violar y torturar a mujeres y llevar a cabo ejecuciones sumarias.
Prigozhin, de 61 años, condecorado recientemente por su lealtad a Putin, dice en un vídeo clandestino a los criminales que se convertirán en héroes de guerra o serán fusilados como desertores. “Soy representante de una compañía de guerra privada, tal vez escucharon el nombre: Grupo Wagner”, le dice a la multitud. Además, les ofrece la libertad a cambio de su lealtad en el frente durante seis meses. Si mueren, serán tratados como héroes. En cambio, les indica que en el caso de que vean que pueden ser capturados por las fuerzas ucranianas deben suicidarse antes.
Después, del discurso, los reclusos tenían 5 minutos para dar un paso al frente. Komarov lo hizo.
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