Legislativas en Francia
Varapalo electoral a Macron al perder la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional
El presidente francés necesitará buscar aliados para poner en marcha sus reformas en un Parlamento con la izquierda y la extrema derecha como segunda y tercera fuerzas
El futuro político de Francia queda lleno de incertidumbre. El varapalo para el presidente Macron en las elecciones legislativas ha sido histórico. Macron pierde la mayoría parlamentaria y se queda, según las estimaciones, con 224 escaños, muy lejos de los 289 necesarios. Pero sobre todo, si el escrutinio termina confirmando estos datos, la mayoría presidencial sufriría una pérdida de más de un centenar de escaños. Un descalabro que pocos recuerdan en Francia y que abre un periodo largo de negociaciones y concesiones en las que Macron tendrá que pactar una mayoría en la Asamblea Nacional.
La coalición de izquierdas que lidera Mélenchon y que aglutina a socialistas, ecologistas y la Francia Insumisa, no ha logrado su ambición de convertirse en la fuerza mayoritaria en el hemiciclo e imponer así a Macron un gobierno de cohabitación con Mélenchon como primer ministro, pero sí que consigue convertirse en la segunda fuerza parlamentaria del país con 149 escaños según las proyecciones. Otra cosa es lo que pueda durar a partir de ahora esta alianza de izquierdas, formada de forma coyuntural para competir en estas legislativas. Pocos apuestan en Francia a que tenga una continuidad a largo plazo, por diferencias entre sus miembros en asuntos tan importantes como su visión de la Unión Europea. “El desastre, para el partido presidencial, es total y no aparece ninguna mayoría”, dijo Mélenchon desde su cuartel general durante el escrutinio, quien no descartó que, al final del recuento, fuese NUPES la candidatura con más diputados.
Pero sin duda la gran sorpresa de la noche la dio Le Pen que irrumpe con fuerza y como tercera fuerza con 89 escaños, algo que ningún sondeo previo supo pronosticar. Marine Le Pen celebraba sonriente los resultados al comienzo de la noche electoral en su cuartel general, una alegría que contrastaba con las caras preocupadas en la sede de la mayoría del presidente. “Nosotros encarnaremos una oposición firme pero respetuosa con las instituciones”, decía Le Pen tras conocer las estimaciones. Por su parte, los conservadores de Los Republicanos salvan los muebles y consiguen algo más de 60 escaños, un resultado estimable tras su fiasco en las presidenciales del pasado mes de abril y que podrían ser la clave de las negociaciones que ahora tendrá que emprender Macron para despejar el futuro político del país junto a otras formaciones minoritarias.
La nueva Asamblea Nacional reflejará, con mayor fidelidad que hasta ahora, el esquema tripartito —hipercentro, izquierda radical y extrema derecha— que ha dominado la política francesa desde que Macron conquistó el poder en 2017. Las voces antisistema se escucharán más y tendrán un peso mayor en la vida parlamentaria. Y el descontento social se reflejará en el hemiciclo. Si el escrutinio que seguía confirma los datos de las estimaciones, Francia entrará en una nueva época política, después de un quinquenio en el que, con una mayoría absoluta de 345 sobre 577 diputados, Macron ha podido gobernar con comodidad y la Asamblea Nacional se ha limitado, en la mayoría de los casos, a dar el visto bueno a las iniciativas de un presidente que ha concentrado todos los poderes
Y todo ello en una jornada marcada por la alta y preocupante tasa de abstención del 54% según la proyección que hacía la cadena Franceinfo. El desinterés mostrado por los franceses en estos comicios ha sido especialmente notable entre los más jóvenes. Hace cuatro años, en 2017, esta tasa fue aún más importante y alcanzó el 57,3% pero en aquella ocasión, a diferencia de ésta, todo estaba casi sentenciado para que el macronismo se hiciera con la mayoría absoluta. Un escenario que se dio por descontado y desincentivó acudir a las urnas. Esta vez, la abstención ha sido alta pese a la incertidumbre del resultado final y el duelo entre los dos grandes bloques que protagonizarán la vida parlamentaria francesa desde ahora. En cualquier caso, los datos vienen a confirmar la tendencia a una abstención creciente en Francia elección tras elección.
Más allá del equilibrio de fuerzas en la nueva composición de la Asamblea Nacional, Macron se jugaba además este domingo la estabilidad de su Gabinete, en el que la mitad de sus ministros son candidatos a diputado, incluida la primera ministra Elisabeth Borne. El presidente ha sido tajante: cualquiera de los quince ministros en liza que no consiga su escaño, tendrá que dimitir. Un puñado de ministros ha sido derrotado en sus circunscripciones y deberán abandonar el Ejecutivo. El primer revés llegó desde los territorios de ultramar donde la secretaria de Estado para el Mar, Justine Bénin, ha sido derrotada por un candidato de izquierdas. Pero no ha sido la única. También han sido derrotados otro puñado de ministros al cierre de esta edición como la titular de la Transición ecológica, Amélie de Montchalin, y la de Sanidad, Brigitte Bourguignon.
Estas legislativas dejan otro hito para la historia. El de Tematai Le Gayic, joven polinomio independentista de 21 años que ha ganado su escaño y se convierte en el diputado más joven de la historia de Francia. El récord hasta ahora lo ostentaba la nieta de Jean Marie Le Pen, Marion Marechal le Pen, que en 2012 y con 22 años se convirtió en diputada.
Estas legislativas suponen un pistoletazo de salida para la Francia que llegue tras Macron. La carrera para suceder a Macron en 2027 ha comenzado y el resultado de las legislativas puede socavar su autoridad. Macron no puede presentarse a un tercer mandato seguido. Entre sus aliados, el ex primer ministro Édouard Philippe —hoy líder del nuevo partido Horizons— y el actual ministro de Economía, Bruno Le Maire, no esconden sus ambiciones.
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