Reino Unido

Johnson promete reformar el protocolo de Irlanda del Norte

Dublín expresa «gran preocupación» por una acción unilateral del Gobierno británico

El primer ministro británico, Boris Johnson, visitó este lunes una fábrica de armas en Belfast
El primer ministro británico, Boris Johnson, visitó este lunes una fábrica de armas en BelfastDPA vía Europa PressDPA vía Europa Press

Boris Johnson siempre ha sido un experto en el arte de la negociación. Sabe medir los tiempos como nadie y no duda en plantear órdagos aun sabiendo que puede crear el caos. Y esta es la técnica que está empleando de nuevo con Bruselas ante la gran crisis que se vive en torno al Protocolo de Irlanda, una pieza clave del acuerdo del Brexit que en caso de que Londres suspenda unilateralmente –como así amenaza– puede desencadenar una guerra comercial con el bloque.

El «premier» denuncia ahora que el Protocolo está «restringiendo» su capacidad de maniobra para ayudar a Irlanda del Norte a poder recuperarse tras la covid-19 y afrontar los elevados costes de vida. Justifica que la fórmula cerrada con la UE se diseñó antes de la pandemia y la guerra en Ucrania. Por lo tanto, aunque no quiere revocarla en su totalidad, pide importantes modificaciones.

«Espero que la posición de la UE cambie. Si no es así, será necesario actuar», escribió este lunes en un largo artículo publicado en «Belfast Telegraph», coincidiendo con su visita a la capital norirlandesa a fin de desbloquear la gran crisis política desencadenada tras el triunfo histórico de los católicos del Sinn Fein en las últimas elecciones autonómicas celebradas a principios de mayo.

Los protestantes del DUP se niegan ahora a formar gobierno de coalición que ambas comunidades deben respetar tras los acuerdos de paz de 1998, a menos que Downing Street no avance en las negociaciones que lleva a cabo con la UE respecto a los nuevos controles aduaneros que hay que aplicar ahora a los bienes que se comercializan con Gran Bretaña. En su día, los protestantes votaron con el Brexit, pero ahora se sienten traicionados por Johnson al haber dejado a la provincia británica con un estatus diferente al del resto de Reino Unido a fin de evitar frontera dura con la República de Irlanda.

Después de reunirse con Johnson, el líder del DUP, Jeffrey Donaldson, subrayó que desea que el Ejecutivo autónomo esté en «total funcionamiento» tan pronto como sea posible, pero insistió en que quiere constatar que Londres tomará «medidas decisivas» respecto al protocolo. «Estamos esperando a ver qué dicen y después lo consultaremos con nuestro partido», agregó. Por su parte, la líder del Sinn Fein, Mary Lou McDonald, recalcó que la reunión con el primer ministro había sido «muy dura» y no había obtenido ninguna respuesta. «El Gobierno británico está en un juego arriesgado con las instituciones europeas, complaciendo a una parte del unionismo que cree que puede frustrar y extorsionar a la sociedad», matizó.

Todo apunta a que hoy, la responsable de la diplomacia británica, Liz Truss, terminará con semanas de especulaciones al anunciar un proyecto de ley con el que Londres estaría dispuesto a suspender unilateralmente partes del protocolo, a pesar de las advertencias de que la medida podría colapsar las actuales negociaciones con Bruselas y desencadenar una guerra comercial. El proyecto de ley buscará cambios en alrededor de media docena de áreas, incluida la reducción de los controles de los bienes que solo ingresan a Irlanda del Norte y la detención de la supervisión del Tribunal de Justicia de la UE.

En cualquier caso, no se espera una presentación formal en la Cámara de los Comunes, a fin de evitar que Bruselas tome acciones legales. Se trataría más bien de una medida de presión, pero no por ello carece de gravedad. El primer ministro irlandés, Micheál Martin, expresó hoy su «gran preocupación» ante la posibilidad de que el Gobierno británico decida cumplir sus amenazas. Esa maniobra tendría un «impacto desestabilizador» en la región.