Defensa
Suecia refuerza su presencia militar en el Báltico en plena tensión con Rusia
Despliega vehículos de combate y soldados armados para patrullar la estratégica isla de Gotland ante el aumento de la presencia rusa en la zona
En plena escalada de tensión entre Rusia y Ucrania, la idílica isla sueca de Gotland juega un estratégico papel en la política de defensa sueca. A tiro de piedra de San Petersburgo y el enclave ruso de Kaliningrado, quien controla Gotland controla el Báltico. De ahí que las autoridades suecas hayan decidido reforzar su presencia militar en la isla con el envío este fin de semana de decenas de blindados de combate y soldados armados para patrullar Visby, la capital de la isla.
Los tres lanchas rusas detectadas la semana pasada navegando el Báltico a través del Estrecho del Gran Cinturón en Dinamarca aumentaron las alarmas de Estocolmo, que habla de “una amenaza de baja intensidad”. “Esto no tiene que verse como particularmente dramático, pero es una forma natural de adaptar la presencia militar”, aseguró a France Presse el jefe de operaciones de las Fuerzas Armadas suecas, Michael Claesson.
El objetivo es mostrar más músculo militar en medio de los rumores de que Rusia podría provocar un incidente artificial para justificar una intervención en Ucrania, tal y como hizo en 2014 para anexionarse la península de Crimea. “A partir de hoy seremos más visibles y estaremos en plazas estratégicas importantes de carácter civil”, declaró a la televisión pública sueca SVT Tomas Ängshammar, portavoz del regimiento de Gotland, en alusión, entre otros, al puerto y el aeropuerto de la mayor isla de Suecia en el Báltico.
El motivo es la “creciente actividad” rusa en las zonas próximas a Suecia, por lo que se considera importante “mostrar a los habitantes de Gotland y a otros países que tenemos una defensa activa que se adapta de acuerdo con la situación”, explicó Ängshamma.
En opinión del ministro de Defensa sueco, Peter Hultqvist, el país debe estar preparado para cualquier circunstancia, incluido un ataque. “Está claro que hay un riesgo. No se puede descartar un ataque. Es importante demostrar que no somos ingenuos. Suecia no será sorprendida mientras duerme si algo sucede. Es importante enviar señales de que nos tomamos en serio esta situación”, afirmó el sábado Hultqvist a Radio Suecia.
Desde la anexión de Crimea, las autoridades suecas se han tomado muy en serio su seguridad y han reforzado su defensa ante un eventual ataque ruso. El Gobierno socialdemócrata ha aumentado en un 75% el presupuesto en defensa, ha recuperado la mili obligatoria para hombres y mujeres, ha intensificado la cooperación con la OTAN y ha establecido un contingente militar permanente en Gotland.
Asimismo, las fuerzas armadas suecas convocaron en 2018 a los 22.000 miembros de la Guardia Nacional, un cuerpo permanente de reservistas voluntarios, para comprobar su capacidad de movilización, una medida que no se aplicaba desde 1975.
Hace una semana, la general de división Lena Hallin, jefa de la agencia de inteligencia militar de Suecia (MUST), reconocía que “estamos lejos de una situación normal para la seguridad sueca hoy”. “Durante algún tiempo, los acontecimientos se han estado moviendo en la dirección de una grave crisis de política de seguridad en Europa, y se ha acelerado en los últimos meses”, explicó Hallin.
Las reiteradas exigencias de Moscú a Washington para comprometerse a evitar una mayor expansión hacia el este de la OTAN, en clara referencia a Ucrania y Georgia, pero por extensión a dos países tradicionalmente neutrales como Suecia y Finlandia, ha obligado al Gobierno sueco a salir al paso en defensa de su derecho a establecer las alianzas defensivas que considere oportuno para garantizar su seguridad. Si bien el apoyo a la integración de Suecia en la Alianza Atlántica ha pasado en una década del 17% al 46% de la población, una eventual adhesión queda lejos en el horizonte ante las reticencias del Partido Socialdemócrata y del resto de la izquierda sueca.
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