Sudán
Emiratos Árabes Unidos reconoce en un comunicado su participación en la guerra civil sudanesa
El ministerio de Defensa emiratí anunció la muerte de cuatro de sus militares en un bombardeo del aeropuerto de Nyala
El ministerio de defensa de Emiratos Árabes Unidos anunció las muertes de cuatro soldados que cayeron “ejerciendo su deber en el país [Sudán]”. Otros nueve resultaron heridos. El comunicado no especificaba los detalles de lo ocurrido, tampoco informaba sobre la hora exacta en que ocurrió el desastre, sólo dijo que las muertes y los heridos se debían a un bombardeo del ejército sudanés sobre el aeropuerto de Nyala (Darfur Meridional).
El aeropuerto de Nyala lo ocupan las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar que se levantó en abril de 2023 contra el anterior gobierno (que se había levantado a su vez contra el gobierno de antes) y que colaboran de manera activa y probada con las milicias janjaweed que masacran a diario a darfuríes negros. No quiere decir que el ejército sudanés (el bando gubernamental) y sus aliados rusos sean adalides de los derechos humanos porque también bombardean hospitales de forma ocasional, pero sí se puede asegurar que el ejército sudanés no está participando en el genocidio de Darfur que se reactivó desde el inicio del conflicto (y del que nadie habla, por lo que sea) mientras que las RSF participan. No hay duda de ello.
Emiratos Árabes Unidos ha reconocido mediante este comunicado de prensa lo que señalaban todos los indicios y las acusaciones constantes del ejército sudanés: que participan en la guerra. Es como si se supiera que cuatro Navy Seals operativos han muerto en la invasión de Kursk. Y que nueve han sido heridos.
Antes se conocía que Emiratos Árabes Unidos se beneficiaba del conflicto porque las RSF controlan el fértil valle de al-Hawad, al sur de Jartum, y es de dominio público que el holding emiratí Al Dahra invirtió 10.000 millones de dólares en proyectos agrícolas del valle de al-Hawada a partir de 2015. Si se toma un mapa para observar el valle que se crea entre el Nilo Blanco y el Nilo Azul antes de unir sus caudales en Jartum, se verá que esa línea pertenece a las RSF casi desde el inicio del conflicto. Ellos controlan las zonas más fértiles del país. Y se habían multiplicado en los últimos meses las denuncias de que EAU suministra armas a los paramilitares.
Puede decirse con absoluta seguridad que Emiratos Árabes Unidos está financiando de forma directa o indirecta un genocidio en Sudán. Antes podía decirse de boquilla, ahora lo anunció el pregón. Puede que sus intenciones y las del RSF sean buenas, que el genocidio les sirva para pagar el fin mayor que supone ganar esa guerra, puede ser que más de ochocientos muertos en Ardamata en un fin de semana y miles de asesinados en Geneina y millones de refugiados tengan excusa. Pero no tiene pinta. Una guerra, fíjese en lo que digo, pase. Pero un genocidio es pasarse, ¿me explico? Uno no tiene más remedio que denunciar las cosas más obvias.
Ya superarán el millón de darfuríes negros que han sido asesinados por sus vecinos árabes en lo que llevamos de siglo. El caso de Emiratos Árabes Unidos y su relación con las RSF fue puesto en duda por importantes medios internacionales, tales y como la CNN, que procuraron indicar en los primeros meses del conflicto que el máximo aliado de los paramilitares era Rusia. Una información que LA RAZÓN desmintió apenas una semana después de iniciarse la guerra civil en abril de 2023. Por otro lado, Rusia se pronunció sin tapujos desde el principio: Moscú apoya al gobierno del general Al Burhan, a los que no son genocidas pero que son más corruptos que Antonio Griñán. Y EAU apoya a los que son corruptos y genocidas. Ese sería el dibujo general del pulso geopolítico que enfrenta a los dos países en el Cuerno de África.
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