Elecciones en Francia
El populismo neutraliza la lucha clásica entre izquierda y derecha
Un electorado dividido en cuatro partes (casi) iguales
La primera vuelta de las elecciones francesas está llena de incertidumbres tras una campaña anómala que empezó marcada por los casos de corrupción y ha terminado con el sello del terrorismo en París. LA RAZÓN entrevista a cuatro votantes que confían en las cuatro formaciones que compiten por la segunda vuelta en unas elecciones que van a marcar el futuro de Francia y de Europa.
La primera vuelta de las elecciones francesas está llena de incertidumbres tras una campaña anómala que empezó marcada por los casos de corrupción y ha terminado con el sello del terrorismo en París. LA RAZÓN entrevista a cuatro votantes que confían en las cuatro formaciones que compiten por la segunda vuelta en unas elecciones que van a marcar el futuro de Francia y de Europa.
«Le Pen no rechaza al otro, protege a los franceses»
Miguel es un veterano defensor del Frente Nacional en Blois, una ciudad de tamaño medio del centro de Francia a orillas del río Loira. A sus 72 anos, este profesor de universidad rompe por completo el perfil de un votante estereotipado de la ultraderecha francesa, término que él rechaza. «No es un tema de derechas e izquierdas, aquí lo que hay son patriotas y mundialistas, y en este último grupo entran los demás candidatos y en esencia, Macron». Para Miguel, la palabra que resume su compromiso con el Frente Nacional, en el que milita desde 1984, es el «renacimiento» porque «estamos en un callejón sin salida en el que nos ha metido Bruselas y el mundo de las finanzas y no hay forma de seguir adelante con ello». Por ello, afirma, es necesario buscar un camino que «ponga de relieve lo nacional».
Rechaza el término proteccionismo aunque justifique un repliegue interno: «Se trata de establecer medidas de actualización económica. Es como el que tiene una casa y va abriendo y cerrando las ventanas según la temperatura interna. Lo mismo pasa con la economía y con los flujos de migración». Eso «no significa un rechazo al otro, sino establecer unas prioridades naturales; primero franceses y después es más lógico comenzar apoyando al vecino, es decir, a los españoles».
Para este profesor, los medios han intentado durante mucho tiempo caricaturizar la imagen de Le Pen, pero los franceses “ya no quieren engaños”
«Mi voto era para Mélenchon pero tras el atentado no sé»
Frank tenía claro que iba a votar por el líder izquierdista Mélenchon hasta el atentado en los Campos Elíseos de París. «Es cierto que ahora dudo si tengo que hacer un voto útil por Macron porque no soporto la idea de que François Fillon y Marine Le Pen se beneficien de esto y pasen los dos a segunda vuelta». Antes del atentado no tenía dudas. El papel del líder de la izquierda radical en los debates televisivos frente a sus rivales le había convencido. «Es mucho mejor orador que los otros y eso se ha visto por la televisión claramente», cuenta quien tenía una imagen distinta del candidato situado más a la izquierda en el espectro político francés. «Le veía como un señor cabreado con el mundo todo el rato, pero lo he entendido durante esta campana», sentencia este joven de 27 años, panadero de la localidad de Bourges, en pleno centro de Francia. Frank considera esencial la idea del programa de Mélenchon de pasar a la VI Republica porque «hay que reformar ciertas reglas del juego como contabilizar el voto en blanco que me parece una buena idea». Sin embargo, no todo el programa de Mélenchon es del agrado de Frank, «lo que dice de Europa no me interesa. Yo tengo claro que quiero seguir en Europa y su visión nos lleva derechos a estrellarnos contra un muro».
«Confío en Fillon porque va a bajar los impuestos»
Pascale es una quincuagenaria con un pequeño comercio en Versalles, a unos 20 kilómetros de París. El domingo votará por el conservador François Fillon por razones estrictamente económicas. «Lo que he tenido en cuenta a la hora de decidir mi voto es el programa económico de los candidatos, algunos siguen en el inmovilismo», asegura esta pequeña empresaria local que valora el impulso reformista del aspirante presidencial de Los Republicanos. «Bajará los impuestos a las empresas y eso ayudará a la economía», asegura. Para esta votante, la situación judicial del candidato del centro derecha francés no supondrá ningún obstáculo para elegir su papeleta el próximo domingo. «Todos han hecho cosas parecidas», afirma resignada respecto al escándalo del «Penelopegate» por los supuestos empleos ficticios como asistentes parlamentarios de la esposa de Fillon y de dos de sus hijos. Un caso que casi le cuesta la candidatura y por el cual permanece imputado. «Las reformas económicas de su programa son necesarias», señala Pascale, que explica cómo la pequeña y mediana empresa viven una situación de ahogamiento por las múltiples tasas actuales.
Pascale es bastante escéptica respecto a las promesas que otros candidatos han hecho durante la campaña como sanear y dignificar la vida pública francesa con la prohibición de contratar a familiares, un tema que acaparó el inicio de la campaña tras la imputación del candidato Fillon.
Esta comerciante se apoya en una medida clave del programa del líder de Los Republicanos que propone rebajar y suprimir impuestos y cargas sociales a las empresas para que se ahorren 50.000 millones de euros en cinco años. Pascale considera además «necesarias para este momento» algunas medidas que han suscitado numerosas críticas entre los sectores de izquierda del programa del conservador, como reducir en 100.000 millones de euros el gasto público o eliminar ciertos emblemas económicos del país como la semana laboral de 35 horas o la edad de jubilación a los 62. Esta empresaria está convencida de que Fillon es la persona que defiende una Francia mejor.
«Macron no va a eternizarse en la política ni tiene líos»
Pascal tiene 60 años y tuvo una jubilación anticipada después de trabajar muchos años en una aseguradora internacional. Es originario de Ile-de-France, la región que engloba a la capital francesa. Este domingo votará por el liberal Emmanuel Macron. Su primer argumento es tajante: «No tiene chanchullos», a diferencia, especialmente, del otro candidato que tiene perfil económico liberal, el conservador François Fillon, que en principio y sobre programa podría haber sido el más próximo a sus ideas. La novedad que supone el candidato emergente es otra razón para votarlo, según Pascal, que considera que Macron sí tiene «el talante necesario para unir a gente capaz de la izquierda y de la derecha. Lo mejor de cada casa». Este votante, al que encontramos en una cafetería ubicada en un barrio acomodado del suroeste de París, considera fundamental que Macron haya hecho carrera fuera de la política, trabajando para la empresa privada, «a diferencia de los políticos franceses de siempre que llegan a la política para eternizarse viviendo de ella», y piensa que en caso de llegar al Elíseo, el joven ex ministro de Economía de Hollande se rodeará de personas de fuera del mundo de la política e intentará configurar junto a su primer ministro un gabinete más tecnócrata y cercano a la sociedad civil, con caras distintas de las habituales del partido conservador y los socialistas.
Un cambio que para Pascal supone una «reforma esencial» en la forma de concebir la cultura política del país y que vendría, en su opinión, de la mano de alguien con el «talento y la formación necesarias, mejores que en el resto de los candidatos». Talento, cambio generacional y Europa, una última razón que esgrime Pascal, considerando que el joven líder del movimiento En Marche! mantiene una verdadera apuesta europeísta frente al desafío que suponen todos los demás, «especialmente frente a Marine Le Pen», a quien considera que podrá ganar haciendo un reagrupamiento de todo el voto republicano en segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que se celebrará en mayo.
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