Israel
El pacto entre Hamas y Al Fatah rompe el proceso de paz
Siete años después de la ruptura total, Al Fatah y Hamas lo vuelven a intentar. El grupo integrista islámico Hamas, que gobierna la franja de Gaza, y la organización Al Fatah –encabezada por el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas, y que controla parcialmente Cisjordania– llegaron ayer a un acuerdo según el cual dentro de cinco semanas formarán un Gobierno de unidad nacional. Ambas facciones rompieron en 2007, cuando Hamas se alzó en armas contra la autoridad de Abas y tomó por la fuerza la franja, que gobierna desde entonces. En estos años ha habido diversos intentos frustrados de reconciliación, pero todos habían fracasado hasta hoy.
El jefe de Hamas en Gaza, Ismail Haniyeh, anunció que en el marco del nuevo acuerdo, los palestinos celebrarán elecciones dentro de seis meses. Cabe recordar que ésta será la primera vez que la población palestina irá a las urnas desde 2006, año en que Hamas obtuvo una mayoría parlamentaria en los comicios legislativos, lo que causó estupor en la ANP y desató un proceso que terminó con el golpe de junio de 2007 y la consiguiente ruptura.
Haniyeh habló ayer de la necesidad de reforzar la reconciliación «a fin de formar un gobierno, un sistema político y un programa político», mientras que el jefe de la delegación de Al Fatah, Ahmad al-Ahmad, se mostró «feliz de «que haya llegado el momento de poner fin a las divisiones». Sin embargo, ambas partes aún deben ponerse de acuerdo en la implementación de este pacto.
Entre medias hay temas cruciales y difíciles de resolver. La agencia de noticias palestina Ma'an señaló que el Gobierno de unidad nacional estaría encabezado por el presidente Mahmud Abas o por el ex alto representante de Hamas Naser al-Shaer. Pero no está claro en absoluto por ahora quién aceptará esta tarea y de qué manera ambas partes podrán compartir gobierno.
Fuentes palestinas dan a entender que Hamas no renunciaría a Gaza, pero sí estudiaría la posibilidad de compartir la gestión de este territorio. Sin embargo, cuesta más imaginar a Abas abriendo la puerta a Hamas para compartir la gestión de Cisjordania, donde Al Fatah gobierna de forma autónoma en algunas zonas mientras que otras están bajo control de Israel.
La reacción de los palestinos ante el anuncio de la reconciliación oscila entre el escepticismo y la esperanza de que por fin se acabe con la división interna, que afecta a decenas de familias palestinas. En Israel, la reacción fue de rechazo total. El Gobierno israelí canceló una reunión prevista para ayer con el equipo que negocia el acuerdo de paz con los palestinos, como respuesta al acuerdo de reconciliación. «Abas tiene que elegir –dijo el primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu–. ¿Desea la paz con Hamas o con Israel? Se puede tener una de ellas, pero no las dos a la vez. Espero que opte por la paz con Israel, pero eso es algo que aún no ha hecho». Según Netanyahu, Abas «presenta continuamente nuevas condiciones en las negociaciones, condiciones que sabe que Israel no podrá cumplir». De fondo está el maltrecho proceso de negociación para alcanzar la paz. Ayer el ministro israelí Amir Peretz –del mismo partido que Tzipi Livni, que es la responsable de las negociaciones con la ANP– dijo que «se está avanzando».
La última crisis del proceso de paz se produjo hace pocas semanas, cuando Israel congeló la cuarta fase de excarcelaciones de presos palestinos debido a que su contraparte no aseguró que continuaría negociando más allá del 29 de abril, la fecha originalmente acordada como límite para alcanzar un acuerdo marco.
Estos días, el presidente Abas advirtió de que si las negociaciones no llegaran a buen puerto, él desmantelaría la Autoridad Nacional Palestina y entregaría las llaves a Israel. «La ANP amenazó con desmantelarse. Y ahora habla de unirse con Hamas. Que decidan qué hacen y nos avisen», añadió.
Más explícito aún que el jefe de Gobierno fue el ministro de Exteriores israelí, Avigdor Liberman, quien dijo que un acuerdo de unidad entre Hamas y Al Fatah conduciría al fin de las negociaciones de paz entre Israel y la ANP. «Abas debe decidir si desea hacer la paz y si es así, con quién», dijo Liberman. «Es imposible hacer la paz tanto con Israel como con Hamas, una organización terrorista que llama a la destrucción de Israel. Firmar un acuerdo de gobierno de unidad entre Al Fatah y Hamas equivale a suscribir el fin de las negociaciones entre Israel y la ANP». En la misma línea se pronunció el Departamento de Estado de EE UU, cuyo portavoz afirmó que este pacto complica «seriamente» el diálogo. Abas, por su parte, defendió que la reconciliación no es incompatible con el proceso de paz.
Desde hace meses, se negocia la posibilidad de que el diálogo, que culmina en cinco días, se prolongue hasta final de año, justo cuando se convocarían las elecciones palestinas, según el pacto alcanzado ayer entre al Fatah y Hamas. «Ambos asuntos no están vinculados. Son expedientes separados y así los tratamos. La reconciliación palestina ha sido siempre una de nuestras prioridades», precisaron a Efe responsables palestinos.
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