Cataluña

Edimburgo quedaría fuera de la UE «un minuto después»

El ministro principal escocés, Alex Salmond junto a la "número dos"del Gobierno autónomo, Nicola Sturgeon
El ministro principal escocés, Alex Salmond junto a la "número dos"del Gobierno autónomo, Nicola Sturgeonlarazon

La Comisión Europea suele jactarse de su coherencia a la hora de tratar a cada uno de los Estados miembros. Por este motivo, ayer, uno de sus vicepresidentes y responsable de Competencia, el español Joaquín Almunia, avisó de que si Escocia se independiza, quedará fuera de la UE «un minuto después». Al ser preguntado en la Eurocámara sobre el impacto de la independencia, Almunia no quiso responder directamente, explicando que esto debería hacerlo un líder «responsable de responder en nombre de todos los europeos». A juicio de Almunia, lo que debería hacer esta persona es, en primer lugar, «antes de que sea demasiado tarde, animar enérgicamente a los escoceses a que voten en contra de la independencia». En segundo lugar, debería avisarles de que «si, desafortunadamente, el resultado es a favor de la independencia, los que están a favor del «sí» descubrirían que un minuto después ya no serían miembros de la UE».

Olivier Bailly, portavoz del Ejecutivo comunitario, recalcó, por su parte, que la independencia obligaría a Escocia a solicitar la adhesión y, por tanto, la unanimidad de los socios, si quisiera continuar dentro de la Unión. «El tratado ofrece artículos claros en lo que respecta a la necesidad para un nuevo país de solicitar [la adhesión] a la UE si quiere unirse», señaló Bailly. El portavoz optaba así por expresarse en los mismos términos en que lo ha hecho en el pasado sobre Cataluña, con motivo de las pretensiones soberanistas de la Generalitat. Así, aunque dejó claro el escenario que se abriría si Escocia se declara unilateralmente independiente, Bailly indicó que Bruselas sólo se pronunciará de manera oficial el día que reciba del Estado miembro en cuestión «un escenario jurídico detallado». «El resto sería especulación por nuestra parte», subrayó el portavoz, que no quiso hacer ningún tipo de comentario sobre el «Libro Blanco». «Obviamente, hemos visto este nuevo desarrollo, pero no tenemos ningún comentario que hacer», dijo, pues se trata de un «asunto interno de Reino Unido».

Fuentes comunitarias explicaron que corresponde a las autoridades nacionales decidir sobre cualquier proceso. En todo caso, se admite que «la separación de una parte de un Estado miembro no sería neutral respecto a los tratados de la UE y a «la ciudadanía de la Unión Europea, que está vinculada a la ciudadanía de cada Estado». Además, cualquier cambio en la configuración de la UE debe someterse a la modificación del tratado, lo que requiere la unanimidad. Esos cambios deberán ser negociados con los Estados miembros e incluso aspectos como los derechos de votación en el Consejo, el número de diputados en el Parlamento Europeo, etc. A continuación, el nuevo Tratado debería ser sometido a la ratificación de los Parlamentos de todos los miembros del club.