Norteamérica

Dos mujeres se disputan el poder en el México post-AMLO

Las elecciones de junio coronarán a la primera presidenta de la historia de México. La elegida por López Obrador es la gran favorita

Claudia Sheinbaum, tras ser elegida candidata de Morena a las elecciones presidenciales mexicana de junio de 2024
Claudia Sheinbaum, tras ser elegida candidata de Morena a las elecciones presidenciales mexicana de junio de 2024Fernando LlanoAP Photo

Salvo sorpresa mayúscula, México tendrá en 2024 a la primera mujer presidenta de su historia. El país celebrará el 2 de junio sus elecciones federales, en las que, entre otros cargos, se elegirá al nuevo jefe del Estado. Pese a que las encuestas siguen mostrando su alta popularidad, Andrés Manuel López Obrador no puede optar a la reelección y la carrera queda abierta a las dos mujeres que figuran en cabeza en las encuestas.

Aunque sus tics autoritarios alimentaran durante algún tiempo los temores de que buscaría un nuevo mandato que la Constitución impide, AMLO bendijo a quien se perfila como su sucesora. Claudia Sheinbaum se impuso en la elección primaria del Movimiento de Renovación Nacional (Morena) al excanciller Marcelo Ebrard y será la candidata de la coalición gobernante. Todas las encuestas la sitúan como favorita.

El apoyo explícito de AMLO ha sido, sin duda, una de las razones del éxito de Sheinbaum, pero no la única. Esta ingeniera medioambiental especializada en temas energéticos ocupó la Alcaldía de Ciudad de México entre 2018 y junio de 2022, cuando dimitió para poder lanzarse a la lucha por la Presidencia.

Aunque carece del carisma y la popularidad de López Obrador, en la capital mexicana logró cultivar una imagen de buena gestora y gracias a una calculada ambigüedad ha sabido hacerse con el apoyo de sectores muy diversos, lo que será una de sus bazas en el intento de convertirse en presidenta.

Como alcaldesa, Sheinbaum impulsó varios programas de digitalización para reducir la burocracia que fueron bien acogidos y su gestión de la campaña de vacunación durante la pandemia también fue aplaudida en los medios mexicanos. Sin embargo, también bajo su mandato se produjo el grave accidente en el metro de la capital que le costó la vida a 25 personas en mayo de 2021 y surgieron voces que acusaron a la alcaldesa de no invertir lo suficiente en su mantenimiento.

La principal rival de Sheinbaum en los comicios de junio será Xóchitl Gálvez, exsenadora que ha sido elegida por una heterogénea coalición de centroderecha que ha adoptado el rimbombante nombre de Fuerza y Corazón por México.

Gálvez ha venido cultivando una imagen accesible al estilo del que ha caracterizado a AMLO como presidente, pero ni su imagen recorriendo Ciudad de México en bicicleta ni sus orígenes humildes –de joven, se ganó la vida vendiendo tamales por la calles– han servido por ahora para acercar sus expectativas de voto a las de Sheinmbaum.

Criada en el Estado de Hidalgo, uno de los más pobres en el centro de México, nació en el seno de una familia de indígenas otomi y aprendió su lengua nativa antes que el español, lo que hoy intenta rentabilizar para atraerse a los votantes más humildes en su campaña por alcanzar la presidencia.

Sheinbaum parece mejor colocada, pero la historia reciente de las campañas electorales en América Latina deja claro que nada puede darse por sentado. Pese a su liderazgo en las encuestas, la candidata de Morena aún tiene algunas incógnitas que despejar. Hasta ahora se ha mostrado totalmente alineada con las decisiones de AMLO, pero en algún momento necesitará subrayar su propia personalidad y programa, y está por ver que su mentor político vaya a permitirle salirse del guion.

López Obrador ha combinado su retórica populista con un intransigente rigor fiscal cuestionado incluso por los economistas más ortodoxos y Sheinbaum se ha mostrado muchas veces partidaria de que el Estado intervenga directamente con ayudas y otras medidas para mejorar la vida de los más pobres.

Es previsible que la candidata haga campaña con los mismos mensajes contra el desigual reparto de la riqueza en el país que han cimentado la popularidad de López Obrador en los últimos años, pero concretar las promesas en hechos resultará más difícil debido al aumento del déficit y el hecho de que la subida de las pensiones aprobada por la actual Administración comprometa ya cerca de una cuarta parte del presupuesto.

El otro gran asunto serán la violencia y el narcotráfico. Secuestros y asesinatos siguen siendo la tónica habitual en México. Solo en la primera mitad de 2023, hubo más de 15.000 homicidios en México. AMLO defiende el éxito de su política, basada en atacar las causas profundas de la criminalidad, alejándose de los enfoques más estrictamente represivos de sus predecesores, pero la realidad es que el país sigue en gran medida en manos de los cárteles de la droga y nadie parece tener por ahora una solución para esta lacra.