Si hasta ahora Donald Trump se había mostrado plenamente confiado en el terreno electoral, después de la retirada de Ron DeSantis, que un día fue el republicano favorito para sustituirlo por ser un candidato más joven y disciplinado en sus ideas, llega más hinchado que nunca. Así llegó el lunes a una corte federal de Manhattan para declarar de manera voluntaria en el juicio por difamación a la escritora E. Jean Carroll. Lo que el exmandatario no esperaba es la última sorpresa del destino. Cuando parecía que no podía añadirse ninguna complicación más a su extenuante agenda judicial y electoral, el lunes quedó claro que con el expresidente todo es posible. El reinicio de su juicio en Manhattan fue cancelado minutos después de comenzar por cuestiones de salud.

Era una jornada muy esperada porque Trump iba a subir al estrado de manera voluntaria a defenderse, pero poco después de que entrara en la sala de tribunales, pasadas las 9:30 de la mañana hora local, el juez Lewis Kaplan a cargo del proceso suspendió la sesión porque uno de los miembros del jurado no se encontraba bien. El magistrado ofreció a los abogados de la defensa continuar el proceso con ocho miembros en vez de nueve.

El equipo legal de Carroll aceptó la nueva situación, pero la abogada del exmandatario, Alina Habba, pidió un aplazamiento. Aseguró además que también se encontraba mal y que había estado reunida con sus padres tres días antes de que ayer dieran positivo en Covid-19. La letrada, que no utilizó mascarilla en ningún momento de la vista y dio negativo en una prueba del virus, aseguró que su cliente estaba preparado para testificar, pero el martes iba a ser difícil para él estar en Nueva York porque se celebraban las primarias de su partido en Nuevo Hampshire. Habba pidió que Trump, que no tiene porqué asistir en persona al juicio, testificara el miércoles.

El juez Kaplan tardó en contestar, porque no es la primera vez que la letrada intenta aplazar el proceso. Lleva pidiéndolo desde que arrancó para facilitar que su cliente pudiera asistir a los pasados caucus de Iowa a y a las primarias de Nuevo Hampshire. Después de muchas idas y venidas, el juez acordó que el juicio se reiniciaría el martes, coincidiendo con las primeras primarias del país en el conocido con el sobrenombre de «Estado del Granito».

A pocas horas de que cierren los colegios electorales, la cosa allí está un poco más reñida que en Iowa. Nikki Haley ha ido reduciendo distancias con Trump en las encuestas en las últimas semanas y el exmandatario le lleva una ventaja de solo 17 puntos porcentuales. Así que todo podría pasar esta noche. Sobre todo, después de la retirada del gobernador Ron DeSantis, de la carrera electoral y sus palabras de apoyo al que un día fue su gran rival. «Aunque he tenido desacuerdos con Trump sobre la pandemia del coronavirus y su nombramiento de Anthony Fauci, Trump es superior al actual titular Joe Biden. Eso está claro».

Por su parte el expresidente también se dirigió a él con respeto, algo poco común después de los ataques cruzados de los últimos meses, y dijo que abandonaría el apodo que había estado usando contra su rival hasta ahora. «Se acabó “DeSanctimonoius”», este nombre está oficialmente retirado», DeSantis «fue muy amable y me respaldó, así que lo aprecio».

Haley también tuvo palabras para su antiguo rival, «realizó una gran carrera» y «ha sido un buen gobernador», dijo la candidata al enterarse de la noticia. Pero para no irse sin poner su granito de arena en las primarias de Nuevo Hampsire, DeSantis también trató de perjudicar a la única que podría hacerle sombra electoral al exmandatario, que ya antes del anuncio de floridano había emergido como la rival más viable de Trump. «No podemos volver a la vieja guardia republicana de antaño, una forma preenvasada de corporativismo recalentado que representa Nikki Haley», dijo DeSantis en su video de despedida.

Así que ahora toda la atención está puesta en la candidata como la única posible alternativa a Trump. La exgobernadora de Carolina del Sur ha conseguido hacerse en Nuevo Hampshire con el apoyo de los independientes y moderados. Si está noche podría dar la gran sorpresa es algo que aún no está claro. Tampoco sería de extrañar que si los resultados no son los esperados Haley tire también la toalla y deje vía libre, ahora sí que del todo, al exmandatario. Es decir, en pocas horas Trump podría convertirse en el único candidato republicano para pelear contra el demócrata Joe Biden por la Casa Blanca.