Detenido el hijo mayor de Gustavo Petro por blanqueo de capitales y enriquecimiento ilícito

Confirmó la noticia el propio Gustavo Petro. El presidente de Colombia soltó la bomba en un tuit, escrito de forma apresurada y con varias faltas de ortografía, poco después de que su hijo fuera detenido por más de una decena de agentes del Cuerpo Técnico de Investigación Criminal y Judicial en Barranquilla, desde donde fue trasladado en avión a Bogotá. «Han sido capturados por la Fiscalía mi hijo Nicolás y su exesposa Day. Como persona y padre me duele mucho tanta autodestrucción y el que uno de mis hijos pase por la cárcel; como presidente de la República aseguró que la Fiscalía tenga todas las garantías de mi parte para proceder de acuerdo a la ley», confesaba el mandatario en un mensaje en el que deseaba «suerte y fuerza» a su primogénito y garantizaba que no intervendría ni presionaría a la justicia. Era un acontecimiento inédito en la historia del país.

La orden de detención emitida por la Fiscalía forma parte de un caso que investiga desde marzo las presuntas irregularidades de la campaña presidencial de Gustavo Petro. Los chats y los documentos que obran en poder de los fiscales comprometen de lleno a Nicolás y su expareja, Days Vázquez, quienes habrían recibido unos 600 millones de pesos (algo más de 139.000 euros) de empresarios vinculados al mundo del narcotráfico para financiar la campaña del actual jefe de Estado. Aunque el montante habría ido a parar a los bolsillos del hijo mayor de Gustavo Petro. La Fiscalía les imputa por los delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de activos, en el caso de Nicolás Petro; y violación de datos personales y lavado de activos, en el caso de Day Vásquez.

Las declaraciones de Vásquez en una entrevista publicada en marzo con la revista Semana precipitaron el caso. Entonces, la exesposa de Nicolás Petro le acusó de haber utilizado su posición para recibir cuantiosas sumas de dinero que terminaron en sus propias arcas, a espaldas, eso sí, de su padre. El presidente Petro pidió en ese momento una investigación contra él y contra su hermano menor, Juan Fernando Petro, a pesar de que su hijo había rechazado las acusaciones.

Los fiscales al frente de la investigación son Luis Fernando Merchán y Mario Burgos, ratificados en sus puestos por la Fiscalía tras desestimar su recusación al no tener intereses que puedan afectar el proceso. Pero es el fiscal general Francisco Barbosa quien lleva las riendas del caso. «Barbosa fue nombrado por el expresidente Iván Duque con quien tenía una amistad de décadas. Había participado de su proyecto político, de su candidatura, y también ejerció como su consejero presidencial de Derechos Humanos», explica el analista político Sergio Guzmán en conversación con LA RAZÓN. «Por lo tanto, se le percibe muy cercano al Centro Democrático, a los partidos de derecha».

«Los esfuerzos que ha hecho la Fiscalía para archivar la causa del presidente Álvaro Uribe, también imputado, han sido bastante cuestionados. Por lo que la imparcialidad del fiscal Barbosa con un caso de esta magnitud siempre dejará espacio para las dudas», señala el director de la consultora Colombia Risk Analysis. Personas allegadas a la Fiscalía, han sugerido que tiene aspiraciones de ser presidente. «La captura del hijo de Gustavo Petro puede que haya sido innecesaria, pero también pretende hacer ver que el fiscal promueve que haya mano dura en el país y que pueda levantar el puño y decir que se está haciendo justicia», remata Guzmán.

El caso es un tsunami político. No solo porque compromete al círculo más próximo al presidente –como ya ocurrió con el «caso niñera», que salpicó a los dos principales colaboradores de Petro: su jefa de Gabinete, Laura Sarabia, y el entonces embajador en Venezuela, Armando Benedetti–, sino porque es sólido. Nicolás Petro se había convertido en una extensión del poder del presidente en el departamento del Atlántico y era el único de sus hijos que había optado por seguir los pasos de su padre y dedicarse a la política. Aunque en una entrevista con la revista Cambio, Petro intentó desmarcarse de él: «No lo crie, esa es la realidad».