Reino Unido
Controlar la inmigración, la «línea roja» de Londres
Análisis
►¿Cuáles serán las «líneas rojas» de la primera ministra británica, Theresa May, durante el proceso de negociación del Brexit? ¿Y los puntos innegociables para la UE?
–Creo que el principal problema para Theresa May es que su «línea roja» es el control de la inmigración y el de la UE es la libertad de circulación de los trabajadores, sobre todo si Reino Unido va a tener acuerdos sobre el mercado único. Esto, sin duda, causará problemas en ambos lados. Supongo que al compromiso se llegará estableciendo un tipo de mercado único, pero nombrado de distinta manera, y permitiendo la libre movilidad de trabajadores europeos aunque bajo otra apariencia.
►En teoría, tras la invocación del artículo 50, sólo puede haber dos años de negociaciones. ¿Se prolongarán las conversaciones del Brexit más allá de este plazo?
–Creo que Reino Unido tendrá que llegar a un acuerdo en el plazo de dos años porque, si no lo hace, el impacto de la incertidumbre económica y el hecho, además, de que deberán operar bajo las leyes de la Organización Mundial del Comercio (OMC), tendrán un impacto muy negativo en el comercio británico.
►¿Cuáles son los mayores escollos que se presentarán durante esta negociación entre Londres y Bruselas?
–Los principales son que Bruselas no quiere ser vista como blanda en la cuestión de Reino Unido abandonando la UE. No puede dar la impresión de que es una opción fácil desligarse del «club» europeo. Al mismo tiempo, un fracaso en la búsqueda del acuerdo será perjudicial. El problema para May será alcanzar un acuerdo que sea económicamente «sensible» –tendrá que mantener el acceso y los derechos de los ciudadanos europeos–, pero entonces no mantendrá a su partido unido. Hay muchos «tories» quieren un «Brexit duro» y pocos compromisos con la UE.
►¿Cómo lidiará May con Escocia e Irlanda del Norte? ¿Existe la posibilidad de un segundo referéndum?
–Tanto Escocia como Irlanda del Norte suponen un gran problema para May. Si se produce un «Brexit duro», entonces cabe el riesgo de una votación para la independencia de Escocia. La «premier» tiene que llegar a un acuerdo con el que pueda decir a los escoceses que merece la pena permanecer en Reino Unido. Es, por tanto, una presión bien distinta a la que ejerce el ala de la derecha del partido «tory» y le será muy difícil complacer a ambos. Irlanda del Norte es potencialmente más complicado. Una frontera más rígida con el sur aumentará la presión para que se produzca una reunificación por parte de los republicanos, aunque los unionistas se resistirán. En todo caso, Londres no permitirá tal reunificación.
*Jefe de departamento de la Facultad de Políticas de la Universidad de York. Preguntas de Ángel N. Lorasque
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