Ciclón "Daniel"
La catástrofe en Libia podría haberse evitado "si hubiera un servicio meteorológico funcional"
La última obra de mantenimiento de la represa de Wadi Derna ocurrió en 2002
El tragedia en Libia escribe nueva líneas a cada hora que pasa. El número de víctimas que perecieron tras la riada provocada por la ruptura de dos de las presas que contenían el río Derna, tras el paso del ciclón “Daniel”, no deja de aumentar. Ya son más de 8.000 muertes oficiales en la ciudad que comparte nombre con el río y sus alrededores, mientras el alcalde de Derna estipula que “entre 18.000 y 20.000 personas” habrían fallecido como consecuencia de la catástrofe.
El periodista Mabrooka Elmesmary, que consiguió salir de la ciudad al día siguiente de la inundación, explicó al medio Al Jazeera que Derna “se ha aplanado”, que “no hay agua, electricidad ni combustible” y que se trata de “un desastre a una escala masiva”. Las imágenes satelitales muestran hasta un 25% de la localidad absolutamente devorada por las aguas e incluso en el centro del país, desierto adentro, la tormenta ha creado nuevos lagos temporales que pueden apreciarse desde el aire. Sólo ahora comienza a llegar con cuentagotas la ayuda humanitaria necesaria para tratar a los supervivientes y rescatar los miles de cadáveres que la corriente escupe al Mediterráneo; Turquía ha sido la primera nación en reaccionar, enviando a la zona afectada tres aviones con equipos de rescate. Entre los cuerpos recuperados hasta el momento se han contabilizado más de 400 extranjeros, en su mayoría egipcios y sudaneses.
Los vídeos grabados por los locales y que ahora empiezan a aflorar muestran la magnitud de la tragedia: camiones arrastrados por el caudal como si fueran de juguete, el rugido del agua entremezclada con el barro, el estallido de los postes de electricidad, hogares de cemento deshaciéndose como castillos de arena construidos por un niño en la playa. Nada pudo evitar lo ocurrido, una vez fue demasiado tarde. Pero dos nuevos datos permiten conocer que la tragedia pudo haberse evitado antes del colapso de las dos presas. Fue el jefe de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, quien aseguró este jueves que muchas de las muertes podrían haberse evitado “si hubiera un servicio meteorológico funcionando correctamente” en Libia. En su declaración, hecha en Ginebra ante los periodistas, Taalas indicó que “las autoridades de gestión de emergencias habrían podido evacuar a la gente. Y podríamos haber evitado la mayoría de las víctimas humanas”.
¿Una catástrofe evitable?
Libia se encuentra sumida en una espiral de violencia desde el asesinato de Gadafi en 2011. El país se encuentra dividido en dos bloques: el primero de ellos representado por el Gobierno de Fayez al Sarraj (que apoyan Naciones Unidas, Italia, Estados Unidos, Turquía y Argelia, entre otros), y un segundo bloque consumado en la facción rebelde conocida como el Ejército Nacional Libio (respaldado por Rusia, Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Francia). El Ejército Nacional Libio controla de facto el este del país y ha sido en su territorio donde se ha dado la catástrofe que aquí se trata. Cuando Petteri Taalas hace mención de que “el gobierno [libio] no funciona normalmente”, se refiere a la división de un país donde la mutua cooperación es sencillamente inexistente.
Numerosas voces han querido señalar que la ruptura de las presas que contenían el río Derna comenzó en el momento en el que Gadafi fue asesinado. Sin su muerte, tal es su opinión, Libia no estaría sumida en la anarquía y podrían haberse hecho las gestiones adecuadas para evitar este reguero de muertes. Pese a que los juicios de valor hechos a posteriori resultan un tanto cínicos por parte de quienes los pronuncian, es cierto que las últimas tareas de mantenimiento de la presa Wadi Derna (una de las dos presas destruidas) ocurrieron en 2002, hace más de 20 años. Y que la empresa turca contratada en 2007 para proseguir el mantenimiento de las represas libias abandonó el país tras el estallido de los primeros combates en 2011, sin que ninguna otra compañía haya tomado el relevo.
Varios cargos políticos nacionales han solicitado al fiscal general de Libia que inicie una investigación que aclare lo sucedido, y si podría haber sido evitable. Sólo cuando dicha investigación concluya se sabrá hasta qué punto son estas muertes una consecuencia directa del conflicto iniciado por la OTAN, y de unos 39 millones de dinares cuya existencia se conoce ahora y que estaban destinados en un principio al mantenimiento de las presas… sin que nunca llegaran a utilizarse.
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