Unión Europea

Bruselas dejará en manos de los Estados europeos qué incluir en el kit de emergencia

La Comisión plantea reservas para 72 horas como mínimo ante una guerra, una catástrofe natural o un ataque cibernético

Bruselas sube el tono. Con una rotundidad pocas veces vista, la Comisión Europea alerta de que ha comenzado una nueva era en la que la seguridad no puede darse por garantizada. No solo se trata de un ataque militar a uno o varios Estados miembro, tal y como temen los países del Este, cercanos a Rusia, sino la multiplicación de catástrofes naturales y los ataques cibernéticos contra infraestructuras clave que pueden poner en jaque los servicios más básicos. Según explica un alto funcionario europeo, el mecanismo de protección civil de asistencia europea solía desplegarse una media de 30 a 40 veces al año, mientras que en los últimos años la cifra llega a 100.

Ante este escenario convulso, Bruselas pide a los ciudadanos europeos que tengan listo un kit de emergencia con reservas que les permitan subsistir al menos 72 horas con bienes de primera necesidad como agua, comida, medicamentos, baterías… La Comisión Europea está preparando una guía de manera coordinada con los países europeos, pero es consciente de que las competencias en este ámbito son nacionales. Esto significa que corresponderá a cada país establecer el listado definitivo según sus peculiaridades geográficas y culturales. La propia comisaria de Gestión de Crisis, Hadja Lahbib, ha reconocido que existen “distintas realidades sociopolíticas”.

Los países nórdicos se anticipan

Sobre el plazo de 72 horas, la Comisión Europea explica que los tres primeros días suelen ser los más delicados en caso de catástrofe, pero fuentes diplomáticas explican que las 72 horas son tan solo el mínimo. Esto significa que los países europeos podrán exigir a sus ciudadanos reservas para un mayor lapso de tiempo. Actualmente, hay varios países nórdicos que ya promueven estos kit de emergencia a los ciudadanos y Francia también va a seguir estos pasos.

Además, Bruselas quiere que los ciudadanos estén mentalizados desde pequeños de la necesidad de saber protegerse de las amenazas y por eso propone formación en los colegios y que este tipo de habilidades se desarrollen en los programas de Educación juveniles como Erasmus+.

Pero el paquete presentado este miércoles no solo incide en medidas individuales o familiares, sino en un nuevo enfoque europeo de alianzas entre el ejército y los cuerpos civiles, ante el incremento de amenazas híbridas. Esto incluirá la puesta en marcha de simulacros de emergencia a nivel europeo –aunque la preparación recaiga en las autoridades nacionales – que pretender comprobar la capacidad de respuesta ante diferentes tipos de peligros y que involucrarán desde militares a cuerpos civiles de policías, bomberos y médicos.

“Queremos proponer un marco civil- militar que nos ayude a prepararnos para todas las contingencias”, ha asegurado un alto funcionario europeo. A pesar de que la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca ha propiciado que los europeos le hayan visto las orejas al lobo, el documento también insiste en que este tipo de maniobras conjuntas y simulacros deberán realizarse en colaboración de “socios estratégicos” como la OTAN. Además, el Ejecutivo comunitario quiere involucrar también al sector privado ya que los ataques cibernéticos pueden implicar a empresas con funciones clave como los bancos y el suministro de energía.

Más de 50 sistemas de alerta temprana

El documento preparado este miércoles no solo intenta alertar a la población europea para un nuevo escenario desconocido desde hace décadas, sino que también entona el mea culpa y reconoce que las herramientas disponibles hasta el momento no funcionan de la manera correcta o, al menos, no son capaces de desplegar todo su potencial. Por eso, la Comisión Europea apuesta por pasar de un enfoque reactivo a uno proactivo. El Ejecutivo comunitario reconoce que los programas disponibles hasta el momento no tienen la suficiente capacidad de anticipación y que carecen de “evaluación integrada de los riesgos, las amenazas y sus efectos en cascada”.

Actualmente, ya existe un centro de coordinación de emergencias de la UE, pero Bruselas quiere ampliar sus capacidades para superar la fragmentación ya que ahora mismo hay más de 50 sistemas de alerta temprana en la UE. Se trata de crear una plataforma única para aglutinar toda la información. A partir de ahora este centro se encargara de analizar riesgos, realizar sesiones informativas sobre perspectivas operativas, estudiar los efectos en cascada de estos riesgos y preparar escenarios para saber cómo actuar. Además, también se establecerá un servicio de observación gubernamental que se encargue ofrecer imágenes por satélite. Al igual que en el caso del centro de alerta temprana, se trata de reforzar las capacidades actuales y la utilización de la red de satélites Copernicus para apoyar la gestión de las emergencias y asegurar la seguridad.

En línea con lo aprendido durante la pandemia cuando las cadenas de suministro colapsaron, Bruselas también quiere coordinar entre los países europeos reservas estratégicas de medicamentos, materias primas y alimentos y que este enfoque tenga un punto de vista sectorial. Una estrategia que también se engloba dentro de la vuelta a un cierto proteccionismo y la necesidad de primar el Made in Europe en bienes estratégicos.