El máximo representante de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha elevado el tono ante la inminente operación militar de Israel en Rafah. Por una parte, ha pedido a EE UU que actúe con el fin del envío de armas a Tel Aviv y, por otra, ha criticado el desplazamiento de civiles ante esta ofensiva.

Aunque la comunidad internacional ha condenado en los más duros términos los ataques terroristas perpetrados por Hamás el pasado 7 de octubre y también ha pedido una y otra vez la liberación de los rehenes judíos, lo cierto es que la operación desatada por el gobierno de Benjamin Netanyahu como respuesta está siendo cada vez más cuestionada por sus aliados tradicionales.

El presidente de EE UU, Joe Biden, ha asegurado que Israel “ha matado demasiada gente” y Borrell le ha respondido este lunes recordándole que EEUU tiene la posibilidad de imponer un embargo de armas.

“Si piensas que demasiada gente ha muerto, quizás tendrás que dar menos armas para evitar que muera tanta gente. ¿No es lógico? El máximo responsable de la diplomacia comunitaria ha recordado que los países europeos no están suministrando armas al gobierno hebreo y que ya en 2006 Washington suspendió el envío de armas a Israel debido al recrudecimiento de la guerra en Líbano.

“Es contradictorio decir que hay mucha gente siendo asesinada. Hay que parar de pedir las cosas por favor y empezar a tomar medidas”, ha señalado Borrell, quien se ha distinguido estos meses por una postura mucho más crítica con Israel que la de otros cargos comunitarios como la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

“MI pregunta es: aparte de las palabras, qué más creemos que debemos hacer? La UE piensa que el balance de muertos es demasiado alto, ¿hay alguna posibilidad de reducir? La UE no manda armas a Israel, otros lo hacen. Si piensas que el balance de muertos es muy alto, quizás puedas hacer algo para bajarlo”. Varias organizaciones no gubernamentales denunciaron ante la justicia holandesa la venta de piezas de repuesto de aviones de guerra F-35, ante el temor de que fueran utilizadas para la ofensiva sobre la Franja de Gaza y los tribunales del país han dado la razón a los denunciantes, si bien ahora el gobierno en funciones presidido por el liberal Mark Rutte tiene un plazo de siete días para recurrir este fallo.

Borrell no sólo se ha limitado a solicitar a Washington que pase de las palabras a los hechos sino que también ha criticado duramente la petición del gobierno de Netanyahu de que la ONU coopere en la evacuación de civiles dentro de la Franja. “Van a evacuar, vale, ¿a dónde? ¿a la Luna?”, se ha preguntado Borrell de manera irónica, tras la reunión de los ministros de Cooperación de los Veintisiete en la capital comunitaria y que ha contado con la participación de Philippe Lazzari, comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA).

Lazzari ha explicado que ahora mismo “no tiene ni idea” de que lugar puede ser considerado seguro dentro de la Franja ya que los gazatíes han ido desplazándose según los ataques del ejército israelí y que la operación militar en Rafah empuja a los habitantes de la Franja a acercarse a la frontera con Egipto.

Desde que comenzó la respuesta de Israel ante los ataques de Hamás, Egipto dejó claro que no acogerá a refugiados palestinos. El Gobierno de El Cairo tan sólo está dispuesto a dejar abierto el paso de Rafah para permitir el acceso de la ayuda humanitaria. El país se niega a acoger refugiados debido a su mala situación económica y a que ,ahora mismo, ya alberga a demandantes de asilo debido a otros conflictos como la guerra en Sudán. En el plan político, Egipto alega que esto supondría validar los ataques de Israel y la expulsión de los gazatíes de la Franja.