¿Su final político?
Boris Johnson matiza que no mintió "deliberadamente " en el "Partygate" y señala a Rishi Sunak
El ex primer ministro responde a las preguntas del Comité de Privilegios de la Cámara de los Comunes y asegura de haber sido "obvio" que las fiestas eran ilegales también lo serían para el actual "premier"
Con la mano en la Biblia, el exprimer ministro británico Boris Johnson afirmó hoy no haber mentido a Westminster cuando, en repetidas ocasiones mientras estaba al frente del Gobierno, recalcó no haber violado las normas del confinamiento. En realidad afirma no haber mentido “deliberadamente” porque esa es la clave de la que depende ahora su carrera política. El excéntrico político fue interrogado este miércoles ante el Comité de Privilegios de la Cámara de los Comunes en una sesión que se alargó durante más de tres horas y que en todo momento fue televisada ante la gran expectación que despierta el caso.
Coincidiendo con la semana en la que Donal Trump se enfrenta a un posible arresto por un supuesto pago de dinero secreto a una estrella de cine para adultos antes de las elecciones de 2016, Johnson -considerado en su día la versión británica del polémico norteamericano- también se juega su futuro político por la nueva pesquisa respecto al escándalo del "partygate", el escándalo que el pasado verano acabó forzando su dimisión.
Si se determina que mintió a Westminster podría ser motivo de expulsión parlamentaria acabando así con su sueño de volver a presentarse como diputado a las generales previstas para el próximo año dejando la puerta abierta a una posible futura candidatura para liderar de nuevo al Partido Conservador.
En su declaración, la ambición rubia afirmó que el objetivo ahora del comité es "descubrir si le mentí o no al Parlamento, si engañé voluntariamente a mis colegas y al país sobre lo que sabía y creía sobre esas reuniones cuando dije que se habían seguido las reglas y las pautas en Downing Street". "Estoy aquí para decirles sinceramente que no mentí" y "cuando se hicieron esas declaraciones, se hicieron de buena fe y sobre la base de lo que honestamente sabía y creía en ese momento", afirmó.
Además, acusó a la comisión de que le investiga de no haber hecho públicas las pruebas que, a su juicio, le exonerarían de los cargos que se le imputan, lo que consideró "manifiestamente injusto". A la ofensiva desde el comienzo de su declaración, Johnson consideró que si para él hubiese sido "obvio" que se violaron las reglas de distancia social en esas reuniones -como juzgó el comité en sus conclusiones preliminares-, también lo habría sido para el resto de los presentes en ellas, "incluido el primer ministro actual", Rishi Sunak, con el que no tiene especial relación. Fue su dimisión como responsable del Tesoro al fin y al cabo lo que acabó desencadenando la rebelión interna que forzó su salida.
El que fuera uno de los inquilinos de Downing Street más controvertidos de la historia reciente de Reino Unido asegura que, a día de hoy, sigue considerando que lo que tuvo lugar fueron “reuniones de trabajo”. Justifica que si hubiera creído que estaban haciendo algo mal el fotógrafo oficial del Número 10 no habría tomado las imágenes que luego ocuparon todas portadas. E Insiste en que su presencia en algunas reuniones tan sólo era para dar ánimo a los trabajadores en un momento realmente difícil.
La presidenta del comité, la laborista Harriet Harman, dijo al comenzar la sesión -que ha generado una gran atención mediática- que su objetivo es decidir si Johnson engañó o no a la Cámara de los Comunes, si cometió desacato y si fue intencionado o imprudente. Harman subrayó que engañar a la Cámara Baja puede parecer un problema técnico, pero es un asunto de gran importancia.
“Si los ministros no dicen la verdad, entonces los diputados no pueden hacer su trabajo y la democracia sale perjudicada”, subrayó la laborista, que insistió en que los ministros “están obligados a corregir lo antes posible si reconocen que han cometido errores”.
Johnson no se molestó en ocultar su exasperación con el comité desde el principio. “¡La gente que dice que estábamos de fiesta durante el confinamiento simplemente no sabe de lo que está hablando!”, llegó a espetar en un momento dado. Sin embargo, en lugar de una genuina frustración con las preguntas, se antoja posible que fuera más bien la reacción de un hombre que siempre ha ligado la política con el show. Johnson quería hacer ver que estaba totalmente desconcertado. Una actuación no tanto ante los miembros del comité, sino de cara a los parlamentarios -que serán luego los que tengan que votar sobre las recomendaciones de castigo que se sugieran- y ante el propio público, con el que aspira a recuperar algún día la popularidad que le llevó a tocar la gloria.
El Comité de Privilegios que está al frente ahora de la investigación está compuesto por siete diputados: cuatro conservadores, dos laboristas y un nacionalista escocés del SNP. Es muy probable que sus conclusiones no se publiquen hasta pasadas las elecciones locales de mayo a fin de no interferir en los resultados.
Las filtraciones a la prensa sobre las fiestas celebradas en Downing Street en pleno confinamiento comenzaron a salir a la luz a finales de 2021. En varias ocasiones, Johnson, quien era entonces primer ministro, dijo a la Cámara de los Comunes que se habían seguido las reglas. Más tarde admitió que sus declaraciones originales habían resultado incorrectas. Pero siempre ha insistido en que en el momento que las dijo creía ciertamente que era así.
En enero de 2022, la investigación independiente realizada por la alta funcionaria Sue Gray determinó que “hubo fallos de liderazgo y de juicio por parte del Número 10 y de la Oficina del Gabinete en diferentes momentos”. Posteriormente, en abril del año pasado, una investigación policial multó hasta 83 personas por asistir a estos eventos. Entre ellos, el propio Johnson, su mujer Carrie y el entonces titular de Economía, Rishi Sunak, convertido hoy en primer ministro. Downing Street confirmó que correspondían a una fiesta sorpresa organizada el 19 de junio de 2020 para celebrar el cumpleaños del primer ministro. El evento -que se limitó a ofrecer una tarta y algunas bebidas antes de una reunión de Gabinete- fue organizada por Carrie Johnson cuando estaban prohibidas las reuniones en interiores.