Brasil
Bolsonaro gana en Madrid con el 50% de los votos
Ciro Gomes se lleva el 17% y Fernando Haddad el 14% de los 4.000 brasileños que han votado en la capital
Ciro Gomes se lleva el 17% y Fernando Haddad logra el 14% de apoyo de los 4.000 brasileños que han votado en la capital
Por las puertas de la Casa de Brasil en Madrid van desfilando brasileños en un reguero constante. Es mediodía en Ciudad Universitaria, el barrio donde se ha instalado la mayor jurisdicción electoral en España, donde pueden votar hasta 15.000 brasileños. En Barcelona hay inscritos otros 5.000. En total son más de 20.000 los registrados en toda España entre una comunidad de más de cien mil brasileños.
El resultado que arroja el recuento en la jurisdicción de Madrid da como vencedor a Jair Bolsonaro, el candidato de extrema derecha, con el 50,2% de los votos, seguido de Ciro Gomes (17,5%) y Fernando Haddad, con el 14,5%. La afluencia de gente ha sido alta, según explica el cónsul general Renan Barreto, quien reflexiona sobre el momento crucial que vive Brasil con estas elecciones.
Barreto recuerda cómo la sociedad brasileña se ha ido interesando cada vez más por la política en los últimos años y reconoce que el país se ha polarizado: “Antes los brasileños no hablaban nunca de política a menos que les preguntaras directamente. Éramos distintos a los chilenos o los argentinos en ese sentido. Ahora todo el mundo habla de política, hay mucho interés”. Esa corriente comenzó en el año 2013, añade el cónsul, con el estallido del malestar en las calles de Brasil, algo que “también se ha visto después en muchos otros países del mundo”.
En la calle, tras votar en la maquina electrónica, sus compatriotas hablan de la situación política de su país, y la palabra que más se escucha es “Bolsonaro”. El candidato de extrema derecha está en boca tanto de los que se confiesan sus seguidores como de aquellos que lo detestan.
La pareja formada por Itamar (49 años) y Leticia (37) han votado por el ex capitan de las Fuerzas Armadas. “Él va a acabar con la corrupción y, sobre todo, con la inseguridad. Ésta es su especialidad. Al fin y al cabo es un militar. Hay mucha criminalidad y las leyes son muy blandas”, añade él. El candidato que lidera las encuestas con el 40% ha propuesto el acceso pleno a las armas y ha defendido la tortura y la pena de muerta. Este discurso se ha ganado el voto de muchos en un país con más de 60.000 asesinatos en el último año.
Ninguno de los dos cree que la imagen ampliamente difundida de un Bolsonaro machista, racista y misógino sea cierta. “Mucho de lo que se dice sobre él es pura estrategia para descalificarlo. Él no es así”. El Partido de los Trabajadores de Lula da Silva y Dilma Rousseff les espanta: “Con ellos la corrupción creció y las escuelas se han convertido en lugares horribles. Su herencia es desastrosa”, asegura Leticia mientras Itamar asiente con la cabeza.
Sandro, de 47 años, técnico de mantenimiento en Madrid, donde vive desde hace 15 años, también ha confiado su voto a Bolsonaro porque ve en él a una figura “honesta”. “No es un corrupto y a lo mejor hasta puede cambiar ciertas cosas. No creo que la democracia brasileña esté en peligro si gana él. El problema es la violencia que hay en el país. La gente está harta, sale a trabajar por la mañana y no sabe si va a volver a casa”.
Arropado en una bandera brasileña que exhibe las palabras “orden y progreso”, Divino Ferrara da Costa se declara forofo de Bolsonaro. Este trabajador de la construcción de 51 años, que lleva apenas dos años en España, sostiene que solo el candidato ex militar puede “moralizar” Brasil. “Es el único que va a defender la familia. Los petistas defienden los matrimonios gays y han hecho de las escuelas lugares inmorales”. Da Costa también ve en Bolsonaro a un político “limpio” que “no forma parte de la mafia” a pesar de que ha sido diputado durante 27 años. “No hay una mancha de corrupción en su trayectoria”, argumenta.
Muzzangue, de 35 años, antropólogo y artista, considera en cambio a Bolsonaro como “una regresión”. Su victoria, añade, “supondría la desaparición de los derechos civiles y de las libertades”. Su voto ha sido para el izquierdista Fernando Haddad, candidato del PT. “Va a respetar a las minorías y a trabajar para solucionar los problemas del país, incluida la corrupción, una falla no solo de los Gobiernos de Lula. La corrupción es algo cultural en Brasil”.
Thiago, de 38 años, no ha podido votar al no haber cumplido con sus obligaciones electorales en 2014. De haber estado habilitado, su voto hubiera ido para el candidao Joao Amoedo, del Partido Nuevo, “él si que puede regenerar la vida política de Brasil”. “Ciro Gomes me gusta, pero no está preparado. Bolsonaro es un candidato de risa, igual de corrupto que los demás. Y el PT es peor. Brasil va a tener que elegir entre dos candidato malos”, asegura. Ese descontento lleva a algunos a votar en blanco, como Leandro, que lleva 22 años viviendo en España. “No me convence nadie. Brasil necesita un político que trabaje por los brasileños, pero ese político no está entre los candidatos”.