La Habana
Bloqueo republicano al pacto Obama-Castro
Queda un largo camino para cambiar la política de Estados Unidos hacia Cuba, pese al ambiente triunfalista que se respira en Washington y en La Habana. Los republicanos, que tendrán mayoría en el Congreso a partir de enero, bloquearán todas las iniciativas del presidente Barack Obama.
Queda un largo camino para cambiar la política de Estados Unidos hacia Cuba, pese al ambiente triunfalista que se respira en Washington y en La Habana. Los republicanos, que tendrán mayoría en el Congreso a partir de enero, bloquearán todas las iniciativas del presidente Barack Obama. Por tanto, no se puede cantar victoria, al menos, al 100 por 100. Los legisladores republicanos por Florida anunciaron ayer que se reservan «todo tipo de acciones» para bloquear la decisión de Obama, de restablecer relaciones diplomáticas con Cuba.
El senador Marco Rubio y los legisladores Ileana Rohs-Letinen y Mario Díaz-Balart, junto a familiares de los pilotos de Hermanos del Rescate que murieron en 1996 en un ataque de aviones cubanos, dieron una crítica rueda de prensa. Rubio y los congresistas se mostraron «profundamente indignados» por el «terrible» acuerdo de Obama con Raúl Castro, que a su juicio «no traerá la democracia» a la isla y «da luz verde» para que en países como Venezuela o Nicaragua «prosperen los dictadores».
De momento ayer, en cuanto al acercamiento y restablecimiento de relaciones, el portavoz de Obama, Josh Earnest, no descartó que el gobernante cubano, Raúl Castro, pueda visitar en un futuro la Casa Blanca, tras el inicio de una nueva era diplomática entre Washington y La Habana. «No descartaría una visita del presidente Castro», comentó Earnest, aunque aclaró que, en este momento, no hay nada programado ni ninguna invitación oficial. Lo que sí es seguro, es que en enero, la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, encabezará un viaje a Cuba de funcionarios estadounidenses para la próxima ronda de diálogo migratorio, la primera misión de alto nivel de EE UU a Cuba. Earnest tampoco descartó que Obama visite Cuba durante los dos años que le quedan de mandato. De hecho, la Casa Blanca indicó ayer que no estaba preocupada por las medidas que pudieran tomar los republicanos o el Congreso de EE UU. «Obama ha tomado decisiones y ha dado pasos en las relaciones con Cuba en el contexto de sus poderes como presidente. No está particularmente preocupado sobre el Congreso intentando frenar sus nuevas medidas».
Sin embargo, ayer también salieron a la luz demócratas que dejarán a un lado su partido a la hora de votar en el Congreso por esta polémica cuestión. El senador de Nueva Jersey, Bob Menéndez, de origen cubano, estaba más cerca de su contrincante de partido Marco Rubio, el senador de Florida, que con su presidente y líder de agrupación. Con Rubio le une su origen: Cuba. ¿Y qué podrán frenar los congresistas? Sobre la mesa figuran el posible rechazo de los fondos necesarios para abrir una Embajada en La Habana, el bloqueo del nombramiento de un potencial embajador, el rechazo a una normativa que facilite los viajes hacia Cuba o la falta de interés por cualquier iniciativa legislativa que suponga una relajación del bloqueo.
Cabe recordar que el ex gobernador de Florida Jeb Bush, que valora presentarse a las elecciones presidenciales del año que viene, pidió endurecer el famoso embargo contra Cuba hace sólo dos semanas. En su página de Facebook recordó que la decisión de intentar restaurar los lazos diplomáticos con Cuba «es el último traspiés del presidente en política exterior, y otro dramático exceso de su autoridad ejecutiva. Mina la credibilidad de EE UU y mina la gesta por una Cuba libre y democrática», criticó Jeb Bush en clara referencia a la función fundamental que debe tener el Congreso, al menos en derogar el embargo.
Obama sabe que es una gesta complicada sobre todo a partir de enero, cuando ambas cámaras estén lideradas por los conservadores. Los posibles candidatos republicanos presidenciales a las elecciones de 2016 o bien criticaron al presidente o bien decidieron evitar el asunto. Se lanzaron contra él el senador Ted Cruz, de Texas, y el representante de Wisconsin Paul Ryan, pareja del candidato presidencial republicano Mitt Romney en 2012. Mientras, el senador de Kentucky Rand Paul y el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie optaron por ser cautelosos en sus respuestas.
En unos meses, cuando empiece la carrera por la presidencia de Estados Unidos, se sabrá cómo se utilizará esta decisión en la arena política. Parece que a los republicanos no les resultará difícil demonizar al Partido Demócrata, al que acusarán de flirtear con regímenes comunistas sobre todo en ciertos estados, como ya han hecho con éxito en el pasado con otros asuntos.
De momento, la base del GOP (acrónimo con el que se designa al Partido Republicano en Estados Unidos) se mantiene firme en su postura contra el régimen de Castro, exactamente igual que en los últimos 50 años. Aun así, esta posición puede cambiar conforme lo haga la opinión del electorado. Sobre todo de cara a las elecciones de 2016. Florida, donde vive la mayoría de la comunidad cubana en Estados Unidos, es un estado fundamental para ganar la Casa Blanca. En 2012, Obama ganó el voto de los cubanos. Se hizo con la mayoría en Miami. Florida se lo arrebató a John McCain, el candidato republicano en 2008, y se lo volvió a quitar a Mitt Romney, el elegido por los conservadores en 2012 después de haber anunciado ya el levantamiento de ciertas restricciones en su primera legislatura.
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