Oriente Próximo
Blinken reafirma ante Abás el apoyo de EE UU a la creación de un Estado palestino
El presidente palestino se compromete a reformar la ANP para asumir la gobernabilidad en Gaza ante la negativa del Gobierno de Netanyahu
Mahmud Abás se ha comprometido a reformar la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para asumir la gobernabilidad de la Franja de Gaza el día después de la guerra en el enclave, que se ha cobrado ya más de 22.300 víctimas mortales. «En términos de reforma de la Autoridad Palestina, no quiero hablar en nombre del presidente Abás, pero creo que lo que me llevo de esta reunión es que está comprometido con ello y muy preparado para seguir adelante», declaró desde Bahréin el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, después de reunirse con Abu Mazen en su cuartel general de Ramala.
El jefe de la diplomacia estadounidense discutió con Abás los mecanismos para «revitalizar» la ANP con el objetivo de reunificar el liderazgo palestino en Cisjordania y Gaza, pero no concretó los pasos concretos que debe dar la entidad administrativa. Blinken interpretó que el dirigente de 88 años, que lleva sin someterse a elecciones desde 2005 y cuyo liderazgo está erosionado, entre otros factores, por la extendida corrupción interna, «está dispuesto a seguir adelante y a participar en todos estos esfuerzos». Por su parte, Abás trasladó a Blinken que los palestinos no aceptarían «los planes israelíes para mantener Gaza separada de Cisjordania», recoge la agencia de noticias palestina Wafa. «La Franja de Gaza es parte integrante del Estado de Palestina».
El principal obstáculo sigue siendo Israel. El Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu todavía no ha definido sus planes para el día después de la guerra, pero descarta la continuidad de Hamás y un eventual regreso de Fatah, expulsado de la Franja a manos del grupo islamista palestino en junio de 2007. «Gaza no será ni Hamastán ni Fatahstán», afirmó en diciembre.
Estados Unidos, sin embargo, tiene otros planes. La Administración Biden persigue «la creación de un Estado palestino junto al Estado de Israel», según el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller. Desde el suntuoso hotel Kempinski de Tel Aviv, Blinken reiteró a la prensa las mismas palabras que horas antes había trasladado a Netanyahu: «Todos los socios con los que me reuní en este viaje dijeron que están dispuestos a apoyar una solución duradera que ponga fin al largo ciclo de violencia y garantice la seguridad de Israel. Pero subrayaron que esto sólo puede conseguirse mediante un enfoque regional que incluya una vía hacia un Estado palestino».
Para ello, el secretario de Estado considera indispensable que Israel «deje de tomar medidas que menoscaben la capacidad de los palestinos para gobernarse a sí mismos con eficacia», aludiendo a la agresiva política de asentamientos en Cisjordania o a su negativa a transferir a la AP los ingresos fiscales palestinos recaudados.
Las conclusiones de la cuarta gira regional en apenas cuatro meses que ha emprendido Blinken, y que le han conducido en esta ocasión por Turquía, Grecia, Jordania, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y finalmente Bahréin, son nítidas: la creación de un Estado palestino. Una premisa que se ha convertido en condición sine qua non para normalizar las relaciones de los países árabes con Israel.
El secretario de Estado confesó que hay «un claro interés» en buscar la normalización de relaciones con Israel, una política que, puntualizó, «no sustituye ni va en detrimento de un horizonte político para los palestinos y, en última instancia, de un Estado palestino», sino todo lo contrario. «Esto quedó muy claro en mis conversaciones durante este viaje, incluso en Arabia Saudí», remató Blinken.
Petromonarquías del Golfo como Emiratos Árabes Unidos o Bahréin ya dieron el paso en el marco de los Acuerdos de Abraham. Pero la pieza mayor es Arabia Saudí, que antes del atentado de Hamás del pasado 7 de octubre venía negociando con la mediación de Estados Unidos la fórmula para reconocer al Estado de Israel.
El ataque terrorista del grupo islamista palestino hizo saltar por los aires las conversaciones, sin embargo, Mohamed bin Salmán parece estar dispuesto a arriesgar. Según el digital israelí Walla, el príncipe heredero saudí normalizaría formalmente sus relaciones con Israel a cambio de que Netanyahu alumbre la solución de dos Estados. El propio Blinken habría sido el encargado de hacer llegar el mensaje a oídos del primer ministro israelí después de reunirse con MBS en su campamento de invierno de Al Ula.