El presidente Joe Biden parece estar encerrado en un cuarto oscuro cuyas paredes se van cerrando a su alrededor, dejándolo casi sin oxígeno político mientras ve derrumbarse los apoyos construidos a lo interno de su propio partido. Un desafortunado diagnóstico de Covid-19 le impidió seguir con sus eventos de campaña en Nevada, uno de los siete estados clave por su carácter bisagra o péndulo, y que las encuestas muestran que va perdiendo frente a su rival Donald Trump.

En lo que no puede describirse sino como horas caóticas para el mandatario, una imagen el miércoles por la noche lo mostró subiendo las escaleras del avión presidencial con dificultad tras conocerse que el candidato de 81 años tenía nuevamente covid, aunque según la Casa Blanca no presenta síntomas fuertes y puede trabajar con normalidad. Entre tanto, desde Milwaukee donde se lleva a cabo la Convención Nacional Republicana su rival se mostraba arropado por un partido que muchos describen como un culto a su figura.

En una suerte de comparación grosera, pero que en tiempos de campaña entra en el dilema de si todo vale, algunos analistas contrastan el regreso casi mesiánico de Trump a un podio y lleno de aplausos, contra Biden que se enferma cuando más firme y saludable se debe mostrar para disipar las dudas sobre sus capacidades para gobernar los destinos de Estados Unidos por cuatro años más.

En las últimas horas ha regresado a su casa de Delaware, donde permanece aislado. El otoño pasado, el médico de Biden dijo en un memorando que el presidente había recibido una vacuna actualizada contra el covid y una vacuna contra la gripe. Varias semanas antes, el jefe de Estado fue vacunado contra el virus respiratorio sincitial (VRS), que puede ser peligroso para los ancianos. Según dijo su oficina, el mandatario está tomando Paxlovid, un medicamento que ayuda a mantener los síntomas leves. Lo que no es tan leve es la presión que ejercen desde el Congreso para que abandone la carrera presidencial.

The Washington Post ha publicado que el expresidente Barack Obama ha dicho a sus círculos cercanos que Biden debe «reconsiderar seriamente» el futuro de su candidatura Según el diario capitalino, Obama cree que las posibilidades de victoria de su exvicepresidente «se han reducido considerablemente».

Obama ha conversado una sola vez con Biden desde el desastroso debate de éste frente a Trump el pasado 27 de junio, y que se convirtió en el punto de quiebre para el resurgir de las críticas sobre su edad y capacidad cognitiva. Desde hace años este problema se menciona tibiamente, pero no fue hasta el resultado del cara a cara que voces prominentes dentro del partido levantaron las alarmas. Y es que, si Biden gana las elecciones, terminaría un segundo mandato con 86 años. Todo un récord considerando que ya es el presidente más viejo en la historia de Estados Unidos.

Esa preocupación la tienen el 65% de votantes que, según una reciente encuesta de Associated Press, creen que el demócrata debe hacerse a un lado. No está claro si este y otro sondeo fue el también presentó al mandatario en las últimas horas una vieja aliada, Nancy Pelosi. La emérita presidenta de la Cámara de Representantes es una de las voces demócratas que más peso tiene aún para moldear la balanza en el partido.

La cadena CNN reportó que Pelosi se reunió recientemente con Biden para dejarle saber lo preocupados que están en su movimiento ante la posibilidad de que una derrota del mandatario pueda arrastrar consigo al partido en las próximas elecciones legislativas dada la ajustada actual diferencia. Y es que ha trascendido que muchos demócratas jóvenes temen ponerse al lado de Biden en un podio y que éste, en lugar de sumar votos, les perjudique.

Ante este escenario y casi que tras bambalinas, el partido Demócratas pospuso hasta principios de agosto la ratificación de Biden como candidato. La cadena CBS asegura que dirigentes del Comité de Reglas del movimiento ya ha enviado una comunicación que así lo pide. En una época normal, este procedimiento legal tendría que llevarse a cabo antes de la Convención en Chicago, entre el 19 y 22 de agosto.

Nadie sabe si Biden llegará hasta allí como la opción demócrata. Axios ha informado que estas horas críticas se alargarán al menos unos días más, y que este fin de semana el país podría conocer la decisión final del presidente frente a su continuidad.