Reino Unido
Así ha sido el primer "Discurso del Rey" de Carlos III en Westminster
El monarca anuncia el programa legislativo de Sunak antes de las elecciones, marcado por la energía y la seguridad
En una ceremonia cargada de pompa y boato, Carlos III protagonizó este martes el primer “Discurso del Rey” en Westminster en 70 años. En un país marcado por la tradición, es el monarca, como jefe de Estado, quien inaugura formalmente cada inicio del período de sesiones con un acto donde al enviado del soberano, conocido como `Black Rod´, se le cierra la puerta de la Cámara de los Comunes para simbolizar la independencia de los parlamentarios electos ante la Monarquía. El rey no ha podido entrar en la Cámara Baja desde 1642 cuando Carlos I intentó arrestar a cinco diputados.
La llegada este martes de Carlos III en carroza hasta Westminster, acompañado por Camilla, marcó un día histórico en la nueva era carolina, tras siete décadas de reinado de Isabel II a la que su sucesor marcó tributo ayer por su “legado de servicio y devoción”.
No obstante, pese a la puesta en escena, no deja de ser un acto puramente político donde el Gobierno presenta sus propuestas legislativas para el próximo año. Y en esta ocasión, tiene más simbolismo que nunca ya que es la última oportunidad para que el `premier´ Rishi Sunak pueda convencer al electorado antes de las elecciones previstas para 2024, donde todo apunta a que los `tories´ saldrán de Downing Street tras más de trece años en el poder.
Pese a que la oposición laborista saca hasta 20 puntos de ventaja en los sondeos, el primer ministro se niega no obstante a tirar la toalla y ayer presentó un programa donde una de las medidas más destacadas fue el nuevo sistema de concesión de licencias anuales para la producción de petróleo y gas en el mar del Norte, a pesar de que, según los expertos, estos yacimientos están en declive y no garantizarán la autosuficiencia del país.
El Ejecutivo pretende así “fortalecer la seguridad energética de Reino Unido y reducir la dependencia de los volátiles mercados energéticos internacionales y los regímenes extranjeros hostiles”. El equipo de Sunak procuró que el texto fuera lo más suave posible en sus planteamientos debido a la conocida implicación de Carlos III en su lucha contra el cambio climático. El hecho de que en su primer `Discurso del Rey´ tuviera que leer unas leyes con las que se relajan los compromisos medioambientales de Reino Unido no pasó desapercibido. Con todo, Carlos III es consciente de que ahora debe garantizar la neutralidad que se presupone a la Corona.
Sunak recalca que el compromiso de alcanzar las cero emisiones netas de dióxido de carbono para 2050 sigue intacto. Pero argumenta que la transición energética supone un coste para los ciudadanos, agobiados ahora por inflación y subida intereses en hipotecas por lo que quiere brindar cierta tranquilidad a los votantes con menos recursos con un mensaje dirigido sobre todo a conservar algunos de los antiguos escaños del “Muro Rojo” del norte de Inglaterra.
No obstante, no parece que sea algo que preocupe al líder laborista Keir Starmer quien insiste en que su partido honrará las licencias existentes de petróleo y gas en el Mar del Norte, pero no otorgará nuevas, ya que planea priorizar la inversión en fuentes de energía nuclear y renovable.
En su objetivo por marcar distancias con la oposición laborista, Sunak también planteó un endurecimiento en materia de seguridad nacional y castigo penal. Aunque algunas de las propuestas legislativas también generaron confrontación con las propias filas conservadoras con los planes para prohibir que cualquier persona que tenga actualmente 14 años compre cigarrillos, una medida a la que se opone firmemente el ala dura del Partido Conservador.
El Gobierno también se enfrenta a una fuerte oposición a los planes para prohibir los desalojos por parte de los `tories´, muchos de los cuales son propietarios de varias viviendas y argumentan que esto socavará el mercado inmobiliario al hacer imposible tratar con inquilinos difíciles. Eso sí, se han retirado los planes de la titular de Interior, Suella Braverman, para prohibir las tiendas de campaña en las calles que utilizan las personas sin hogar. La ministra argumentaba que se trata de “un estilo de vida”.
El primer ministro defendió que su programa representa su visión para “un Reino Unido mejor”. El líder `tory´ espera que una recuperación económica pueda obrar algún tipo de milagro. Pero las previsiones para los próximos 15 meses no son muy optimistas. Se espera que la tasa de inflación anual -en septiembre del 6,7%- caiga drásticamente a medida que el impacto del aumento de los precios de la energía desaparezca. El electorado puede acoger con agrado una inflación más baja, pero no le gusta tanto el mecanismo que está ayudando a lograrlo, una política monetaria más estricta, que tendrá su impacto en una subida de las hipotecas.
La oposición laborista tildó el programa del Gobierno como un “conjunto de retoques bastante patético”. El líder del Partido Laborista, Keir Starmer, declaró que “los conservadores no pueden arreglar el país porque ya han fracasado” durante 13 años en el poder.
A diferencia de lo que ocurría durante el largo reinado de Isabel II, varios manifestantes republicanos se concentraron a las puertas de Westminster. Los ciudadanos, convocados por la organización Republic, enarbolaron sus distintivas pancartas amarillas cuando Carlos III pasó por delante en la procesión real denunciando que la monarquía es “un legado del pasado que no tiene lugar en una democracia”.
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