
Investigación
Armas, aviones y oro africano: Así colaboran Emiratos Árabes Unidos y el Grupo Wagner
Emiratos Árabes Unidos, el Grupo Wagner y otras empresas asociadas cobran un importante protagonismo en lo referente al comercio de oro africano y al transporte de armas a las guerras de Libia y de Sudán.

No es ningún secreto que Emiratos Árabes Unidos se ha convertido en un intermediario perfecto para que Moscú esquive las sanciones impuestas tras la invasión de Ucrania en febrero de 2022. Especialmente con relación al oro. Los mismos registros de aduanas rusos lo demuestran, cuando se determinó que EAU importó más de 75 toneladas de oro ruso en 2023, frente a las 1.3 toneladas registradas en 2021, convirtiéndose Rusia desde entonces en el mayor proveedor de oro para el país árabe y un socio fundamental en esta peliaguda materia. Existe una simbiosis entre Rusia y Emiratos Árabes Unidos en materia económica y pueden hallarse numerosas pruebas de ello con apenas un clic de ratón, pero más difuso sería el engranaje que une a ambos países y que se destapa con un nombre conocido por todos: Wagner Group. El Grupo Wagner.
El Grupo Wagner no deja de ser una empresa militar privada, íntimamente ligada al Kremlin, cuyos servicios pueden ser contratados por cualquiera que posea el dinero suficiente… siempre que sus intereses estén alineados (o no contradigan) con los del Kremlin. El presente artículo demostrará la simbiosis entre Emiratos Árabes Unidos y Rusia por medio del Grupo Wagner y otras empresas de transporte aéreo vinculadas a la compañía, hasta que sería relevante preguntarse hasta qué punto es Wagner, en realidad, el mayor garante de las operaciones emiratíes en el continente africano.
El factor oro
Emiratos Árabes Unidos es el mayor comprador de oro de Sudán, Mali, República Centroafricana y Libia. Es además el mayor socio comercial (gracias al oro) de Sudán, Mali y República Centroafricana. Esto no significa que empresas emiratíes extraigan directamente el oro de los países citados, sino que los emiratíes compran el oro a las empresas que extraen el oro de estos lugares. El país árabe se ha convertido así en el destino preferido de lo que se conoce como “oro de sangre”, extraído de maneras que bordean la legalidad y que se mezcla en Dubái con oro procedente de fuentes “legítimas”, para luego reinsertarse, ya limpio, en los flujos del mercado. Casualmente, los cuatro países citados son cuatro de los cinco países africanos (se excluye Madagascar) donde existe hoy una presencia probada y continuada del conocido grupo de mercenarios; y los registros disponibles vinculan al Grupo Wagner en más de una ocasión con la extracción de oro. Un informe publicado en noviembre de 2024 por el Consejo Mundial del Oro llegó a determinar que Wagner se había embolsado alrededor de 2.500 millones de dólares gracias a sus operaciones auríferas, la mayoría de ellas situadas en suelo africano.
Por ejemplo, en Mali, en 2022 se conformó la sociedad de Marena Gold, dedicada a la refinería de metales preciosos y cuya propiedad correspondía en un 78% a Dimitri Utkin, número dos de Wagner hasta su fallecimiento en el verano de 2023. Además, en 2024, el Grupo Wagner se hizo con el control de las áreas mineras próximas a la localidad de Intahaka, en Mali. También se conoció la presencia de una planta de refinería ubicada en Al-Ibaidiya, propiedad de la famosa compañía mercenaria; un informe de Blood Gold Report también identificó que Wagner había obtenido las concesiones mineras del sitio de Ndassima, en República Centroafricana, donde se calcula que se extraen cada año 290 millones de dólares en oro. Estos son solo algunos ejemplos. Considerando que el 77% del oro maliense termina en EAU, así y como el 98% del oro sudanés y el 70% del oro centroafricano; considerando que EAU es el mayor hub aurífero vinculado a Rusia desde 2022; y considerando que numerosos informes disponibles en Internet señalan EAU como el mayor importador de oro extraído en minas ilegales en África… no es descabellado suponer que EAU sea el encargado de “limpiar” el oro que extrae Wagner en los países donde existe una presencia de ambos actores.
Transporte de armas
Evidentemente, esto trae potentes beneficios económicos para EAU. Un artículo publicado en marzo de 2022 por el medio británico The Guardian especificaba que “posiblemente más que en cualquier otro lugar del mundo, los oligarcas y otros rusos adinerados son bienvenidos en Dubái, junto con sus riquezas, que están desbordando hacia los Emiratos Árabes Unidos en cantidades extraordinarias, a menudo a través de estándares discretos”. Aunque las relaciones entre EAU y Wagner no se limitan al oro. Si los emiratíes facilitan el lavado del oro ruso, es de suponer que los rusos devuelvan el favor. Por ello, es fácil demostrar que el Grupo Wagner ha servido en los últimos años a Emiratos Árabes Unidos para transportar armas a dos conflictos señalados en el mapa africano: Libia y Sudán.
El caso libio está ampliamente documentado, aunque con sombras y claros. Un informe publicado en diciembre de 2019 por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas detallaba una lista de empresas que ayudaron a Emiratos Árabes Unidos y Turquía a esquivar el embargo impuesto sobre la venta de armas en Libia, y una de las empresas citadas era Deek Aviation (de la que se hablará más adelante pero que conviene saber que tiene importantes vínculos con el Grupo Wagner). Confirma la participación directa de Wagner en este ámbito el séptimo informe 2022-2023 del Parlamento británico, mientras que otro informe publicado por el Pentágono en 2020 ya estipulaba la posibilidad, aún sin confirmar, de una colaboración entre Wagner y EAU para armar a los combatientes del lado de Jalifa Hafter.
El caso sudanés resulta incluso más claro. Primero, porque la participación emiratí en el conflicto y su papel en el suministro de armas a las Fuerzas de Apoyo Rápido han sido ampliamente probados. Segundo, porque fuentes del ejército sudanés confirmaron a este periodista que EAU se sirve del Grupo Wagner para introducir armas en Sudán desde República Centroafricana, país colindante a Sudán que posee además una importante presencia del grupo ruso y de donde salen grandes cantidades de oro con destino a EAU. Tercero, porque el portavoz de la Coalición de Patriotas por el Cambio, un grupo rebelde centroafricano, señaló que el aeropuerto de Birao, muy próximo a la frontera sudanesa, servía como punto de descarga de las armas emiratíes que luego cruzaban a Sudán. Cuarto, porque se registraron en verano del 2023 hasta 21 vuelos de la compañía Fly Sky (de la que se hablará más adelante) cuyo rumbo fue el siguiente en las 28 ocasiones: Dubái – Entebbe (Uganda) – destino desconocido – Dubái. El transmisor del vuelo se apagó durante una parte del trayecto, aunque un seguimiento de su ruta hace suponer que aterrizó en un aeropuerto del noreste de República Centroafricana antes de su regreso a EAU. El único aeropuerto disponible en esa zona es el aeropuerto de Birao.
Estos son sólo algunos ejemplos que prueban los vínculos entre Wagner y Emiratos Árabes Unidos a la hora de proveer armas a las Fuerzas de Apoyo Rápido sudanesas. Un negocio que ha traído no pocas desavenencias diplomáticas entre el gobierno sudanés (contrario a las FAR) y Moscú. Sin embargo, el quid de la cuestión para comprender este vaivén de oro y armas se encontraría en los puentes aéreos establecidos entre África y Emiratos Árabes Unidos por mediación del Grupo Wagner.
Puente aéreo
En enero de 2023, el Tesoro estadounidense lanzó una batería de sanciones destinadas al Grupo Wagner, al ministerio de Defensa ruso y a sus empresas asociadas, entre las que destacaría la aerolínea conocida como Aviacon Zitotrans. Merece la pena un análisis detallado de la misma. Su principal propietario es Valery Sevelyev, un magnate ruso que poseería a su vez otras aerolíneas involucradas en las operaciones citadas, como podrían ser Fly Sky Airlines o Deek Aviation (de las que ya se habló más arriba). Los cargamentos que han transportado las aerolíneas de Sevelyev han provocado la retirada continuada de las licencias de algunas de sus compañías, como Europe Air o Azee Air, ya extintas, lo que ha obligado al empresario ruso a diversificar sus recursos, estableciendo las sedes de sus diferentes aerolíneas en distintos países (Ucrania, Kirguistán, Emiratos Árabes Unidos, etc.) para dificultar el rastreo de sus actividades. Pero todas las compañías se encontrarían, en definitiva, bajo el paraguas de Valery Sevelyev.
Zitotrans operó entre junio y agosto de 2024 al menos cinco vuelos desde Mali, con escala en Port Sudán, que terminaron invariablemente en el aeropuerto de Astrakán (Rusia). El número de vuelos operados por la compañía con destino a Dubái también son muy numerosos. En el último mes, sin ir más lejos, el Ilyushin Il-76TD con número RA-7684, propiedad de Zitotrans Aviacon, realizó al menos tres vuelos con dirección a Dubái. Los vuelos de aparatos Zitotrans a Dubái y a países africanos son habituales. Actualmente se conoce que la aerolínea también operaría cuatro vuelos diarios destinados al transporte de operativos y equipos Wagner a otras zonas de África, según confirman fuentes sobre el terreno, en el aeropuerto de Bosaso (Somalia). Merece la pena destacar que Zitotrans también operó vuelos a Bosaso durante 2020 y 2021, que los registros indican que se realizaron para proveer a Somalia de material sanitario. También conviene señalar que la construcción del aeropuerto de Bosaso fue financiada por compañías emiratíes.
Este trajín de vuelos sirve para disipar cualquier prueba sostenible sobre las actividades de estas aerolíneas. Los operativos Wagner son transportados en vuelos comerciales a Bosaso, y desde allí se dirigen a Rusia o a otro destino africano; de esta manera, es imposible conocer de dónde procedían los mercenarios en un primer lugar. En la época en que Fly Sky Airlines y Deek Aviation contribuyeron a saltarse el embargo de armas impuesto sobre Libia, eran habitual que los vuelos salidos desde Dubái hicieran escala en la base aérea egipcia de Sidi Barrani. Igual papel jugaban los vuelos de verano de 2023, que realizaban su escala en Entebbe. Lo único claro es que la práctica totalidad de los vuelos estudiados de Deek Aviation, Fly Sky Airlines y Zitotrans Aviacon (que pertenecen a un mismo dueño pese a estar registradas en países distintos) empezaban o concluían en Dubái, o en otra ciudad emiratí.
Quien osa investigar más de la cuenta en este nebuloso campo de vuelos y destinos ambiguos es rápidamente apartado. Fue el caso del usuario de Twitter conocido como @Gerjon_, que realizó un seguimiento exhaustivo de las operaciones de las compañías citadas hasta finales de 2023. Entonces, anunció que terminaría sus investigaciones tras “recibir algunos sustos referentes a mi privacidad”, y considerando que “el asalto físico es un riesgo que simplemente no estoy dispuesto a correr. Esta aventura de tres años ha sido muy divertida, pero ya no lo es”.
Es reseñable que Zitotrans Aviacon obtuvo entre 2016 y 2017 un contrato de Naciones Unidas por valor de 3 millones de dólares para el transporte de materiales, y otro contrato con fecha de 2015 valorado en 248.000 dólares. También participó en programas de la OMS con destino a Afganistán en 2021, y su tabla de vuelos del último mes muestra actividades entre Sudáfrica y Goma, ciudad protagonista de los últimos combates entre el M23 y el gobierno congoleño. Se presupone que este último vuelo serviría para el aprovisionamiento de materiales de las tropas sudafricanas que combaten aquí del lado del ejército congoleño.
Resumiendo. Emiratos Árabes Unidos serviría como destino principal del oro del Grupo Wagner, tal y como señalan las pruebas disponibles. No debe olvidarse que EAU es el primer comprador de oro en cuatro de los cinco países africanos con presencia de la compañía mercenaria. El Grupo Wagner ha facilitado el envío de armas emiratíes a Libia y a Sudán. Y todo ello ha sido posible gracias a las empresas de aviación de Valery Sevelyev, que un día transportan armas destinadas a un grupo rebelde, otro mes lo dedicarían a transportar oro maliense y sudanés a Rusia, se dedican también a mover personal Wagner por África con un aeropuerto somalí como intercambiador y, ¿por qué no?, también consiguen concesiones de transporte de Naciones Unidas por valor de tres millones de euros.
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